Enlace Judío México e Israel – Abraham Korisky, sobreviviente del Holocausto radicado en Israel, ha testificado en los últimos días contra un exguardia nazi de las SS, sospechoso de estar involucrado en el asesinato de miles de judíos en el campo de concentración nazi de Stutthof en Polonia durante la Segunda Guerra Mundial.

Korisky viajó con su familia a Alemania para testificar contra Bruno Dey, de 93 años, acusado de cómplice del asesinato de al menos 5.230 judíos entre 1944 y 1945, informó el sitio de noticias Ynet.

Su nieta, Dana Carmiel, publicó una foto de ella con su abuelo en las redes sociales junto a un mensaje que decía: “Mi abuelo es un héroe valiente, que testificó durante dos horas contra un criminal de guerra nazi”.

Dey es juzgado en el Tribunal de Menores de Hamburgo por ser menor de edad cuando cometió las presuntas atrocidades.

Dana Carmiel y su abuelo Abraham Korisky (Foto: Captura de pantalla)

Korisky le dijo a un juez durante la audiencia que no está de acuerdo en testificar por venganza. “No me importa si va a prisión o no”, apuntó. “Estoy aquí para que estos actos sean documentados, escritos en los libros de historia para las futuras generaciones en todo el mundo. Aunque nunca perdonaré ni olvidaré, mi venganza es mi familia que me acompaña”.

Durante su testimonio, habló del sufrimiento de los prisioneros en el campo. “Nos golpeaban constantemente, cada hora, incluso cuando estábamos en el trabajo”, dijo.

Korisky fue trasladado a Stutthof desde Lituania en 1944, a los 16 años. En 1945, sobrevivió a las marchas de la muerte cuando el campo fue evacuado, siendo finalmente rescatado por el ejército soviético.

Durante la audiencia, el anciano de 91 años, recordó los actos sádicos que los reclusos fueron obligados a perpetrar en el campo. En un caso, un niño fue obligado a golpear a su propio padre hasta la muerte delante de otros prisioneros.

La entrada al campo de concentración de Stutthof (Foto: Gettyimages)

Según la acusación, Dey fue cómplice del asesinato de prisioneros judíos desde el 9 de agosto de 1944 hasta el 26 de abril de 1945.

Uno de sus deberes era evitar fugas o revueltas de los prisioneros. Su juicio comenzó en 2018, unos 74 años después de los hechos.

Según el periódico alemán Die Welt, Dey admitió durante su investigación en 2018, que vio cómo llevaban a personas a las cámaras de gas para exterminarlas.

Explicó a los fiscales que se le consideraba incapaz de luchar en el frente debido a un problema cardíaco, por lo que fue enviado a Stutthof para trabajar como guardia. Dijo que con o sin él, las matanzas habrían tenido lugar. “Habrían encontrado a alguien más”.

Bruno Dey (Foto: AP)

“¿Por qué tengo que ser responsable de esto?”, preguntó Dey.

“¿Qué podía haber hecho? Como individuo, era imposible ayudar a la gente en los campos de concentración. Lo siento por esa gente, pero no pude ayudar”, dijo durante su juicio.

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