Enlace Judío México – Una de las experiencias más duras de mi vida fue ver como personas cercanas a mí se despersonalizaron al adquirir una ideología nueva o un set de creencias morales que cambió para siempre su forma de ver el mundo. No me molestaba la forma en que pensaban, sino la actitud altanera que asumían en el momento y el rechazo tan expreso que hacían hacia su pasado. Parecía que los hubieran cambiado completamente por otros; rechazaban quien eran antes; se alejaban para siempre de sus amigos y en algunos casos incluso parecía que habían dejado de pensar por completo. Esto es un proceso que ocurre muy comúnmente en la gente que no era religiosa de origen y empieza a serlo. El choque entre la persona que eran antes y la persona nueva que quieren ser muchas veces produce resultados poco favorables. La persona se siente perdida, angustiada y le es sumamente difícil integrar los dos mundos que la conforman; frente a dichos sentimientos, la gran mayoría opta por deshacerse de uno en vez de cohabitar entre ambos. En el camino a veces también se deshacen de su razonamiento individual, y dejan de hacer preguntas para siempre. Algo bastante triste, porque están yendo en contra de lo que quieren lograr.

Cualquier religión lo que busca es mayor conexión de la persona con D-os y el mundo que Él creó. La base de esa conexión es la individualidad. Si la persona no está conectada consigo misma, no le da lugar a sus sentimientos y emociones, no hay forma alguna de que pueda conocer a D-os porque no está existiendo como persona, no hay nada desde lo cual conectarse. Es una forma de negar a D-os mismo; al no disfrutar de su persona, no disfruta de su entorno y niega la belleza del mundo creado, no recibe de los regalos que D-os le dio y termina generando un vacío más grande que el que tenía antes. Y tal es el caso que por ser estricto con rituales, trasgrede de forma continua leyes referentes al trato con respecto al hombre. Sobra decir que la Torá no ve con buenos ojos ese comportamiento.

Para la Torá es básico el desarrollo individual de la persona, la aceptación de las emociones y la construcción de un pensamiento independiente, sin ello uno no puede acercarse a D-os, ni si quiera al propio estudio, porque sería incapaz de entender lo que estudia. Nuestros sabios nos dicen que una persona que no tiene Derej Eretz (modales y conocimiento del entorno) no puede adquirir Torá, incluso en caso de que uno sea su maestro debe primero enseñarle Derej Eretz antes que enseñarle Torá.

Uno de los rabinos modernos que más énfasis pone en la individualidad es Rab. Lord Jonathan Sacks, el ex rabino principal de Lodrés en “La Torá como canción” nos recuerda que “aunque la Torá fue entregada una vez, debe ser recibida muchas veces más” puesto que toma vida en cada uno de nosotros cuando se vuelve personal; cuando la persona la estudia y la practica dentro de su propia vida y contexto.

En este mismo ensayo, habla del mandato escrito en la Torá donde cada hombre se ve obligado a escribir su propio rollo de Torá; dicha orden no se refiere únicamente a escribir las letras sobre el pergamino, sino hacer un pacto con D-os nuevamente a través de la Torá. Ese pacto debe surgir desde la individualidad y la intimidad. Finalmente a la Torá se le llama una canción porque “la música es el lenguaje del alma” uno debe relacionarse con D-os desde sus sentimientos antes que desde la razón. Sólo a través de ellos puede llegar a conocer dimensiones más profundas que los argumentos no pueden trasmitir. “El judaísmo es una religión de palabras, aun así cuando el lenguaje del judaísmo aspira a lo espiritual se rompe en una canción; como si las palabras mismas buscaran escapar de la fuerza gravitacional que las ata a significados limitados. ”

Sin embargo, este nuevo pacto aunque individual puede ser compartido la melodía de la Torá es cantada por un sin fin de voces que se mezclan y se tejen para crear una armonía. “cuando los judíos hablan usualmente discuten; sin embargo, cuando cantan, cantan en armonía… La Torá es la canción de D-os y nosotros en colectivo somos sus cantantes.”