Enlace Judío México e Israel – Pésaj es una de las festividades más celebradas por los judíos en todo el mundo, representa la salida de Egipto hacia la libertad. En ella se llevan a cabo muchas acciones cuyo objetivo es revivir los eventos que llevaron a los judíos a ese momento, uno debe involucrarse en la fiesta con su mente y sus sentimientos. Rab Raymond Beyda nos habla de cómo las acciones nos ayudan a adquirir el conocimiento y la disposición moral que la festividad exige.

Rab Raymond Beyda. No sólo son palabras, también son acciones

A lo largo de las generaciones, en todo el mundo, la festividad de Pésaj empieza con los judíos reunidos en torno a una cena cuyo objetivo es trasmitir la historia de Pésaj – la Redención de Egipto – a la siguiente generación de judíos. Se han agregado numerosos rituales y acciones a la ceremonia para despertar la curiosidad e intriga de los niños, se quiere involucrarlos en el proceso de vivir nuevamente el Éxodo.

Sumergimos vegetales en agua con sal, comemos hierbas amargas, probamos un poco de una masa color ladrillo que se llama jarozet y nos recostamos como si fuéramos reyes, mientras comemos nuestra matzá. Durante otros días sagrados, también conmemoramos eventos esplendorosos de nuestra historia espiritual, sin embargo, ninguno se compará con Pésaj en cuanto al detalle. La noche misma se le llama “seder” (orden) porque imita el proceso a través del cual los judíos fueron llevados de la esclavitud y la idolatría a la libertad y la lealtad a la Torá.

¿Por qué tanto simbolismo? ¿Por qué el énfasis exagerado en revivir el mensaje y en las acciones? ¿No sería suficiente con contar la historia?

El sefer Ha – Jinuj hace una pregunta similar con respecto a las mitzvot. ¿Por qué tenemos tantas acciones que nos recuerdan el mismo evento histórico – el Éxodo?

Contesta: “HaAdam nif’al k’fi pe’ulotav – Una persona se forma a través de sus acciones.” En otras palabras, el comportamiento moldea la psique. Si una persona hace una acción buena repetidamente, se acerca a la bondad; igualmente, si una persona repite numerosas veces una acción mala, se vuelve lentamente malvada. Las acciones moldean el carácter de la persona.

En la noche de Pésaj, a la persona se le exige sentirse como si ella o él mismo hubiera salido de Egipto – no como si fuera solamente un evento histórico vivido por sus antepasados. Para ayudar al individuo a generar este sentimiento, los sabios establecieron una noche para representar con acciones los eventos emocionales del tiempo pasado. Se te pide sentir la sal de sus lágrimas y comer las hierbas amargas por la amargura de la vida vivida en esclavitud. Por otro lado, también comes la comida preparada con rapidez como salieron corriendo hacia la libertad, y bebes cuatro copas de vino, reclinandote como los reyes.

Si uno cumple la mitzvá de la noche con la razón y las emociones, entonces uno sentirá el éxtasis que los israelitas del desierto vivieron 3,300 años atrás. El judío se sentirá como si hubiera salido de Egipto y querrá expresar con cantos y ruegos la alegría y gratitud que siente hacia su Salvador. Ese es el climax de la noche – el Halel – una canción llena de alabanza salvaje que es evocada a través de actuar las fases de desarrollo que se viven entre ser un esclavo y una persona libre.

Nuestra noche de libertad llevada a la acción, hacen surgir los sentimientos genuinos y apropiados para envolver la noche con un “gracias” digno de un rey dado a nuestro D-os, nuestro Salvador. Prepárense y disfruten.

¡Pesach kasher v’same’ach!

Fuente: Hamodia