La Guerra Macabea, iniciada en el año 167 AEC cuando Matatiahu, un sacerdote (kohen) del área de Modín se rebeló contra Antíoco IV Epífanes y sus políticas enfocadas a suprimir el Judaísmo de raíz. Su objetivo era imponer la cultura helenística en toda Judea.

El relato de Januká nos cuenta cómo después de morir Matatiahu, su hijo Yehudá tomó el liderazgo de la rebelión, y guió a los judíos a un triunfo milagroso que liberó a Jerusalén y al Templo en el año 164 AEC.

Debido a su fiereza como guerrero y a su sorprendente capacidad como estratega militar, fue llamado “el martillo”. En hebreo, Hamakabi o, castellanizado, el Macabeo. Por supuesto, el relato tradicional se centra en esa etapa del conflicto por el milagro del aceite. Pero la realidad es que el conflictó se extendió por seis años más.

Irving Gatell nos cuenta los detalles posteriores de la Guerra Macabea, que incluyen la muerte de Yehudá Hamakabi, y el también imponente liderazgo militar de su hermano, Jonatán Hamakabi. Y nos explica, además, las importantes consecuencias que tuvo para el antiguo pueblo judío, el liderazgo primero de los Macabeos, y luego de sus descendientes, los Jashmonaim o Hasmoneos.


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