Enlace Judío México e Israel – La pandemia del coronavirus ha hecho patente que los sanitarios están siendo auténticos héroes y heroínas, también se ha visto que la ciudadanía lo sabe y les quiere retribuir, sin embargo, no siempre saben cómo.

Bertha Merikanskas

Una israelí, Adi Scope Karmon, detectó la brecha entre las necesidades reales de miles de personas que trabajan salvando vidas y que tienen también la suya propia que ahora descuidan, y la voluntad de muchos ciudadanos de ayudar, pero sin saber exactamente qué hacer ni cómo.

Así, en marzo de 2020 Adi fundó “Adoptar un médico” junto con Tal Laufer, Aviad Shlain y Ruth Polachek. “Es un nombre genérico, que en realidad significa adoptar a trabajadores de la salud en general, médicos, enfermeros, técnicos, todos…”, explica Scope Karmon.

Pensaron que en las largas jornadas hospitalarias, llenas de estrés y ansiedad, si alguien entrase de pronto con una bandeja de magdalenas recién salidas del horno, un guiso acompañado de flores y cartas de agradecimiento o se ofreciese a recoger a los niños del colegio o pasear al perro, los días serían más llevaderos, tanto para los médicos como para los voluntarios.

Con tantos doctores, enfermeros, equipos de diagnóstico, trabajadores de Magen David Adom, equipos de emergencia, todos en la primera línea de combate, y todos con necesidades, tanto emocionales como mentales y prácticas, y sin saber a dónde acudir, al tiempo que cientos de miles de ciudadanos estaban sentados en sus casas, en confinamiento, deseando poder ser parte de la ayuda mundial en la pandemia. Así, Scope Karmon y sus colaboradores entendieron que debían poner en contacto a todas esas personas.

Lanzaron su iniciativa en su página web y a los 10 días tenían más de 1 mil 300 voluntarios y 550 profesionales médicos que querían ser “adoptados”.

¿Cómo funciona?

Cada trabajador de la salud es “adoptado/a” por un voluntario/a o grupo de voluntarios cuyo deber es entender qué necesitan para poder hacerles la vida más fácil. Las necesidades van desde cocinarles y mandarles la comida a los centros sanitarios donde trabajan o a sus casas, cuidar a sus hijos, hacerles la compra, cuidar a las mascotas y hasta encontrarles aparcamiento.

“Porque pocas cosas hay más frustrantes que acabar un turno hospitalario de ni se sabe cuántas horas y pasarse dando vueltas al vecindario en busca de aparcamiento”, dice Adi, con una sonrisa pero muy en serio.

Hoy su página de Facebook tiene más de 9 mil 400 miembros y cada post en el que se describe una necesidad en particular dispara cientos de comentarios de apoyo. La organización tiene hoy 3 mil 500 voluntarios y 800 trabajadores de la salud emparejados a ellos.

Información de Fuente Latina.

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