Enlace Judío México e Israel.- La ex ministra de Justicia Ayelet Shaked, en una entrevista en la Radio del Ejército, dijo que “el estancamiento es legítimo en el juego político, la Corte Suprema no debió intervenir”, respecto a la decisión de Edelstein.

YONAH JEREMY BOB, GIL HOFFMAN

La ex ministra de Justicia, Ayelet Shaked, expresó el martes su confianza en que el presidente de la Knesset, Yuli Edelstein, respetaría la solicitud de la Corte Suprema de permitir una votación para sustituirlo antes de la fecha límite del miércoles.

Cinco jueces le dijeron a Edelstein (Likud) el lunes por la noche que debe celebrar una votación para que el partido Kajol Lavan pueda reemplazarlo antes del miércoles. Edelstein respondió que si [el partido] intervenía para forzarlo a dejar el cargo, eso perjudicaría permanentemente al sistema judicial al politizarse en la opinión de gran parte del público israelí, informa The Jerusalem Post.

La decisión se produjo tras la negativa de Edelstein a convocar a la Knéset después de la juramentación del nuevo parlamento el lunes pasado.

Shaked (Yamina) dijo que Edelstein tenía razón al quejarse del comportamiento de la corte y al tratar de posponer la votación para permitir que continúen las conversaciones de coalición.

“Una semana en la Knéset es muy poco tiempo”, dijo a la Radio del Ejército. “El estancamiento es legítimo en el juego político. La Corte Suprema no debió intervenir”.

En la misma entrevista, el legislador Nir Barkat, ex alcalde de Jerusalén, dijo que aunque “se debe respetar la decisión del Tribunal Superior, fue un error que éste haya abordado el tema”.

El legislador del Likud, Gideon Sa’ar, le dijo a Kan News: “El tribunal superior no puede reemplazar a la Knéset. Lamentablemente, el tribunal nos está llevando a la anarquía”.

El legislador de Kajol Lavan Ofer Shelah, quien encabezará un comité especial de la Knéset sobre el coronavirus, dijo que estaba seguro de que Edelstein permitiría la votación para elegir un nuevo presidente el miércoles. Dijo que su colega de Kajol Lavan, Meir Cohen, sería un digno sustituto.

“Ni siquiera me entretengo en pensar que elpresidente de la Knéset no respetará la decisión del Tribunal Superior”, dijo Shelah a Radio del Ejército.

Los jueces dijeron que decidieron emitir el fallo tras la negativa de Edelstein a comprometerse con cualquier otra fecha establecida y decir que retrasaría la votación mientras se estuvieran desarrollando las negociaciones políticas para formar gobierno.

El Tribunal Superior no especificó qué acciones tomaría si Edelstein ignoraba el fallo.

La decisión del Tribunal Supremo se emitió a las 10:06 p.m., menos de una hora después de la respuesta de Edelstein al Tribunal Supremo sobre el tema, a las 9:13 p.m..

El lunes anterior, el Tribunal había intentado presionar a Edelstein para que se comprometiera a permitir la votación antes del miércoles, dándole de plazo solo hasta las 5:00 p.m. del martes para declarar sus intenciones.

Edelstein obtuvo una extensión hasta las 9:00 p.m. para dar a conocer su posición.

Edelstein mencionó que a menudo transcurren semanas entre la juramentación de una nueva Knéset y la votación de un nuevo presidente en lugar de fijar un plazo efectivo de una semana que es lo que Kajol Lavan, y potencialmente la corte estaban sugiriendo.

Edelstein intentó apoyarse en el asesor legal de la Knéset, Eyal Yinon, para demostrar que tenía apoyo legal, aunque el Fiscal General Avijai Mandelblit había atacado con vehemencia la posición de Edelstein de retrasar la votación para reemplazarlo como peligrosa para la democracia.

