Enlace Judío México e Israel – A un día de que en Israel comience a implementarse un confinamiento nacional de tres semanas para frenar la propagación del COVID-19, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió que el gobierno podría agudizar las restricciones en vista del acelerado paso de la pandemia, informó el sitio The Times of Israel.

En un mensaje televisado desde su residencia oficial en Jerusalén, Netanyahu aludió al manejo inicial de la pandemia por parte de su gobierno y dijo que otros países además de Israel, que presenta actualmente una alta tasa diaria de contagios, también están reintroduciendo restricciones.

Para este jueves, de acuerdo con los datos del Ministerio de Salud de Israel, al menos 3,843 nuevos casos de coronavirus se confirmaron, en tanto que el jueves se presentaron, 4,560. Los contagios activos se elevaron a 47,758 y 573 pacientes están graves, mientras que la cifra de muertes llegó a 1,169.

“Hicimos todo lo posible para equilibrar las consideraciones de salud y las necesidades económicas”, dijo, pero el aumento de las tasas de contagio significaba que “puede que no haya más remedio que endurecer las restricciones. No impondré un cierre sin motivo, pero no dudaré en agregar restricciones si es necesario.

“Mi obligación y responsabilidad como primer ministro no es solo proteger su salud, sino proteger sus vidas”, dijo, y señaló: “Hay un límite en lo que pueden hacer los equipos de atención médica [antes de que el sistema hospitalario colapse]”.

Como parte de un llamado de atención al público, los exhortó a usar cubrebocas y evitar todo tipo de congregaciones.

“Cuanto más se hace esto, menos se necesitan medidas estrictas”, dijo Netanyahu. “Esos dos pasos son más importantes que cualquier medida que impongamos”. “El encierro es importante, es necesario y en este encierro estaremos juntos”, dijo.

Añadió que un nuevo plan para abordar las consecuencias económicas causadas por las medidas del confinamiento nacional se discutirá, el cual podría incluir “subvenciones para ayudar a las empresas a mantener a sus trabajadores, ampliar las garantías [de préstamos] gubernamentales” y otras medidas.

También dijo que una vacuna para el virus estaba “en el horizonte”. “Nos estamos acercando a una vacuna, pero pasarán unos meses hasta que veamos las primeras vacunas y un poco más de tiempo antes de que las obtengamos. Pero está en el horizonte, algo no les podría haber dicho hace unas semanas o meses”.

Otros países también enfrentarán la decisión de cerrar nuevamente en todo el país, “y en mi opinión, la mayoría de ellos no tendrán más remedio que hacerlo”, dijo Netanyahu.

Señaló que los funcionarios de salud habían “levantado la bandera roja la semana pasada” y que las tasas de infección se habían disparado en los últimos días.

Negó reportes de que las reuniones entre altos funcionarios sobre la imposición de las nuevas restricciones habían sido “tensas”. “Derrotaremos al coronavirus”, dijo, “pero solo venceremos al virus si actuamos juntos”.

Hablando después de Netanyahu, el ministro de Finanzas, Israel Katz, anunció una serie de medidas para ayudar a las personas y empresas afectadas por las restricciones.

Dijo que impulsará una propuesta para reducir los salarios de los ministros del gobierno y miembros de la Knéset, como un “ejemplo personal a seguir para otros sectores”. Katz ha estado pidiendo que los empleados del sector público con altos ingresos acepten recortes salariales ya que el gobierno enfrenta un déficit debido al virus.

El ministro de Salud, Yuli Edelstein, también habló en la sesión informativa y dijo a los israelíes que los funcionarios ya habían llegado a la conclusión de que un cierre de tres semanas “no era suficiente” para detener el último brote.

Las medidas para el nuevo confinamineto nacional han recibido rechazo por parte de judíos religiosos y ultraortodoxos, porque afectarán los servicios públicos de rezos durante las Fiestas Mayores; de los dueños de negocios, debido a la pérdida en el comercio; y del público en general, porque el cierre del sistema educativo obligará a muchos padres a faltar al trabajo para cuidar a los niños.

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