Enlace Judío México e Israel – Cuando los nazis comprendieron que habían perdido la guerra, ordenaron a los oficiales alemanes a cargo de los campos de concentración y exterminio cubrir todos los vestigios de sus atrocidades antes de huir. En este contexto, cuando las tropas aliadas avanzaban a través de Europa en una serie de ofensivas contra Alemania, empezaron a encontrar prisioneros de los campos de concentración.

Las fuerzas soviéticas fueron las primeras en encontrar un campo nazi, el de Majdanek cerca de Lublin, Polonia. En este campo, el personal incendió el crematorio grande, empero, en la apurada evacuación quedaron intactas las cámaras de gas. En el verano de 1944 los soviéticos también llegaron a los campos de exterminio de Belzec, Sobibor y Treblinka. Los nazis habían desmantelado estos campos en 1943, después de que la mayoría de los judíos polacos habían sido asesinados cobardemente.

Bergen-Belsen en el norte de Alemania fue el primer campo de concentración liberado por las fuerzas Aliadas. “Los soldados que llegaron a este campo, y un periodista de la BBC, no estaban preparados para lo que iban a encontrar, lo que vieron en Belsen, los atormentaría para siempre, dejando grabadas una de las escenas más crueles del Holocausto”. En general, en un principio los países aliados no querían que se difundieran las fotografías y las películas de lo que encontraron en los campos, para no afectar a los parientes de las personas desaparecidas. Sin embargo, el liderazgo aliado decidió “que el mundo debería conocer las atrocidades nazis”. En Bergen-Belsen, encontraron vivos alrededor de setenta mil prisioneros, la mayoría en condiciones críticas por una epidemia de tifus. Más de diez mil murieron de mal nutrición o enfermedad a las pocas semanas de su liberación.

El 27 de enero de 1945, los soviéticos liberaron Auschwitz-Birkenau, en el sur de Polonia, este complejo de muerte fue evacuado gradualmente desde 1944, sin embargo, los nazis tuvieron que huir precipitadamente. Los rusos encontraron 7,000 prisioneros famélicos, incapaces de caminar. Existía abundante evidencia del exterminio masivo. Los alemanes había destrozado la mayoría de los depósitos en el campo, pero en los que quedaban se encontraron las pertenencias de las víctimas. Descubrieron por ejemplo, cientos de miles de trajes de hombre, más de ochocientos mil vestidos de mujeres, y más de catorce mil libras de cabello humano.

El campo de Auschwitz fue un complejo formado por diversos campos de concentración y exterminio de la Alemania nazi, situado en los territorios ocupados durante la Segunda Guerra Mundial. Comprendía Auschwitz I, el campo original; Auschwitz II–Blakenov, campo de concentración y exterminio; Auschwitz III–Monuwitz, campos de concentración para la IG Farben (pesticida a base de cianuro); 45 campos y satélites más. En la puerta de la entrada a uno de los campos que componían el complejo (Auschwitz I) se puede leer el lema en alemán Arbeit macht frei (el trabajo libera) con el que las fuerzas de la SS que estaban a cargo del centro recibían a los deportados, desde su apertura el 20 de mayo de 1940 hasta el 27 de enero de 1945, cuando fue liberado por el ejército soviético. 

En este campo un millón cien mil personas murieron, aproximadamente un millón fueron judíos. Bajo la supervisión de Heinrich Himmier, el campo estuvo dirigido por el oficial de la el Obersturmbannführer de la SS, Rodolf Höss, hasta el verano de 1943, reemplazado posteriormente por Arthur Liebeherchel y Richard Baer. Höss, capturado por los aliados, declaró en los juicios de Nuremberg antes de ser procesado y condenado a muerte por ahorcamiento en 1947, delante del crematorio de Auschwitz I. Liebeherchel fue también juzgado por un tribunal polaco y ejecutado en 1948. Baer logró evadirse y vivir bajo una entidad falsa en Hamburgo, Alemania, hasta que fue reconocido y arrestado. Se suicidó en la prisión poco antes de iniciarse su proceso en 1963.

