Enlace Judío – Maysar Othman, una mujer de de 27 años originaria de Haifa que fue asesinada frente a sus hijos, se ha sumado a una triste lista de 8 mujeres del sector árabe que han sido asesinadas desde principios de año en Israel.

El mes pasado, Jumena Casey fue asesinada frente a su hijo de 1 año, por su hermano a quien no le gustó el hecho de que estaba hablando con un hombre por teléfono. La golpeó en la cabeza con una olla, estrangulándola con un cordón de zapatos. Estos son solo 2 casos de larga data de asesinatos impactantes de mujeres en el sector de los árabes israelíes, un tema muy poco conocido por el público.

La presidenta de WIZO, Anita Friedman, dijo en un reportaje del periódico israelí Israel Hayom después del impactante asesinato en Haifa: “El asesinato de Othman es un claro ejemplo del vínculo directo entre las actividades de los sistemas y la política gubernamental y la difícil situación de cientos de miles de mujeres en Israel encarceladas en el ciclo de violencia”. Por su parte, la presidenta de Na’amat, Hagit Peer, también hizo circular un texto enérgico atacando al Estado por no abordar el fenómeno de la violencia contra las mujeres.

Estos femicidios deben ser contextualizados: gran parte del presupuesto estatal para erradicar el fenómeno no se ha transferido a las instituciones pertinentes y la justicia castiga reiteradamente con indulgencia a los hombres violentos.

Pero falta algo llamativo en los anuncios de las organizaciones de mujeres: la crítica a la cultura de violencia contra las mujeres en el sector árabe. Las organizaciones de mujeres feministas y las luchadoras por la justicia entierran la cabeza en la arena cuando se cometen delitos contra el sexo femenino en el sector árabe: poligamia, asesinatos por honor familiar, violencia doméstica y muchos otros males que se propagan en el sector.

Cuando esto sucede entre los árabes nos parece casi legítimo. Si una madre de 4 hijos del sector judío hubiera recibido un disparo frente a sus hijos a plena luz del día, esta historia sería tapa en todos los diarios del país. ¿En el sector árabe? Nos contentaremos con una foto del difunto y una cita de los vecinos.

Los perpetradores de la violencia, sus antecedentes, el mundo cultural o religioso en la que creció, todas las cosas que se discuten seriamente cuando se trata de la violencia judía, de repente no interesan a nadie.

Esta venda en los ojos también es evidente en otros sectores. El golpe de acoso sexual contra los residentes del sur de Tel Aviv es un buen ejemplo. Incluso cuando los trabajadores extranjeros de Tailandia se quejaron del acoso y la agresión sexual que habían sufrido a manos de infiltrados ilegales, las luchadoras feministas de izquierda se llenaron la boca de agua.

La lucha por la ciudadanía de los infiltrados es más importante que la lucha por la seguridad y el bienestar de las mujeres del sur de la ciudad. Una defensa feminista algo selectiva. Pasa en muchos lugares del mundo.

¿Los alborotadores judíos lanzaron un cóctel molotov en la casa de una familia árabe en Yafo? La nota va en tapa. Cuando de repente descubren que lo hizo un árabe, intentan mostrar indulgencia y justificación y a olvidarse del caso.

A esto se le llama racismo y bajas expectativas. Y mientras lo vemos en silencio, más mujeres árabes seguirán siendo asesinadas aquí por sus cónyuges y familiares. Ya hay árabes en la coalición de gobierno. Es hora que empiecen a pensar en las familias que dicen representar.

 


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.