Enlace Judío – Este 27 y 28 de enero se celebra Tu Bishvat (quince de Shvat), es el día en que celebramos el renacimiento de los árboles. Aunque varios cabalistas también lo asocian con el inicio de la fe y la Redención.

Ocurre casi al final del invierno cuando los árboles de esta temporada como el almendro florecen y la savia ha empezado a recorrer la corteza de los árboles durmientes; es el primer paso hacia la primavera que la naturaleza toma. Se celebra haciendo un seder donde se comen frutas y vino, leyendo algunos pasajes del Tanaj y el Talmud y en muchos lugares, especialmente Israel, es común plantar árboles. En cualquiera de los casos en este día se recuerda la importancia de los árboles para el ser humano y se agradece a D-os ser bendecidos con ellos. En la Torá oral y escrita existen numerosas referencias e historias de ciertos árboles míticos que adquirieron significado a lo largo del tiempo en el judaísmo; a continuación mencionaremos las historias de algunos de ellos.

Los árboles del Edén y la plegaria

Uno de los midrashim (relatos) más famosos sobre la plegaria es aquel en el que se nos dice que D-os no hizo surgir los árboles de la tierra hasta que Adán pidiera por lluvia. El midrash explica tanto el orden de los días de la Creación como el verso de Génesis (2:6) donde la Torá afirma que los árboles no habían surgido aún y la tierra se encontraba desolada. Hay muchas explicaciones que se le dan a estos pasajes y a dicha historia historia. La más común enseña que D-os creó el mundo material para que el hombre actuará moralmente en él y a través de ello establecer una relación con D-os. Los árboles del Edén representan tanto la vida natural y el actuar de D-os en el mundo como la perfección máxima de la materia. Adán debía rezar por los árboles para entender que la vida depende de D-os y para que éstos cumplieran su función básica que es ayudar a generar dicho vínculo entre el hombre y la divinidad.

El árbol del conocimiento y el árbol de la vida

Pocos árboles son tan famosos en el mundo como aquel del cuál Adán y Eva comieron “la fruta prohibida.” El árbol del conocimiento del bien y el mal era un árbol que D-os había plantado en el Edén y del cual le prohibió al hombre y a la mujer comer. La serpiente convence a la mujer de comer y la mujer al hombre y desde entonces la muerte entra a su cuerpo y son expulsados del Jardín del Edén. El árbol de la vida por su lado fue un árbol que también fue colocado en el Edén al mismo tiempo que el árbol del conocimiento y que D-os protege para que el hombre y la mujer no coman de él una vez que la muerte ha entrado a su cuerpo. La historia es por demás enigmática, ¿por qué D-os pondría el árbol en ese lugar tan particular si el ser humano no debía comer de él? ¿por qué se distingue entre los géneros? ¿cuál es la relación entre el árbol de la vida y el de conocimiento? y esta historia qué nos dice de la relación entre D-os, el mundo y el hombre. Son tan sólo algunas de las preguntas que se han hecho estudiosos de la Torá y la Biblia, artistas y filósofos a lo largo de milenios. Es una de las figuras míticas y religiosas que más impacto ha tenido en la cultura judía y occidental.

El árbol de olivo y la paloma de Noé

El olivo es uno de los símbolos más importantes en la tradición judía, su aceite era usado para los sacrificios en el templo y para prender la Menorá, se considera una de las siete especies sagradas de la tierra de Israel, representa al pueblo de Israel y la espiritualidad. En muchos sentidos es el símbolo de la espiritualidad y la conexión entre D-os y el hombre. Su primera aparición en la Torá ocurre en la perashá (fragmento) de Noé y el Diluvio. Después de 40 días de que la tierra fue inundada con lluvia pasaron 150 días antes de que las aguas empezarán a retroceder. Cuando la punta de las montañas ya eran visibles Noé mandó primero al cuervo y luego a la paloma para ver si era posible salir del arca. Al inicio ninguno de los animales encontró nada, sin embargo poco tiempo después la paloma trajo en su pico una rama pequeña de olivo. Ello indico que la salida del arca estaba próxima. Desde entonces la paloma blanca con una rama de olivo en el pico ha sido un símbolo universal de paz y bienestar

La palma de dátil bajo la cual Deborá dirigía al pueblo

Al igual que el olivo el dátil es una de las siete especies sagradas de Israel, cuando se habla de la tierra de “leche y miel” los textos se refieren a la miel del dátil. Suele representar sabiduría y al hombre justo se le compara con ella. La primera aparición que tenemos en la Torá de la palma de dátil ocurre en Elim, después de la rama que hizo dulce el agua de Marah los judíos llegaron a esta tierra y vieron 70 palmas de dátil y doce arroyos. Los comentaristas lo entieden que dichas palmas representan las 70 caras de la Torá y los arroyos las 12 tribus. Desde ese momento la palma tiene un significado especial, sin embargo es a través de la figura de Deborá que toma mayor fuerza, pues Deborá solía dirigir y juzgar al pueblo bajo una palma de dátil y esta se volvió símbolo de fortaleza y de sabiduría.

El Kikayón de Jonás

Otro de los árboles más famosos del Tanaj es el Kikayón de Jonás, éste es un árbol que D-os hizo crecer y morir enfrente de Jonás para hacerle ver la importancia de rescatar la ciudad de Nínive. Varios comentaristas se han preguntado a qué especie de árbol pertenece esta planta, sin embargo su naturaleza es aún desconocida. Lo que sí es evidente es que gracias a esta planta Jonás entiende el mensaje de D-os y cumple con su deber.

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