Enlace Judío México e Israel – El rey Salomón es un personaje fascinante, sin duda. Pero con mucha facilidad podemos quedarnos en el análisis de los aspectos superficiales —aunque estrambóticos— de su personalidad: que fue muy sabio, que fue muy querido, que fue muy famoso.

Pocas personas reparan en que alrededor de Salomón hay una serie de simbolismos en los que se entreteje la teoría política, los conceptos de Shalom (paz) y Shalem (completitud), el significado de Shabat, la guerra entre los vicios y la virtud, la destrucción del Templo, la historia judía y el gran trauma que representó el exilio en Babilonia, la labor titánica de Ezra y sus escribas para recuperar y restaurar las escrituras sagradas del Judaísmo, y la posibilidad de que el individuo llegue a ese punto de madurez en el que es capaz de decirse a sí mismo “no” cuando es lo más conveniente.

A partir del célebre relato en el que un ángel le ofrece a Salomón cualquier cosa que él pida, y él responde diciendo que es rey joven y sin experiencia y que, por lo tanto, necesita sabiduría para guiar al pueblo de Israel, Irving Gatell desglosa detalle por detalle para explicarnos cómo la simpática historia de Salomón es, en realidad, una monumental cátedra de lo que es el ser humano completo, íntegro y en pleno dominio de sus facultades, tanto físicas como espirituales y morales.

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