Enlace Judío – La disfunción gubernamental es una de las mayores amenazas que enfrenta Israel, según un análisis estratégico publicado este miércoles por el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de la Universidad de Tel Aviv.

Esta es la primera vez en diez años que el informe anual del organismo apunta a asuntos internos como grandes amenazas a la seguridad de Israel de acuerdo a Haaretz.

“La pandemia de coronavirus provocó una crisis multidimensional en Israel que afecta a su gobernanza, el sector de salud, económico y social que se ha prolongado durante casi un año y se suma a la crisis política en curso”, afirma el informe.

“Esta compleja crisis podría socavar los fundamentos de la seguridad nacional en su sentido más amplio, ya que está provocando un debilitamiento de los mecanismos del Estado y sus instituciones, que se refleja en dificultades funcionales, parálisis de los procesos de toma de decisiones, desconfianza en el gobierno y el debilitamiento de la solidaridad social. Esta situación afecta a la estabilidad y los valores compartidos que han caracterizado a la sociedad israelí y al modo de vida del público”.

El reporte describe “un bajo nivel de confianza entre el primer ministro y el ministro de Defensa y otros funcionarios, compartimentación sistemática, falta de comunicación y cooperación en la toma de decisiones, reparto de responsabilidades y daño a los guardianes institucionales”.

“La clara expresión de la parálisis es la ausencia de un presupuesto estatal y de un plan plurianual para las FDI, así como la cantidad de funcionarios [temporales] que ocupan puestos importantes durante un período prolongado”.

Los autores del informe advierten de la sensación del público que el manejo de la crisis de coronavirus “está ligado a consideraciones políticas, personales y de coalición”, que conduce a una falta de colaboración en la campaña contra la pandemia.

Además, el documento expresa una profunda preocupación por la forma en que el gobierno ha decidido hacer frente a la crisis sanitaria y destaca que “la necesidad de superar la pandemia ha causado la suspensión de derechos y libertades fundamentales a través de leyes de emergencia, algunas sin supervisión parlamentaria”.

En este contexto, el informe cita la intervención del servicio de seguridad Shin Bet y del ejército en el monitoreo de civiles y los poderes conferidos al gabinete, con “consecuencias potencialmente peligrosas para la democracia”.

De cara al cambio de gobierno en EE.UU., el reporte insta al gobierno israelí a adoptar “un enfoque no conflictivo” con la administración de Joe Biden.

En cuanto a la posibilidad de que la nueva administración muestre una disposición a volver al acuerdo nuclear con Irán, el informe recomienda actuar con cautela. “En el período intermedio hasta la toma de posesión de Biden, es importante evitar medidas desafiantes para no dañar la confianza de la administración entrante y, por lo tanto, la capacidad de Israel de influir en futuros movimientos con respecto a Irán”, dice el documento.

De acuerdo al reporte, es poco probable que Biden anule el reconocimiento estadounidense de Jerusalén como capital de Israel o que devuelva la embajada de Estados Unidos a Tel Aviv. Sin embargo, prevé que la nueva administración retirará el reconocimiento de los asentamientos israelíes en Judea y Samaria.

Asimismo, los expertos estiman que el gobierno de Biden volverá a las políticas tradicionales del Partido Demócrata en lo que se refiere al conflicto israelí-palestino. “La administración de Biden desafiará al gobierno israelí hacia el objetivo estratégico de una solución de dos Estados para dos pueblos, y exigirá poner fin a la continua construcción en los asentamientos, la demolición de viviendas palestinas en la Zona C bajo pleno control israelí y medidas adicionales que implican la anexión progresiva, que en nuestra opinión bloquean el establecimiento de un Estado palestino independiente con contigüidad territorial en Judea y Samaria”.

El informe prevé que la nueva administración ignorará el llamado Acuerdo del Siglo que permite la anexión israelí de alrededor del 30 por ciento de Judea y Samaria.

El Instituto de Estudios de Seguridad Nacional, dirigido por el General de División (res.) Amos Yadlin, es considerado uno de los organismos más influyentes e importantes de Israel. La gran parte de sus investigadores son académicos y excomandantes de las FDI.

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