Cabe mencionar que Auschwitz era una población cercana a Katowice, en la confluencia de los ríos Vistula y Sola en la Alta Silesia. Esta región había sido cedida a Polonia en el Tratado de Versalles y en 1940 tenía alrededor de 140,000 habitantes, la mitad de ellos judíos. 

La construcción del campo de Auschwitz fue a partir de unos barracones del ejército polaco, sobre unos terrenos dedicados a la doma de caballos. Los primeros internos de este campo fueron 30 criminales alemanes procedentes de Sachsenhausen y 728 prisioneros políticos polacos. Alrededor de 6,500 miembros las SS sirvieron en Auschwitz realizando pequeñas o grandes tareas con el objetivo de lograr la denominada solución final a la cuestión judía. La mayoría de ellos sobrevivieron a la guerra. Durante los años de funcionamiento del campo , 700 prisioneros intentaron escapar del mismo, pero solo 300 lo lograron. La pena aplicada por intento de fuga era generalmente la muerte por inanición y sus familias eran arrestadas e internadas en el campo como advertencia a otros prisioneros. 

El 7 de octubre de 1944, los Sonderkommandos judíos (prisioneros separados del resto y que trabajaban en las cámaras de gas y hornos crematorios) organizaron un levantamiento. Las prisioneras habían logrado extraer explosivos de una fábrica de armas y los utilizaron para destruir parcialmente el crematorio IV y tratar de escapar durante la confusión. Los 250 prisioneros fueron capturados e inmediatamente ejecutados.

Los soviéticos también libraron otros campos en los países bálticos y en Polonia. Poco después de la rendición de Alemania, las fuerzas soviéticas liberaron los campos principales de Stulthuf, Sachenhausen y Ravensbrück. Las fuerzas de EUA libraron el 11 de abril de 1945 el campo de concentración de Buchenwald cerca de Weimar, Alemania. El día de la libración de este campo, una organización de resistencia de prisioneros tomo control del mismo para prevenir atrocidades por los guardias en retirada. Las fuerzas de EUA liberaron más de veinte mil prisioneros de este campo. También liberaron los campos principales de Dora-Mittelbau, Flossenbur, Dachau y Mathausen. 

Los liberadores enfrentaron condiciones inexplicables en los campos, donde pilas de cadáveres estaban sin enterrar. Los prisioneros que sobrevivieron parecían esqueletos a causa de demandas de trabajos forzados y la falta de nutrición adecuada. La enfermedad era un peligro constante y muchos de los campos tuvieron que ser quemados para prevenir la difusión de epidemias. Los sobrevivientes enfrentaban un largo y difícil camino de recuperación.

Documentos de Naciones Unidas que se hicieron públicos a mediados del 2017 a través de la Biblioteca Wiener, un centro de documentación del Holocausto, demuestran que los Aliados tenían claro lo que estaba ocurriendo con los judíos desde diciembre de 1942. Sin embargo, esto no significó una apertura de sus fronteras para recibir a los judíos atrapados en uno de los genocidios más importantes de la historia. Jaim Weizmann, un judío ruso, líder sionista que terminaría por convertirse en el primer presidente de Israel, dijo en referencia al Holocausto: “el mundo parece estar dividido en dos partes: una en donde los judíos no pueden vivir y la otra donde no pueden entrar”. 

El Premio Nobel de la Paz, Eli Weisel, sobreviviente de Auschwitz, ya fallecido, aseguró que nunca perdonaría a los aliados por no haber bombardeado las vías del tren que llevaban a los campos de exterminio a miles de personas asesinada cada día. Yo añadiría que tampoco perdonaría al grupo de cómplices del nazismo, austriacos, franceses  y estadounidenses que se enriquecieron bajo el capitalismo fascista que impulsó el III Reich, con nombres tan conocidos como Bayer, Ford, Standar Oil que colaboraron activamente con Hitler y no dudaron en utilizar como trabajadores esclavos a prisioneros, judíos, soviéticos o españoles de los campos de concentración. La apatía y la indiferencia del mundo ayudó a las atrocidades nazis.

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