(JTA) – Varios miles de personas denunciaron este domingo el antisemitismo como antiestadounidense y argumentaron que la identidad judía y el apoyo a Israel están intrínsecamente ligados.

RON KAMPEAS

Los mensajes unificadores de la protesta bajo el lema “No Fear” (“Sin Miedo”), que atrajo a unas 2,000 personas frente al Capitolio de Estados Unidos fueron opacados por las diferencias entre los oradores y la multitud sobre la importancia de Israel en la lucha contra el antisemitismo.

Los mensajes más agudos vinieron de personas que han sufrido ataques antisemitas en los últimos años. Los oradores enfatizaron que nunca esperaron sufrir tales ataques en Estados Unidos. El rabino de Jabad-Lubavitch Shlomo Noginsky, quien sufrió heridas de arma blanca en el ataque del 1 de julio en Boston, apareció con el brazo todavía en cabestrillo y con evidente dolor.

“Nací en la Unión Soviética, en la ciudad de San Petersburgo”, dijo Noginsky en hebreo, tras explicar que aún está demasiado adolorido para hablar con fluidez en inglés. “Recuerdo que desde pequeño viví el terrible antisemitismo. Ni en mis sueños más oscuros imaginé que me sentiría igual aquí, en Estados Unidos, la tierra de la libertad y las infinitas posibilidades”.

Noginsky impidió que el atacante irrumpiera en las instalaciones de Jabad en las que había más de 100 niños en un campamento de verano.

El rabino Jeffrey Myers describió el rezo del viduy, la oración judía antes de la muerte, mientras un hombre armado mataba a 11 fieles en la sinagoga del Árbol de la Vida en Pittsburgh en octubre de 2018. Myers fue el primero en llamar a la policía.

“Sostenemos como evidentes estas verdades de que todos los hombres son creados iguales, que todos están dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, entre ellos la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad'”, señaló Myers, citando la Declaración de Independencia. “Ser antisemita significa no aceptar ese pacto de ser estadounidense”.

La protesta reunió a una amplia gama de organizaciones patrocinadoras, que abarcan el espectro religioso y varios grupos judíos de centroderecha.

Melissa Landa, que lidera la Alianza por Israel, un grupo relativamente nuevo que define al BDS como antisemita, habló de la “promesa para nuestros hijos, de que serán libres de vivir como judíos orgullosos, de ejercer sus libertades religiosas concedidas por la Constitución de Estados Unidos, libres de llevar kipá y Maguén David, libres de expresar su amor por Israel sin ser atacados en las calles de Nueva York o Los Ángeles”.

Al igual que otros oradores, mencionó a legisladores de izquierda o de derecha que en los últimos meses han incurrido en acusaciones de antisemitismo, como la diputada demócrata de Minnesota Ilhan Omar, cuyas críticas a Israel han sido consideradas por los grupos judíos como un paso hacia el antisemitismo, y Marjorie Taylor Greene, republicana de Georgia, que ha sido criticada por vender teorías conspirativas antisemitas y por comparar las restricciones del coronavirus con las leyes nazis.

La actriz israelí, Noa Tishby, la conservadora Meghan McCain y Alma Hernández, legisladora demócrata de Arizona sugirieron que el antisionismo es equivalente al antisemitismo.

“Gran parte del antisemitismo actual simplemente atribuye al Estado judío todos los tropos malignos, las mentiras y las calumnias que se han utilizado durante siglos para justificar los peores horrores contra el pueblo judío”, expresó Tishby, autora del libro titulado “Israel: Una guía sencilla para el país más incomprendido de la Tierra”.

“Como escucharán hoy, este odio se está utilizando para atacar a nuestras comunidades judías. Se está utilizando para imponer un alto costo a todo aquel que se identifique como judío o sionista”.

Elisha Wiesel, hijo del difunto diarista del Holocausto y Premio Nobel de la Paz, Elie Wiesel, y uno de los organizadores del evento, dijo: “Los sabios enseñan que fue nuestro propio odio el que causó la destrucción del primer y segundo templo. Y en las semanas previas a esta manifestación, este temor dominaba mi campo de visión, el miedo a que nuestra comunidad estuviera dividida sin remedio. Ese miedo es el sueño de nuestro enemigo. Pero al mirarlos a todos hoy queda claro que, en lugar de dividirnos, los enemigos del pueblo judío, ya sean de derecha o de izquierda, en casa o en el extranjero, nos han unido”.

“Podemos estar en desacuerdo, incluso apasionadamente, sin estar divididos. Podemos estar en desacuerdo incluso con respecto a Israel”, agregó.

“No debemos tolerar que se pida el fin del Estado judío de Israel, mediante una solución de un solo Estado que vuelva a dejar indefensos a los judíos. Tampoco debemos tolerar la denigración o el odio hacia la aspiración de dignidad y autodeterminación de nuestros primos palestinos. Si odiamos, no ganaremos”, destacó.

Erika Moritsugu, asistente adjunta del presidente Biden, fue abucheada por un grupo de partidarios del expresidente Donald Trump, especialmente cuando mencionó que el presidente Joe Biden decidió postularse después de la marcha neonazi de 2017 en Charlottesville.

“¡Elecciones robadas!”, gritó un hombre. “¡Ustedes pagan a los terroristas!”, dijo otro.

El reverendo Jimmie Hawkins, director de la Oficina Presbiteriana de Testimonio Público, el ala de defensa pública de la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana, elogió la alianza judeo-negra de la época de los derechos civiles.

“Estoy aquí hoy para expresar mi apoyo a la comunidad judía frente al antisemitismo, frente a las muertes por disparos e intentos de asesinato en sinagogas, tiendas y hogares”, dijo. “Ahora es un momento de solidaridad. Ahora es un momento de unidad”.

Marie Berlin-Fischler, una profesora de preescolar de 28 años de Washington, D.C., llevaba un cartel que decía: “Compañeros progresistas, les falta un punto: Detengan el antisemitismo”.

Dijo que se sentía desvinculada del movimiento progresista, al que apoya por otra parte.

“La cuestión es que en este país, últimamente, no siento que alguien como yo pueda seguir viviendo en un espacio progresista sin comprobar quién soy en la puerta. Cuando se me pide que sea yo misma en estos espacios, la brecha se está cerrando. No hay lugar para gente que quiere ser estadounidense, como yo”, expresó.

De la traducción (c)Enlace Judío México
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