Enlace Judío México e Israel – Las tensiones entre EUA e Irán, y el juego de poderes en el Medio Oriente, dieron un giro inesperado en la madrugada del viernes 3 de enero pasado, cuando EUA, en un ataque de precisión con un dron, mató al general de división más poderoso de Irán, Qasem Solemani, el jefe de élite de la Fuerza Quds de Irán, del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, quien fue “el arquitecto de la campaña activa de violencia en décadas de Irán contra EUA y sus aliados”.

Solemani era en la práctica el número dos del régimen de los ayatolas y considerado por el alto mando militar iraní  un héroe en vida al que EUA acusaba de la muerte de cientos de sus ciudadanos.

Cabe señalar que previo a la eliminación de Solemani se registró un asedio de manifestantes pro-Irán en contra de la embajada de EUA en Irak; los manifestantes irrumpieron en el complejo de la embajada, la de mayor tamaño en el mundo, realizaron destrozos y pintas en el recinto.

El presidente Donald Trump consideró el ataque a Solemani como el momento oportuno, en virtud de que este estaba desarrollando de manera activa un ataque en breve a diplomáticos de EUA y del gobierno de Irak en la región. El Pentágono había acusado a Solemani de los ataques contra bases de la coalición internacional en los últimos meses. Asimismo, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, dijo que, aunque Solemani “no es nuestro asunto”, si lo es en cuanto ha sido la persona que planeó múltiples ataques contra Israel desde la Franja de Gaza y en el norte del país que causaron importantes bajas de soldados y civiles israelíes. De hecho, Teherán ha lanzado en numerosas ocasiones amenazas de guerra contra Israel. En este sentido, Irán ha acusado a Israel de estar involucrado en la eliminación de Solemani, advirtiendo que las ciudades israelíes de Tel Aviv y Haifa “podrían ser atacadas”.

La decisión de matar a Solemani significó terminar con la estrategia del expresidente Barack Obama para el Medio Oriente, que buscaba realinear los intereses de EUA con los de Irán, empero, en la realidad nunca compaginó “con el carácter fundamentalista y ambiciones regionales del régimen de los ayatolas”. 

En este entorno bélico se consideró difícil una acción militar de Irán de gran envergadura contra EUA, en virtud de que ese país enfrenta una severa crisis económica derivada del financiamiento a sus proyectos expansionistas en el Medio Oriente y por las repetidas sanciones económicas que le ha impuesto EUA. La población iraní, descontenta por el deterioro de su nivel de vida de por sí precario para una inmensa mayoría, se ha manifestado en las calles y ha sido brutalmente reprimida por las autoridades: se estima que han muerto más de 1,500 personas, incluyendo mujeres y niños. La muerte de Solemani frenó temporalmente el descontento; empero, se espera que en el futuro próximo se amplíe el descontento popular contra el régimen.

Irán tenía que “vengarse” contra EUA por la muerte de Solemani. De aquí la operación “mártir Solemani” a través de un ataque con misiles balísticos que lanzó Irán contra bases militares de EUA en Irak en la madrugada del miércoles 8 de enero. De acuerdo al Pentágono, una docena de cohetes impactaron en los complejos militares de Al Asad, ubicado al oeste de Bagdad, la capital de Irak. Dentro de las instalaciones atacadas también se encuentra personal de la coalición de países aliados a EUA en el Medio Oriente. De acuerdo al presidente Trump el ataque iraní no causó ninguna víctima mortal entre el personal estadounidense e iraquí presente en las bases, y los daños materiales a las instalaciones eran mínimos. Para el ayatola Jamenei fue “como una bofetada” a EUA.

Es posible que los misiles lanzados por Irán a las bases de EUA en Irak intencionalmente no causaren víctimas. Más bien fue un intento de demostrar la potencia de fuego iraní de precisión, utilizada abiertamente por primera vez contra objetivos de EUA en la región. 

De acuerdo a un artículo publicado originalmente en Jewish News Syndicate, los ataques con misiles representan un movimiento altamente calculado por parte de Irán, diseñado para salvar la carga después de ser golpeado por el sorpresivo asesinato de Solemani. Irán está perfectamente consciente de que la capacidad de sus tropas y equipos de guerra es inferior a las de EUA. Irán entiende que calculó mal en las últimas semanas, presionó demasiado y también leyó mal a la administración de Trump. El riesgo de guerra entre EUA e Irán ha disminuido sensiblemente en el corto plazo, empero, Irán seguramente continuará con sus operaciones terroristas a través de las milicias chiítas en Irak, con los movimientos de apoyo Hezbolá y Hamás principalmente. Sin embargo, se considera que su objetivo permanece inalterado: expulsar a los estadounidenses de Irak y completar su toma de control de ese país, como parte de un plan más amplio para desestabilizar la región y avanzar hacia una hegemonía violenta. El plan incluye el objetivo de rodear a Israel con ejércitos terroristas fuertemente armados.

Así, es de preverse que la situación del Medio Oriente seguirá siendo altamente explosiva. En particular, Israel enfrenta crecientes desafíos: Benjamín Netanyahu ha expresado recientemente “que aquellos que buscan atacar a Israel absorberán un contrataque aplastante”. Frente a la vulnerable situación de Israel respecto a Irán, no se descarta que pueda lanzar una ofensiva relámpago contra Irán. Es cuestión de sobrevivencia, es posible que pudiera ser apoyado por Arabia Saudita y otros países del Golfo que también son amenazados por el Irán chiíta. EUA se vería obligado a apoyar esta ofensiva.

Por su parte, Trump, a través de un discurso el 8 de enero, anunció que no responderá militarmente después del bombardeo iraní a dos bases en Irak que albergan tropas estadounidenses, porque Teherán “parece estar reculando”, aunque “si impondrá de inmediato poderosas sanciones económicas punitivas adicionales contra el régimen iraní”. Trump reiteró que, “a Irán no se le permitirá tener un arma nuclear” y pidió nuevas negociaciones nucleares para reemplazar el acuerdo nuclear del 2015, del cual se retiró EUA. Dijo: “debemos llegar a un acuerdo que permita a Irán prosperar y aprovechar todo su potencial”.

Los mercados financieros que se sacudieron después del ataque de Irán a las bases de EUA en Irak, particularmente por el importante incremento del precio del petróleo, empezaron a moderarse.

 


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