Enlace Judío México e Israel – Los negocios cerraron y los empleados se fueron a sus casas, a veces despedidos por un recorte de personal, otras veces suspendidos de labores transitoriamente con el salario mínimo y sólo algunos pocos afortunados se fueron a sus casas con el goce de su sueldo pagado, pues para todos los empleadores dueños de fábricas, tiendas, restaurantes y todo tipo de comercios, el coronavirus es mucho más que un virus mortal: representa también una crisis económica imposible de soportar.

Sin importar el tamaño de su pequeño, mediano o grande negocio, cualquier empresario tiene rentas que pagar, gastos fijos que no entienden de epidemias y que simplemente se tienen que solventar.

Entonces el empresario comienza las súplicas por una rebaja en aquellos gastos fijos que lo tienen estrangulado, pero el que recibe la renta no está dispuesto a aceptar, pues él también necesita el dinero y ante eso no hay nada que argumentar.

Sí, comenzaremos a pelear como sociedad, porque es en estos momentos cuando nos damos cuenta que formamos una enorme red entretejida, una red en la que todos nos conectamos en una misma economía.

La pandemia obligó a gran parte de la población mundial a encerrarse en sus casas, pero estas correctas medidas sanitarias están provocando una crisis económica, una crisis que nos acompañará mucho tiempo después de que el virus haya desaparecido. Sin duda, no seremos los mismos. Cuando este terremoto epidemiológico termine, habrán pérdidas, nadie terminará en el mismo lugar, habrá quien pierda su casa, su empleo o su negocio, habrá quien se vuelque sobre sus ahorros. Ellos, los que tienen ahorros a los cuales recurrir serán considerados los más afortunados, lo que es un hecho es que esta crisis nos dejará a todos verdaderamente lastimados.

Pero bien dicen que mientras haya vida hay mucho por hacer y la motivación es lo único que no podemos perder. Cuando esto haya terminado retomemos el trabajo, puede que al principio no queramos gastar por estar asustados, puede incluso que el dinero ganado tengamos que utilizarlo en pagar las deudas que obtuvimos en estas semanas de encierro, pero habrá recuperación, nos hemos recuperado muchas veces en el pasado y ésta no será la excepción.

Cuando vuelvas a sentir un poco de solvencia ayuda a reactivar la economía, consume en negocios mexicanos para que sea nuestra casa la que se recupere y despierte de esta pesadilla, será tiempo para ir al cine, al teatro, al concierto, al centro comercial, será tiempo de comprar eso que por tanto tiempo hemos deseado porque lo más adecuado será gastar, tomar un vuelo y visitar esa playa mexicana que es hermosa y tiene mucho para dar, será tiempo simplemente de apoyarnos como sociedad. Porque hoy más que nunca debemos de valorar la vida.

Un virus microscópico vino a demostrarnos nuestra vulnerabilidad, entonces que esta experiencia no sea en vano, porque si como sociedad salimos golpeados, como sociedad nos tenemos que recuperar.

 


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