“Una manzana real es más bella que una manzana pintada
Y una mujer viva es más bella que una Venus de piedra”
Leopold Von Sacher Masoch

El término masoquismo es considerado, junto con sadismo, una parafilia, esto es, un comportamiento sexual anormal o atípico, que durante mucho tiempo fue considerado como una perversión por la psicología y la psiquiatría.

Aún hoy, la biblia de la psiquiatría, el Manual DSM de la Asociación Psiquiátrica Americana lo define así:

“El masoquismo sexual es la participación intencional en una actividad en la cual el sujeto es humillado, golpeado y atado o es objeto de algún otro tipo de abuso para experimentar excitación sexual. El trastorno de masoquismo sexual es el masoquismo sexual que provoca malestar significativo o significativamente perjudica el funcionamiento de la persona.
El masoquismo sexual es una forma de parafilia…”

Sin embargo, la persona de cuyo nombre se originó el concepto, nunca se imaginó que esto sucedería.

Leopold von Sacher-Masoch nació en 1835, en el pueblo de Lembereg, en Galitzia, Ucrania, de ascendencia eslava, española y bohemia.

Fue un escritor que adquirió merecida fama como estilista y folclorista. Se llamaba a sí mismo “el Turgueniev de la pequeña Rusia”, habiendo producido cuidadas narraciones con el material histórico y místico de la tradición eslava, partiendo de los cuentos galitzianos, húngaros, prusianos y judíos.

Fue objeto de una de las más grandes injusticias literarias de la historia a consecuencia de que el psiquiatra alemán Richard von Krafft-Ebing en su obra Psychopathia sexualis (1886), utilizase su nombre para clasificar una de las perversiones sexuales básicas.

En la obra de Sacher-Masoch se cuenta una serie de cuentos judíos con temas eróticos.

Estos cuentos formaban parte de las que eran muy populares, las “Historias del pueblo”, las Dorfgeschichten, que expresaban nostalgia por la pérdida de la vida tradicional a causa del progreso. Los Ghettogeschichten, los Cuentos del Gheto idealizaban la vida de los judíos que vivían todavía de una manera tradicional idílica. Estos cuentos eran fuertemente filosemitas y en ellos Sacher-Masoch muestra un conocimiento muy profundo del judaísmo, la historia, la cultura y el folclore judíos, así como de textos como el Talmud, el Zohar y, por supuesto, la Torá, el idish y el hebreo.

Y, sin embargo, Sacher- Masoch… no era judío

Del trabajo de Sacher-Masoch se ha dicho que es pornografía pura, ficción erótica de baja categoría y que era un hombre enfermo y pervertido. El filósofo francés contemporáneo Gilles Deleuze comenta que en la narrativa de Sacher-Masoch “la historia, la política, el misticismo, el erotismo, el nacionalismo y la perversión están estrechamente entremezclados, formando una nebulosa alrededor de las escenas de la flagelación”.

El escritor español Juan Goytisolo dijo:

El lado oscuro del hombre aguardaba la pluma audaz que le pusiese su santo y señas.

Gracias a Sade y Masochesto es cosa hecha”

Entre sus obras destacan:
  • Cuentos judíos(1878)
  • Cuentos masoquistas
  • Demonios y sirenas
  • Diderot y Catalina II: escenas de la corte de Rusia(1900)
  • Emiliana la pervertida
  • Escritos autobiográficos
  • Historias de amor y sangre
  • La hiena de la Puszta
  • La mujer divorciada
  • La pescadora de almas
  • Nuevos cuentos judíos(1881)
  • La Venus de las pieles(1870)

De la última, Román Polanski dirigió una magnífica adaptación al cine, con solo dos actores. En esa película se describe un masoquismo que va deslizándose muy sutilmente a lo largo de la historia.

Sacher-Masoch tenía gustos poco convencionales respecto del amor. “Disfrutaba fingiendo ser un oso o un bandido o ser perseguido, atado y sometido a castigos, humillaciones e incluso agudos dolores físicos por una opulenta mujer vestida de piel con un látigo; acostumbraba disfrazarse de sirviente, hacer todo tipo de fetiches y disfraces, colocar anuncios en periódicos, firmar contratos con las mujeres de su vida”.

