Enlace Judío México e Israel.- La historia de nuestro planeta hasta ahora ha sido estudiada a través de los polos magnéticos de la Tierra. Sin embargo, científicos del Instituto de Ciencia Weizmann han desarrollado una nueva forma de leer este registro histórico: en hielo, que tiene el potencial de ayudar a futuros científicos a descubrir la historia de otros cuerpos en nuestro Sistema Solar.

CELIA JEAN

El nuevo método deriva de un campo de investigación llamado paleo-magnetismo, que se enfoca en el estudio de escamas minerales magnéticas que quedaron atrapadas en rocas o núcleos perforados a través de sedimentos oceánicos.

Los hallazgos podrían ayudarnos a comprender la historia de otros cuerpos en nuestro Sistema Solar.

En el momento de su captura, estos copos se alinearon con el campo magnético de la Tierra, e incluso millones de años después, los investigadores pueden probar su alineación magnética norte-sur y comprender la posición de los polos magnéticos de la Tierra en ese momento distante.

El profesor Oded Aharonson, del Instituto de Ciencias Weizmann en Rehovot, estaba en una conferencia de paleo-magnetismo en la isla de Córcega, ubicada en el Mar Mediterráneo, cerca de Francia, cuando planteó la pregunta: “Si se pudieran detectar pequeñas cantidades de materiales magnéticos en los sedimentos oceánicos, tal vez también podrían quedar atrapados en el hielo y medirse”.

“La historia paleo-magnética de la Tierra ha sido estudiada a partir del registro rocoso; leerlo en núcleos de hielo podría revelar dimensiones adicionales o ayudar a asignar fechas precisas a los otros hallazgos en esos núcleos”, dijo. “Y sabemos que las superficies de Marte y las grandes lunas heladas como Europa han estado expuestas a campos magnéticos. Sería emocionante buscar inversiones de campo magnético en el hielo muestreado de otros cuerpos en nuestro Sistema Solar”, publicó The Jerusalem Post.

La Tierra es el hogar de muchos glaciares congelados que tienen millones de años, en capas como anillos de árboles. Estos núcleos de hielo, ubicados en lugares como Groenlandia y Alaska, a menudo se perforan para investigar signos de calentamiento planetario o glaciaciones. El profesor Aharonson quería saber si, durante estas perforaciones, los científicos también podrían investigar los campos magnéticos.

Para responder a la pregunta, el equipo de investigación, dirigido por el profesor Aharonson y su alumno Yuval Grossman, se propuso descubrir si era posible que el proceso en el que se forma hielo en las regiones cercanas a los polos pudiera contener un registro detectable de inversiones de polos magnéticos.

Con este propósito, el equipo de investigación construyó una configuración experimental para simular la formación de hielo que ocurre en los glaciares polares, donde teorizaron que el polvo podría haber quedado atrapado junto con estas partículas magnéticas, junto con agua y hielo en los glaciares y las capas de hielo.

Para hacer esto, los investigadores crearon nevadas artificiales moliendo finamente hielo hecho de agua purificada, agregando un poco de polvo magnético y dejándolo caer a través de una columna muy fría que estuvo expuesta a un campo magnético, este último con una orientación controlada por los científicos. Descubrieron que al mantener temperaturas muy frías, alrededor de 30 ° Celsius bajo cero, podían generar “núcleos de hielo” en miniatura en los que la nieve y el polvo se congelaron sólidamente en hielo duro.

“Sería emocionante buscar inversiones de campo magnético en el hielo muestreado de otros cuerpos en nuestro Sistema Solar. Si el polvo no se ve afectado por un campo magnético externo, se asentará en direcciones aleatorias que se cancelarán mutuamente”, dijo el Prof. Aharonson dijo.

Para medir el magnetismo en los modelos de núcleos de hielo en miniatura que el equipo de investigación había creado, tuvieron que llevarlo al laboratorio del profesor Ron Shaar de la Universidad Hebrea de Jerusalén, donde utilizaron un magnetómetro sensible que podía detectar los más mínimos “momentos” magnéticos. El equipo encontró un momento magnético pequeño, pero definitivamente detectable, que coincidía con los campos magnéticos aplicados a sus muestras de hielo.

“Hemos demostrado que es posible”, dijo el profesor Aharonson. Luego propuso un proyecto de investigación para una futura misión espacial que incluya muestreo de núcleos de hielo en Marte, y agregó que espera que esta demostración de la viabilidad de medir dicho núcleo haga avanzar el atractivo de esta propuesta.

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