Enlace Judío México e Israel – La vigesimotercera legislatura de la Knéset inició este lunes su periodo de sesiones de invierno con un acalorado debate en el que el gobierno estuvo en el ojo del huracán.

Durante su intervención, el presidente Reuven Rivlin lanzó duras críticas al liderazgo del Estado de Israel, pidiendo al gobierno que apruebe rápidamente un presupuesto y nombre a un nuevo comandante de la Policía de Israel, sin cabeza desde diciembre de 2018, de acuerdo con el sitio The Times of Israel.

“Parece que hemos perdido la brújula [moral] que teníamos desde que se fundó el Estado, los principios y valores fundamentales que estamos comprometidos a defender. Debemos mirar hacia adelante. El virus está con nosotros para quedarse y no podemos lidiar con él si tenemos las manos atadas a la espalda”, dijo Rivlin.

“Durante más de dos años, la Policía de Israel ha estado funcionando sin un comisionado permanente. La Policía está lidiando, en este momento, con uno de los desafíos más complejos de su historia. Nombren a un comisionado de la Policía ahora”, dijo.

“Durante más de dos años, el Estado de Israel ha estado sin presupuesto”, dijo, mencionando el costo en los sistemas de bienestar y educación y argumentando que “estamos en peligro de perder a la próxima generación”.

“Los negocios fracasan, el desempleo es alto, el déficit crece y el sistema médico se lamenta bajo la carga de los enfermos. Aprueben el presupuesto ahora y den a la economía de Israel la estabilidad básica que necesita”, instó Rivlin.

La Knesset aprobó por última vez un presupuesto estatal en marzo de 2018, que estuvo en vigor hasta finales de 2019.

Rivlin también abordó las crecientes tensiones sociales en el país.

Después de elogiar la unidad nacional reflejada durante el primer confinamiento por coronavirus en marzo y abril, el presidente dijo que “a medida que se profundizaba la crisis, también lo hacían los desacuerdos y las divisiones entre nosotros. Nunca imaginé con qué poder nos golpearía esta desunión”.

“La crisis actual se encuentra entre las peores que hemos experimentado porque, a diferencia de otras crisis, nos quita nuestras libertades básicas y socava nuestros cimientos como Estado judío y democrático”, agregó, lamentando el “daño inconcebible a la libertad de culto, la libertad de reunión y protesta, la libertad de movimiento y la libertad de trabajar”.

“Amigos, siento que el ambiente está lleno de pólvora. Siento la furia que inunda las calles. Pero es inaceptable que noche tras noche, manifestantes golpeen a manifestantes, la Policía golpee a manifestantes, los manifestantes arrojen piedras a la Policía”, dijo.

“El tribalismo israelí está saliendo a la luz, y una parte de la sociedad apunta con el dedo hacia la otra. ¡Deténganse! ¡Por favor, deténganse! Esta no es la manera. Solo reconociéndonos y escuchándonos unos a otros podremos afrontar la crisis que se nos avecina”.

Netanyahu habló después de Rivlin y dijo que Israel estaba “en el camino correcto” para contener su segunda ola de coronavirus.

Defendió el confinamiento nacional que se impuso a mediados de septiembre para frenar el aumento de contagios, argumentando que ha salvado vidas.

“Hago un llamado a todos los líderes públicos, de izquierda y de derecha, para que actúen juntos con solidaridad mutua”, dijo. “Reduciremos los niveles de brutalidad y violencia, lo que no es aceptable en ninguna situación, y juntos bajaremos las tasas de contagio y mortalidad”.

El líder de la oposición política, Yair Lapid, del partido Yesh Atid, arremetió contra el gobierno por su manejo de la pandemia y acusó a Netanyahu de alimentar la división en la sociedad israelí.

“Las personas se sienten abandonadas y expuestas, por eso buscan a alguien que las abrace. Sienten que no hay gobierno. No hay nadie en quien puedan confiar. No hay nadie a quién le importe. Entonces, si no hay un Estado, al menos hay una tribu”, dijo Lapid. “El problema no comienza desde abajo, comienza desde arriba, comienza con el gobierno”.

Lapid comentó sobre las luchas internas casi constantes de la coalición de gobierno y la continua falta de presupuesto estatal.

“La gente está enferma, la gente se está muriendo, ¿por qué no pueden trabajar juntos? ¿Por qué no pueden aprobar un presupuesto? Uno de cada cinco negocios en Israel ha cerrado, ¿por qué no están haciendo nada? ¿Cómo se atreven a quedarse atrapados en sus tóxicos argumentos? ¿Cómo se atreve el primer ministro a seguir centrándose en su propio proceso penal?”, dijo.

Lapid afirmó que la coalición no era capaz de hacer frente a la pandemia y, por lo tanto, pidió un nuevo gobierno. El líder de Yesh Atid presentó una voto de censura en contra de Netanyahu, que fue desechado por 53 votos en contra y 30 a favor.

El líder del partido Yamina, Naftali Bennett, arremetió contra Netanyahu después de que el primer ministro defendiera el confinamiento nacional.

“Señor primer ministro, ¿sabe por qué hay tanta pérdida de confianza del público en el gobierno? Porque no dice la verdad. Un confinamiento no es una imagen de victoria. Un confinamiento es la imagen de un fracaso. Un terrible fracaso”, dijo Bennett durante su intervención en la Knéset.

Bennett, acusando a Netanyahu de no ser honesto con el público israelí, dijo: “Los Estados que se comportan mal llegan a los confinamientos. Quien diga que todos están llegando a un confinamiento, miente”.

“La nación perdió su fe en ti porque no crees en la nación. Quien crea en la nación no usa un confinamiento y se enorgullece de ello”, agregó Bennett, que, de acuerdo a encuestas electorales recientes, ha ganado notables preferencias entre la población israelí, lo que lo convertirían en el jefe del segundo partido más votado del país si ocurrieran elecciones.

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