Enlace Judío – La porción semanal de la Torá, Lej Leja (vete de ti), que se leyera hace más de un mes, comienza con su famoso versículo: “…vete de ti; de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre a la tierra que te mostraré… “.
Dijo sobre este versículo Rabi Levy que “dos veces esta escrito Lej Lejá en la Torá y no sabemos cual de las dos veces es más importante en la vida de Abraham”.
El segundo Lej Lejá aparece cuando Di-s le ordena a Abraham sacrificar a su hijo Isaac. En el Midrash Bereshit, Rabi Levy y Rabi Yanai discuten cual de los dos Lej Lejá es más relevante. Uno se inclina por la atadura de Isaac (mal llamada sacrificio de Isaac) y el otro por la partida de Abraham a Canaán (luego Israel). Por ello se puede inferir que un Lej Lejá es judaísmo (el segundo) y el otro (el primero) es el sionismo. Con todo respeto por estos dos grandes rabinos, quisiera disentir. Por lo menos en lo que hoy signfica el Lej Lejá y esa porción de la Torá en particular.
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El judaísmo y el sionismo son vitales en la misma medida aunque algunos, tanto en Israel como en la diáspora, quieran separarlos. Y lo logran con sus actitudes profundizando las divisiones que llevan a la división de los judíos.
No hace mucho tiempo se llevó a cabo el 38° Congreso Sionista. El primero fue organizado por Herzl en 1897. Allí comenzó un milagro que llevaría a la creación del Estado de Israel. Otro milagro es la paulatina concentración de judíos de Israel en el mundo. Pero no alcanza con el “vete de tu tierra”. Es riesgoso el sionismo sin judaísmo. Veamos algunos ejemplos.
El rabino David Golinkin, profesor de Talmud, en una nota publicada en el diario Israel Hayom, grafica la situación con tres ejemplos que voy a citar.
El primero de ellos sucedió en el Aeropuerto Ben-Gurión hace varios años. Una asistente del check in le dijo al rabino: “…veo en la documentación que usted es profesor. ¿Qué enseña?” El profesor le respondió: “Talmud”.
-“¿Qué es el Talmud?”, dijo la joven.
-“Es un comentario gigantesco de la Torá de más de 20 tomos y contiene, leyes, discusiones, narraciones y costumbres”, dijo el rabino.
-“¿Es como el Nuevo Testamento?”, dijo la joven. El rabino le dijo que no y se lo explicó con varios ejemplos.
-“¿Pero se escribió en la época de la Biblia?”, dijo la joven.
El rabino le pregunto: “¿No estudiaste algo de Torá Oral en la escuela?”. Ella le respondió que si. “Lo estudiamos pero no era algo serio. ¿Quién lo recuerda?”
La segunda situación se dio el 16 de septiembre de 2020 en un diálogo que el rabino mantuvo en un espacio virtual de la Biblioteca Nacional de Israel. Una joven con la que intercambio opiniones dijo que nunca construyó una Sucá. El rabino dijo: “Yo pensé ¿Cómo es posible que alguien en Israel piense que construir una Sucá es algo para los ‘religiosos’ y no para todos los judíos”.
La tercera narración es la vivencia de todos los años en el certamen mundial de Biblia Hebrea (Jidón Tanaj ) que se lleva a cabo en Yom Haatzmaut. En 1963, cuando comenzó a llevarse a cabo este certamen, competían por igual laicos y religiosos por igual pero con el paso del tiempo lo hacían solamente religiosos, hasta que en 2017 ganó el certamen un joven laico. Un diario israelí titulo: por primera vez en 30 años tenemos un ganador laico. ¿Cómo es posible que El Libro de los Libros del pueblo judío se transformó solo en un libro de los religiosos?
Esto sucede cuando en la mayoría de Israel se enseña solo “el vete de tu tierra” y se olvida el “vete al lugar que te mostraré” (Monte Moriá, monte del Termplo). Por otro lado, el ir al Monte Moriá (símbolo de Jerusalén y la religiosidad ) no alcanza.
Hoy en día hay en Israel más de 60,000 jóvenes estudiosos constantes de la Torá. Y eso esta muy bien si no fuera que no pocos de ellos lo hacen para no ir al servicio militar mientras otros, tan religiosos como ellos, si cumplen el servicio sin abandonar el estudio del libro sagrado.
Sionismo sin judaísmo es una parte de nuestra narrativa; judaísmo sin sionismo es la otra parte de la historia.
El sistema educativo israelí debe tender puentes entre ambas concepciones.
*El autor es director de Comunidades Plus y corresponsal en Argentina de Enlace Judío
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