Echaba mano de sus experiencias personales como material para sus historias.

En sus Relatos Autobiográficos cuenta que “… A la edad de diez años, ya tenía un ideal. Languidecía por una parienta lejana de mi padre – la condesa Zenobie- la más bella y al mismo tiempo la más galante de todas las mujeres del condado…   … mucho más tarde encontré lo que dio origen a la novela La venus de las pieles. Descubrí primeramente la afinidad misteriosa entre la crueldad y la voluptuosidad; luego la enemistad natural de los sexos, ese odio que, vencido durante algún tiempo por el amor, se revela luego con una fuerza elemental y que hace de una de las partes el martillo y de la otra el yunque”

Esta novela comienza con una frase de uno de los libros apócrifos de la Torá, el Libro de Judith: “El Señor lo hirió por mano de mujer”. En este libro se cuenta la historia de Judith, hija de uno de los principales Cohanim (sacerdotes judíos).

La costumbre era que la noche antes de la boda, la novia debería pasar la noche con el monarca, que era Holofernes. Judith cumplió con la cita, sedujo al rey, le sirvió vino, pasteles y queso y cuando quedó dormido, le cortó la cabeza” Judith es uno de los personajes que parece en varios textos de Masoch.

En la novela, el protagonista masculino, Severin dice: “No pude evitar envidiar al pagano Holofernes que llegó a un final tan sangriento, decapitado por una dama real”…   … “El Señor lo ha herido con la mano de una mujer”. . . ¿Qué debo hacer para que me golpee?

En otro de los cuentos judíos de Sacher-Masoch, “Hasara Raba”, la protagonista, Penina es una mujer hermosa que, en un matrimonio arreglado se casa con un estudioso del Talmud que no la atiende a pesar de su belleza y sus encantos, por dedicarse enteramente a sus estudios.

Ella se enfurece y se le ocurre jugar al mismo juego que su marido. Se dedica a estudiar el Talmud en busca de una solución.

Ahí encuentra que, para traer al Mesías, el mundo entero necesita estar lleno de virtud o de vicio. Sale y se acuesta con otro hombre. Su esposo se entera y le reclama, a lo que ella afirma que solo estaba intentando traer al Mesías a través del vicio.

Penina le dice a su marido, Yehuda: “Quiero que me quites los zapatos”. Cuando él lo hace ella se ríe y le dice: “Para que te sirve estudiar tanto si desconoces la vieja creencia que dice que la persona, esposo o esposa, a quien el otro le quita los zapatos en la noche de bodas, gobernará el matrimonio”.

En este mismo cuento, en un ataque de rabia, Yehuda le dice a Penina, “Tú no eres una mujer, eres uno de los cuatro demonios femeninos. Eres Lilith; eres tan hermosa y tan malvada como ella y así como ella, mandas a 480 bandas de ángeles corruptores”.

Penina replica, sabia en los caminos de la Biblia y el Talmud: “¿No era esta la primera esposa de Adán, a quien Dios creó al mismo tiempo que él de la suciedad de la tierra? ¿Y no se divorció de él porque estaba hosca e insoportable? ¿Y no es por eso por lo que luego creó a Eva a partir de la costilla de Adán? ¿Estás diciendo que quieres divorciarte de mí? Penina usa su ingenio, no solo su belleza erótica, para poner a Yehuda de rodillas.

En su cuento “Judith von Bialipol” relata la invasión turca de Ucrania en la década de 1670. En la historia, una valiente y poderosa mujer judía salva a su pueblo por medio de una combinación de erotismo y masoquismo.

En la obra de Sacher-Masoch abundan las referencias a textos y personajes de la Biblia y del Talmud y en ellos, un tema que destaca es el de los derechos de la mujer y la relación ente el placer, el dolor y el amor.

Murió de un ataque al corazón en 1895 en Alemania. Sus últimas palabras fueron «aimez moi», ámame.


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