Enlace Judío México e Israel- Mucho se ha hablado, en esta pandemia, de la coincidencia entre las leyes judías que hacen obligatorio el lavado de manos como parte del ritual y las recomendaciones sanitarias vigentes en esta época.

Pero existe otra coincidencia: la prohibición bíblica de comer murciélagos.

En un artículo publicado en el Jerusalem Post, el rabino Shmuel Boteach, autor, entre otros libros de Kosher Sex: A Recipe for Passion and Intimacy (1999),y de Kosher Jesus (2012), aborda este tema y se pregunta si apegarse a esta norma del Kashrut podría haber evitado una pandemia.

Aunque, a la vez, reconoce que “No me corresponde decirle a nadie lo que deberían o no deberían comer, y menos aún a alguien de una cultura diferente con dietas ajenas a mi paladar occidental”.

Boteach dice que los científicos aún no han determinado si el virus se originó en uno de los llamados mercados húmedos, que venden animales vivos. Se pregunta: “Acaso el paciente cero contrajo COVID-19 al comer un murciélago?”

Boteach menciona la perashá  (porción semanal)  Shemini, que se leyó hace unas semanas. En ella, la Biblia enumera todas las aves y criaturas voladoras que expresamente no son kosher y no deben comerse. El denominador común entre casi todas ellas es que son aves rapaces.

“La Torá nos prohibe comer animales que comen otros animales” dice el hombre denominado por el Washington Post como ‘el rabino más famoso de Norteamérica’. Y prosigue: “El rabino Samson Raphael Hirsch dice que aunque Dios nos permite comer animales por necesidad, Él busca alejarnos de los animales que son omnívoros a favor de los herbívoros. Los animales que tienen pezuñas divididas no están orientados, como los depredadores con patas, para perseguir y devorar a otros animales. Más bien, sus pezuñas están diseñadas para el consumo dócil de la vegetación. La prohibición de la Torá de las aves rapaces sigue el mismo pensamiento”.

“Pero cuando se trata de la prohibición de comer murciélagos, parece que la Torá repite la prohibición no solo una vez sino dos veces. Con respecto a la palabra hebrea tinshames (Levítico, 11:18), Rashi dice que ‘se parece a un ratón y vuela de noche’. Claramente, un murciélago”.

“Luego, solo un versículo después, la Biblia prohíbe el consumo de un atalef, que también se traduce como murciélago”.

Así,concluye Boteach, la Biblia es inflexible acerca de no consumir murciélagos.

¿Pudo esta prohibición haber evitado el coronavirus? ¿Acaso las leyes relativas a la dieta Kosher – o las leyes del ritual judío en general, como la circuncisión, que ha probado ser benéfica para la salud- conllevan más profundidad de lo que muestran a primera vista?