Enlace Judío México e Israel – El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu defendió este jueves la decisión del gobierno de endurecer significativamente el confinamiento nacional a partir de mañana viernes con el fin de frenar el acelerado aumento de los casos de COVID-19 en el país.

“Debido al fuerte aumento del contagio, hemos decidido hoy tomar las medidas necesarias. Estas medidas no son fáciles, pero salvar vidas es lo primero”, dijo durante una conferencia de prensa en la Oficina del Primer Ministro en Jerusalén. “Estamos en medio de una guerra”.

“Sabemos que la pandemia tendrá un precio elevado y veremos más muertes. Siento tener que decir esto, pero es la verdad”, advirtió.

El mandatario señaló que muchos otros países están experimentando una segunda ola de COVID-19 y afirmó que después de combatir con éxito la primera ola del virus, su gobierno permitió que la economía funcionara, mitigando así el costo financiero para el país, informó The Times of Israel.

“Hemos alcanzado 7,000 nuevos casos confirmados en un día y en las últimas 24 horas, 59 personas han muerto. Este es un costo terrible”, señaló.

Mientras se debaten las nuevas restricciones para su aprobación en el pleno de la Knéset, Netanyahu aseguró que su gobierno está trabajando en una vacuna para el COVID-19, y en su disponibilidad en Israel lo antes posible. “Hay una luz al final del túnel”, dijo.

Netanyahu culpó a los “políticos populistas” por el aumento del contagio y los acusó de alentar al público a no adherirse a las directrices del Ministerio de Salud, diciendo que la flexibilización de las restricciones tras el primer confiamiento hizo que los israelíes no sigan las reglas.

Acusó al líder de la oposición Yair Lapid de “poner en peligro la vida de los ciudadanos”, así como a la legisladora del Likud Yifat Shasha-Biton, que como presidente del Comité de la Knéset sobre el coronavirus anuló algunas restricciones gubernamentales en el Parlamento hace varios meses.

Anteriormente, Lapid acusó al primer ministro de llevar a Israel a un segundo confinamiento.

“La razón de este confinamiento es la mala gestión políticamente motivada, descuidada e histérica de este gobierno y del hombre que lo encabeza”, apuntó Lapid.

“Todos los profesionales involucrados se oponen al cierre. El comisionado de Israel contra el COVID-19, Roni Gamzu, se opuso, así como el subdirector general del Ministerio de Salud, Itamar Grotto, y el Ministerio de Finanzas. Todos fueron silenciados”, agregó.

Netanyahu rechazó las acusaciones de que optó por imponer mayores restricciones con el fin de reprimir las manifestaciones en su contra.

“Es absurdo decir que se impone un estricto confinamiento nacional para terminar con las manifestaciones”, insistió. “Estas protestas anarquistas y ridículas nos ayudan políticamente, el público está harto de ellas”.

“Las manifestaciones muestran el desprecio por el resto de los israelíes que están siendo disciplinados”, continuó el primer ministro.

“Las protestas son incubadoras del coronavirus y de la anarquía. Las hemos tenido en Israel a una escala que no existe en ningún otro lugar del mundo”.

“El derecho a manifestarse, como el derecho a orar, el derecho a ganarse la vida, el derecho al transporte, son derechos muy importantes, derechos sagrados en una democracia. Pero no son derechos ilimitados. El derecho a la vida también es un derecho”, concluyó.

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