Enlace Judío México e Israel – En mayo del 2019 Naftalí Bennett dio un discurso de despedida, pues con Netanyahu muy sólido en el poder, Bennett se resignó a no tener un lugar en la política israelí. Pero antes de retirarse dio un gran discurso que, en esta ocasión, es subtitulado por Enlace Judío para toda nuestra audiencia de habla hispana. Bennett nunca imaginaba en ese momento que en el 2021 se convertiría en primer ministro del Estado de Israel.

Subtitulado por José Penhos y editado por Nadia Cattan

“Hace tres semanas leímos en la Hagadá de Pésaj sobre el Éxodo de Egipto. El pueblo de Israel huyó del Faraón y llegaron a las orillas del Mar Rojo. Detrás, los egipcios se acercaban a nosotros, frente a nosotros, el mar: Punto muerto. ¿Y qué hicieron los judíos? Caminaron a la orilla del mar.

De pronto, un hombre valiente, Najshon ben Aminadav, tomó una decisión: Saltó al mar.
Entonces, y solo entonces, se dividió el Mar Rojo. El pueblo de Israel sobrevivió.

Avancemos en el túnel del tiempo 3,300 años, hasta la última semana de marzo de 1948. Los días más difíciles de la Guerra de la Independencia. El enemigo árabe se había apoderado de las principales carreteras de Israel.

En una semana, tres de nuestras unidades militares fueron destruidas. Jerusalén estaba bajo un asedio total.

Todos los caminos a Jerusalén estaban bloqueados y no era posible llevar alimentos, medicinas o municiones a los residentes de la ciudad. La comunidad judía de Eretz Israel estaba en peligro existencial. Entonces David Ben-Gurion tomó una decisión, una de las más audaces en la historia de nuestro pueblo: lanzar un primer ataque, con el objetivo de liberar el camino a Jerusalén.

Los comandantes del ejército no estaban entusiasmados, por decir lo mínimo, con el plan de Ben-Gurion de centrarse en salvar Jerusalén, y afirmaron que ponía en peligro al resto del país: Galilea, el centro y el Negev, y por lo tanto, no más de unos pocos cientos luchadores deberían participar en el plan.

Ben-Gurion los escuchó y les ordenó exactamente lo contrario:

“Reduzcan las fuerzas y las armas de Galilea y el Negev, y concentren 1,500 combatientes para irrumpir en Jerusalén”.

Ante sus rostros atónitos, Ben-Gurion explicó: “El destino de Jerusalén decidirá toda la batalla”, y así fue.

Se lanzó la primera operación ofensiva en la Guerra de la Independencia. Este fue el punto de inflexión de toda la guerra. Gracias a la misma decisión audaz de Ben-Gurion: se salvó Jerusalén, las FDI ganaron la guerra y se estableció el Estado de Israel. Veamos el coraje del líder: frente a todos los comandantes del ejército, frente a todos los expertos, estaba solo, David Ben-Gurion, un ciudadano sin una formación militar significativa y tomó la decisión opuesta a su recomendación, una decisión que podría haber librado un segundo Holocausto contra los judíos de Israel, solo tres años después del Holocausto en Europa.

Esta operación se llamó “Operación Najshon”, en honor a Najshon ben Aminadav.

En ambos casos, la decisión denominada “racional” habría sido esperar.

Prepararse para la defensa. En ambos casos, un líder valiente: Najshon ben Aminadav y David Ben-Gurion, tuvieron que ponerse frente a todos y tomar una decisión incómoda, audaz y peligrosa.

En ambos casos tuvieron razón y salvaron a nuestro pueblo, el pueblo de Israel, de la extinción. El regreso moderno a Sion también fue un movimiento Najshon.

El pueblo judío ha vivido en la Diáspora durante casi 2000 años. Oraba a diario por Jerusalén y por su regreso a la Tierra de Israel, pero en la práctica no hizo casi nada para cambiar su situación.

Entonces, alguien completamente secular, separado de la religión establecida, tuvo que venir para sacudir a este pueblo pasivo y encender el proceso práctico de nuestro regreso a casa. Este “Najshon” se llamaba Benjamín Zeev Herzl.

Como Ministro de Educación de Israel, hago un llamado a todos los estudiantes, a todos los empresarios y a todas las personas en Israel que tienen un sueño: ¡sean como Najshon! Sean asertivos ante las dudas, las críticas y los fracasos.

Quien no pueda permitirse fracasar en grande, nunca será lo suficientemente valiente para ganar en grande. Trabajen por la realización de su sueño. Así es como se construyó el país en conjunto; ¡De esa manera cambiaremos el mundo!
No tenemos otro país. Es importante que todos nos aferremos a él con fuerza, lo apoyemos constantemente y estemos unidos.

Amo a mi pueblo, al pueblo de Israel, y a mi tierra, la tierra de Israel, con todo mi corazón y lo prometo: dondequiera que esté, nunca dejaré de dar todo lo que pueda al pueblo de Israel”.


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