Enlace Judío – La Autoridad de Antigüedades de Israel anunció hoy que se han descubierto nuevos fragmentos de pergaminos bíblicos de 2,000 años de antigüedad durante una audaz operación de rescate en el desierto de Judea, informó The Times of Israel.

Los manuscritos recién descubiertos son traducciones al griego de los libros de Zacarías y Nahum en el Libro de los Doce Profetas Menores. Sólo el nombre de Dios está escrito en hebreo.

Los 20 fragmentos fueron encontrados en la llamada Cueva del Terror o Cueva de Muraba’at en Nahal Hever, que se encuentra a unos 80 metros por debajo de un acantilado.

“La cueva recibió su nombre por estar rodeada de barrancos y sólo se puede llegar a ella descendiendo cuidadosamente por el escarpado acantilado”, señaló la Autoridad de Antigüedades de Israel en un comunicado.

Además, jóvenes voluntarios de la academia premilitar Nofei Prat hallaron una casta tejida de 10,500 años de antigüedad perfectamente conservada.

Los arqueólogos Jaim Cohen y la Dra. Naama Sukenik con la cesta más antigua del mundo, hallada en la cueva de Muraba’at. (Yaniv Berman, Autoridad de Antigüedades de Israel).

Debido al clima árido de la región, la enorme cesta del período neolítico se conservó entera. “Por lo que sabemos, se trata de la canasta más antigua del mundo que se ha encontrado intacta, por lo que su importancia es inmensa”, dijo la AAI. “Sólo la futura investigación de la pequeña cantidad de tierra que queda en su interior nos ayudará a descubrir para qué se utilizaba y qué se colocaba en ella”.

Conservación de la cesta en los laboratorios de la Autoridad de Antigüedades de Israel. (Yaniv Berman, Autoridad de Antigüedades de Israel).

Los arqueólogos encontraron además un esqueleto momificado de un niño o una niña de 6,000 años de antigüedad, envuelta en su manta. Se estima que tenía de 6 a 12 años en el momento de su muerte, según una tomografía computarizada.

Tras mover dos piedras planas, el equipo descubrió que se había excavado intencionadamente una fosa poco profunda bajo las piedras que contenía el esqueleto del pequeño, colocado en posición fetal y cubierto con una tela alrededor de la cabeza y el pecho.

Esqueleto de niño momificado
Foto: Emil Aladjem, Autoridad de Antigüedades de Israel.

El niño se momificó de forma natural debido al clima árido. La tela y otros materiales orgánicos como el cabello y la piel se conservaron intactos.

Desde 2017, la Autoridad de Antigüedades de Israel ha realizado una operación sin precedentes para rescatar artefactos antiguos de cuevas de todo el desierto de Judea para evitar el saqueo en la zona desde el descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto por pastores beduinos hace unos 70 años.

“El equipo del desierto mostró un gran coraje, dedicación y devoción al descender en rapel hasta las cuevas situadas entre el cielo y la tierra, para luego excavar y buscar en ellas, soportando el polvo espeso y sofocante, y volver con obsequios de un valor incalculable para la humanidad”, manifestó el director de la Autoridad de Antigüedades de Israel, Israel Hasson, quien dirigió la amplia operación de rescate, en un comunicado de prensa.

“Los fragmentos de pergaminos recién descubiertos son una señal de alerta al Estado para asignar recursos y completar esta operación de importancia histórica. Debemos asegurarnos de recuperar todas las reliquias en las cuevas antes de que sean descubiertas por los saqueadores. Algunas cosas son invaluables”, expresó Hasson.

En 2017, la dependencia gubernamental lanzó un proyecto nacional para estudiar las cuevas del desierto de Judea. Posteriormente se excavaron algunas con nombres pintorescos, como la Cueva del Terror y la Cueva de las Calaveras. La mayor parte del desierto de Judea, incluida la fuente original de la mayoría de los rollos del Mar Muerto en Qumrán, se encuentra más allá de la Línea Verde.

Los rollos del Mar Muerto se consideran las primeras copias conocidas de los libros bíblicos y abarcan desde el año 400 a.C. hasta el 300 de la era cristiana.

Los arqueólogos han reconstruido 11 líneas del texto griego traducido de Zacarías 8:16-17, así como versos de Nahum 1:5-6. Sólo el nombre de Dios aparece en hebreo, plasmado en la escritura paleo-hebrea utilizada durante el periodo del Primer Templo, así como por algunos partidarios de la revuelta de Bar Kojba (132-136 de la era cristiana).

El “nuevo” manuscrito es diferente de los textos tradicionales. “Estas diferencias pueden decirnos bastante sobre la transmisión del texto bíblico hasta los días de la Revuelta de Bar Kojba, documentando los cambios que se produjeron a través del tiempo hasta llegar a nuestros días”, dijo la Autoridad de Antigüedades de Israel.

Fragmentos de pergaminos
Fragmentos del pergamino del Libro de los Doce Profetas Menores descubiertos en el desierto de Judea antes de su conservación. (Shai Halevi, Autoridad de Antigüedades de Israel)

Varias de las cuevas contenían artefactos dejados por los rebeldes judíos que huyeron a ellas al final de la revuelta de Bar Kojba, incluido un alijo de monedas acuñadas con símbolos judíos como un arpa y una palmera datilera, puntas de flecha, trozos de tela tejida, sandalias y peines para piojos.

Alijo de monedas encontradas en el desierto de Judea
Un raro alijo del periodo de Bar Kojba. (Dafna Gazit, Autoridad de Antigüedades de Israel).

“Los altos acantilados de 300-400 metros con estos barrancos a los que nadie llega eran el último refugio. En un periodo de la historia de la humanidad, las familias huyeron a las cuevas del desierto de Judea, y realmente no sabemos nada más”, indicó Ofer Sion, director del Departamento de Estudios de la Autoridad de Antigüedades de Israel.

Fragmentos de jarras de Qumbran halladas en el desierto de Judea
Fragmentos de jarras de Qumrán y puntas de flecha de la época prehistórica y romana. (Dafna Gazit, Autoridad de Antigüedades de Israel)

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