Yinon, por su parte, expresó su desacuerdo con la decisión de Edelstein de retrasar la votación, pero con suficiente ambigüedad en su posición como para sugerir la idea de que es legalmente defendible conceder a Edelstein una breve extensión tratando de involucrar a los partidos políticos a llegar a un compromiso.

Para Kajol Lavan, Edelstein será recordado como el socio de Netanyahu en la destrucción de la democracia.

El martes por la tarde, los colegas de Likud de Edelstein, el ministro de Justicia, Amir Ohana, y el ministro de Turismo, Yariv Levin, dijeron que Edelstein debería rechazar la solicitud del tribunal de permitir la votación antes del miércoles. Levin lanzó un fuerte ataque contra la corte, acusando a la presidenta del tribunal, Esther Hayut, de un golpe de estado en la Knéset e invitándola a convocar el pleno.

El Tribunal Supremo ha tomado oficialmente el control de la Knéset y convirtió a la Knéset en un sello de goma”, dijo Levin. “La Knéset ahora está a cargo de los jueces. Esto no sucede en ninguna otra democracia”.

El ministro de Transporte, Bezalel Smotrich, acusó a la corte de “pisotear una institución democrática elegida y tratar de enterrar la agenda de la Knéset”. Su colega de Yamina, la ex ministra de justicia Ayelet Shaked, dijo que “quienes pidieron a la Corte Suprema que fuera la maestra de guardería de la Knéset están matando nuestra democracia”.

Desde Kajol Lavan respondieron que los ministros deben respetar las decisiones tanto de la corte como de los votantes.

“La democracia es democracia, y no solo cuando es cómoda para Netanyahu”, dijeron en Kajol Lavan.

Benny Gantz pidió a Netanyahu que condene a los ministros del Likud que hablaron en contra de respetar a la Corte Suprema y prometió celebrar la votación en breve.

“El intento cínico de condicionar las conversaciones de coalición para dañar nuestra democracia no funcionará”, dijo Gantz.

Funcionarios de Kajol Lavan dijeron que las declaraciones de los ministros del Likud dificultaban la cooperación en un gobierno de unidad.

El legislador del Likud Gideon Sa’ar y el ministro de Seguridad Pública, Gilad Erdan, dijeron que Edelstein debería respetar la decisión del Tribunal Supremo.

En una audiencia el domingo por la noche, el Tribunal pareció ponerse del lado de la petición del partido Kajol Lavan de obligar a Edelstein a hacer que la nueva Knéset comience a funcionar.

Los cinco jueces, la presidenta Esther Hayut, el vicepresidente Hanan Melcer, Uzi Vogelman, Neal Hendel e Yitzhak Amit expresaron su descontento con la idea de que se estaba rechazando la voluntad de una mayoría de 61 legisladores y Hendel preguntó si había algún precedente para esto.

Tanto Kajol Lavan como el Movimiento por la Calidad del Gobierno, que presentaron las peticiones ante el Tribunal Supremo, pidieron que obligara a Edelstein a autorizar la votación para formar comités de la Knéset y elegir un nuevo presidente.

El domingo, Edelstein había expresado su confianza en que los tribunales no intervendrían en el trabajo de la Knéset. Dijo que tenía intención de formar los comités el lunes y solo lo retrasó hasta entonces, porque estaba dando una oportunidad a las conversaciones de coalición.

Para Edelstein, elegir un nuevo presidente evitaría la formación de un gobierno de unidad y el Likud y sus partidos satélites advirtieron que las conversaciones de coalición se interrumpirían si Edelstein era derrocado.

Sin embargo, un juez tras otro respaldó la opinión de los peticionarios en la audiencia del domingo, que coincidía con la opinión de la oficina de Mandelblit, de que Edelstein había excedido sus poderes y una regla férrea de que la mayoría es decisiva. Un abogado que representa a Mandelblit dijo que la medida de Edelstein de retrasar la votación para expulsarlo era un peligro para la democracia.

Reproducción autorizada con la mención: ©EnlaceJudío