Enlace Judío – Con apenas 1,300 genomas del SARS-CoV-2 secuenciados, México enfrenta el enorme reto de dar con las posibles variantes “mexicanas” que permitirían optimizar los esfuerzos para la creación de una vacuna propia, más efectiva. 

“Yo creo que la respuesta es inevitablemente sí, porque el virus está evolucionando en una enorme población, que es la mexicana, con sus propias presiones de selección que implica el que esté en un país o una población que tiene sus propias características.”

Eso responde el doctor Francisco Barona-Gomez, investigador principal en el área de Biología Estructural y de Sistemas del Cinvestav, a pregunta expresa de Carol Perelman, sobre si existen ya variantes mexicanas del SARS-CoV-2, en un diálogo sostenido para los usuarios de Enlace Judío vía Facebook Live.

Mutaciones observadas en las variantes 484, 417, 477 y 452, que han aparecido en países como Reino Unido, Sudáfrica, Brasil y Estados Unidos, “ya existen en México”. Se trata de “mutantes de preocupación que tienen que ver con mayor transmisibilidad (y) con, potencialmente, un escape inmunológico (que puedan eludir una respuesta inmunológica de anticuerpos neutralizantes).”

Variantes surgidas en México

No se trata de variantes “importadas” o que pertenezcan al linaje de aquellas que han causado estragos en los países antes mencionados, sino variantes surgidas en México como consecuencia de la evolución del virus que, enfrentado a lo que el experto denomina como “presión de selección”, sufre cambios que le permiten adaptarse mejor y prevalecer.

Se trata de una especie de coincidencia que se explica por el inmenso número de replicaciones virales que el SARS-CoV-2 ha podido realizar en su marcha por el mundo, tras haber infectado a decenas de millones de personas casi al mismo tiempo. Así, una variante que le permita al virus ser más contagioso, supone una ventaja evolutiva que le permite a esta entidad biológica seguir replicándose en nuevos huéspedes.

Estas presiones de selección “ya no nada más van a ser las naturales, sino que van a ser las que nosotros empezamos a imponer”, como el uso de cubrebocas y las propias vacunas. Así como ocurre con las bacterias, que “aprenden” a resistir a los antibióticos, los virus que logran burlar las medidas de contención que nosotros les imponemos, se vuelven prevalentes.

“Las variantes de preocupación o las mutaciones de preocupación que están circulando son aquellas, obviamente, que tienen que ver con las proteínas que son de interés para la vacuna, para la transmisión, para la replicación viral dentro de las células humanas, etc.”

Según el experto, distintos países o poblaciones tendrán más éxito con unas vacunas que con otras, según la  capacidad de las variantes locales de eludir determinados esquemas de vacunación. Las “variantes a la mexicana” del virus implicarán la necesidad de desarrollar “vacunas a la mexicana” y “por supuesto que están haciéndose esfuerzos en ese sentido.”

Mutaciones, variantes, cepas…

“Para fines prácticos, una variante es un virus que tiene una mutación”, o una serie de mutaciones, explica Barona-Gómez. Estas mutaciones pueden carecer de importancia, pueden ni siquiera representar una ventaja para el propio virus, pero también pueden volverlo más infeccioso o más virulento.

“Por otro lado tienes esta idea de linaje. Linaje es cuando estas mutaciones se empiezan a acumular, empieza a aparecer una población de virus que se diferencia importantemente a nivel de historia evolutiva del ancestro original, el ancestro común que, en este caso, es el de Wuhan.”

Aunque todos los virus mutan, este coronavirus lo hace a un ritmo menor que el virus de la Influenza, que “tiene el doble de tasa de mutación que lo que es SARS-CoV-2. Entonces, digamos que cuando tú mutas tan rápido como influenza es más fácil que te constituyas como una nueva cepa, definida (esta) como ese virus que ya tiene un rasgo fenotípico, una característica física, fisiológica, que lo hace muy diferente.”

“Una cepa nueva de influenza es aquella que escapa a la protección inmunológica de la vacuna (…), por eso nos estamos vacunando de influenza porque influenza escapa año con año, a través de una nueva cepa, que es el resultado de mutaciones que se van acumulando en los distintos linajes.”

Hasta este momento, dice Barona-Gómez, no existen nuevas cepas del SARS-CoV-2, solo múltiples variantes. “Unas de preocupación, unas de interés y otras que ignoramos, y existen, quizás, una docena de linajes a partir de lo que sucedió en Wuhan hace un año.”

Mutando desde el principio

El experto explica que “el virus está constituido por aproximadamente 30 mil pares de bases, nucleótidos, en este caso son de RNA y no de DNA. Típicamente, un cálculo rápido es dividir eso entre tres para convertirlo a número de aminoácidos que tenemos: la totalidad de las proteínas de este virus.”

El SARS-CoV-2, dice Barona-Gómez, ha estado mutando desde el principio: su capacidad de infectar a millones de personas le proporciona una enorme cantidad de posibilidades de mutación. Tantas como cada replicación que hace de su RNA dentro de las células que infecta. Sin embargo, no fue sino hasta marzo de 2020 cuando la comunidad científica comenzó a encontrar mutaciones preocupantes.

Hace un año se encontró “la primera variante de preocupación, que es la 614.”, que le confiere al virus la capacidad “de tener mayor dispersión, mayor transmisión y quizás mayor replicación viral, una vez que entra en la célula.”

No preocuparse más de la cuenta

Científicos del sistema público y de la iniciativa privada luchan por secuenciar la mayor cantidad de muestras virales en un país donde apenas se ha secuenciado a 1,300, cifra que, a decir de Barona-Gómez, otros países logran en un día.

La vigilancia de nuevas variantes permitiría combatir al virus con mayor inteligencia: producir vacunas más efectivas y específicas y, potencialmente, también mejores tratamientos. Por eso, cuando se le pregunta al científico qué deseo pediría si cualquiera le pudiera ser concedido, no duda en decir que “Dejaríamos de ser México (…) pero me gustaría que pudiéramos cooperar y colaborar más.”

Barona-Gómez pidió a la población “no preocuparse más de la cuenta” por las posibles nuevas variantes del virus que, dijo, es poco probable que se vuelva más peligroso. También llamó a seguir limitando la capacidad de replicación del virus al imponerle barreras: el uso de mascarillas, el distanciamiento social y la vacunación.

También hizo un llamado a la comunidad científica del país para que publique en términos técnicos sus hallazgos y no mediante comunicados de prensa o entrevistas que se prestan a la divulgación inexacta de información.

Puedes ver la conversación completa en el video que compartimos contigo.

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