Enlace Judío México e Israel – Para cualquier niño regresar a la escuela puede ser estresante – especialmente para los niños que viven la pandemia de COVID-19 y regresan al aula.

Un año de aprendizaje remoto ha tenido un costo emocional, mental y de desarrollo. Muchos niños se han retrasado en sus estudios, se han perdido grandes logros y han sufrido una falta de interacción con los compañeros, esto les ayuda a desarrollar habilidades sociales muy importantes.

Con las decrecientes tasas de casos de COVID-19 significa que las escuelas son elegibles para reabrir, siguiendo las disposiciones de seguridad como enmascaramiento y distancia física.

Pero aunque el regreso a la escuela presencial promete un entorno de aprendizaje interactivo más estable, la transición también presenta nuevos desafíos para la salud mental.

“Hay tantos sentimientos encontrados entre padres e hijos acerca de volver a la escuela”, dice la Dra. Kyle Monk, pediatra en Cedars-Sinai.

“Sabemos de los beneficios del aprendizaje en persona, no solo porque muchos de mis pacientes han tenido dificultades académicas, sino porque la escuela es realmente importante para el desarrollo de los niños”, agregó.

Por otro lado, comenta, las familias temen por la seguridad y están inquietos por el posible cierre en caso de que un compañero de clase dé positivo por el virus que causa COVID-19.

A continuación, la Dra. Monk comparte cómo apoyar a sus hijos durante el regreso a la escuela de manera presencial y cómo lidiar con sus miedos y ansiedades, para asegurar una transición exitosa.

Conozca la realidad y qué esperar

Primero, manténgase informado acerca de los riesgos y beneficios de regresar a la escuela en persona en el curso de la pandemia. Consulte fuentes acreditadas, como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, sobre cómo se transmite el virus que causa COVID-19 y los requerimientos para que las escuelas reabran de manera segura.

Esté preparado para un incremento en la precaución de la salud de los niños, especialmente los estudiantes más jóvenes.

Los niños con secreción nasal, tos y fiebre, a pesar de la causa, deberán quedarse en casa hasta que se recuperen. Si un compañero da positivo en la prueba del virus que causa COVID-19, es posible que las escuelas deban cerrar por un período de tiempo para evitar un brote.

“Los cierres frecuentes de las escuelas pueden ser emocionalmente difíciles; los niños podrían estar en la escuela un día y luego estar 10 días fuera para una cuarentena”, comenta la Dra. Monk. “Los niños están estresados por retrasarse en el trabajo de clase y no poder mantener el ritmo”.

Observe el comportamiento de su hijo

Ya sea que anticipe que el alumno prosperará en el salón de clases o si se preocupa por un reingreso difícil, ponga atención a su comportamiento.

Si bien algunos niños estarán emocionados de conocer a sus compañeros y maestros, otros niños pequeños que se han adaptado al aislamiento pueden sentirse abrumados en un nuevo entorno social.

Esté atento a los signos de depresión: los niños pueden volverse retraídos, desarrollar trastornos alimentarios o ansiedad alrededor de la comida, y su estrés puede manifestarse en dolor abdominal u otro dolor físico.

Los niños que han sido acosados cibernéticamente durante el aprendizaje virtual, especialmente, sufrirán tensión emocional en entornos sociales.

“Estos problemas pueden afectar el aprendizaje”, dice la Dra. Monk. “Aunque el aprendizaje en persona suele ser lo mejor para su salud física y mental en general, les puede llevar un tiempo adaptarse. Los niños son resilientes, pero también tienen emociones sin la madurez para procesar esas emociones de una manera saludable.”

Comunicación abierta

Independientemente de la reacción de su hijo a la escuela presencial, fomente las conversaciones abiertas. “Siga preguntando a sus hijos”, dice la Dra. Monk. “Pregúnteles cómo les está yendo y compártales cómo se siente usted”.

Si expresan miedo o ansiedad, valide sus sentimientos; su apoyo puede ayudarlos a seguir siendo honestos con usted, de modo que usted conozca sus problemas y pueda abordarlos. Al mismo tiempo, asegure a los niños que las escuelas están siguiendo las pautas de salud pública.

“A veces, los padres están emocionados de que los niños vuelvan a la escuela, pero los niños no”, dice la Dra. Monk. “Si su hijo es reacio a regresar, incluso si tiene diferentes puntos de vista, trate de hacer que se sienta seguro de que está haciendo todo lo que está a su alcance para mantenerlo seguro y cómodo”.

La Dra. Monk también recomienda mantenerse en contacto con los maestros, especialmente si su hijo se compara con sus compañeros y le preocupa que no se esté desempeñando a su potencial.

Lo más importante es escuchar y saber que su hijo también está escuchando.

“Los niños van a escuchar lo que sus padres dicen sobre la política y las políticas en torno a las mascarillas y las indicaciones para quedarse en casa”, dice. “Los niños hablan de estos temas y puede agregarles estrés. Es bueno que conozcan los datos reales”.

Tome la decisión correcta para su familia

Es posible que algunos niños no estén preparados para el aprendizaje presencial; por ejemplo, los niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) pueden estar prosperando en el aprendizaje en el hogar, lejos de las distracciones.

A otros niños que viven en viviendas multigeneracionales con familiares en riesgo les preocupa contraer el virus en la escuela e infectar a padres y abuelos.

“Para las familias que no están seguras de estar listas, pueden evaluar los riesgos y los beneficios y determinar si el aprendizaje virtual sigue siendo el mejor modelo para ellos”, dice la Dra. Monk. “Explore la opción de continuar con el aprendizaje virtual hasta que se sienta seguro”.

Para los padres que cuentan con servicios en la escuela como tutoría, terapia ocupacional y del habla y terapeutas, el regreso a la escuela es de vital importancia.

“Mucha gente espera el aprendizaje presencial con los brazos abiertos y el regreso en ocasiones tomará más tiempo”, dice la Dra. Monk. “Es desalentador que los niños que necesitan apoyo se estén quedando atrás, y esas familias realmente necesitan estos servicios”.


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