Enlace Judío – En el marco de las celebraciones de la época de las festividades judías, el Ministro de la Diáspora en Israel Najman Shai escribió un artículo para la The Jewish Telegraphic Agency pidiendo que los judíos del resto del mundo reflexionáramos sobre nuestra relación con el país: lo que nos gusta, lo que nos ha decepcionado, cómo nos identificamos con él o qué podemos hacer para ayudarlo.

Le voy a tomar la palabra a Shai. Los 10 días entre Rosh Hashaná y Yom Kipur representan un tiempo para meditar sobre nuestras relaciones. Creo que queramos o no, todos los judíos tenemos un nexo con Israel. Si nosotros no lo sentimos, otra gente se va a encargar de señalarlo. Existen incontables maneras en las que un judío se puede relacionar con Israel: puede tomar la forma de un acercamiento religioso, la de una identificación cultural, lazos familiares, un sentimiento de pertenencia o una combinación de lo anterior.

No obstante, también puede venir por medio de señalamientos de antisemitas o de personas que ligan a cualquier judío con Israel de manera automática. Paradójicamente, otro vínculo con Israel es mediante el antisionismo, que liga inexorablemente a sus proponentes con el Estado judío. Pienso que la indiferencia total de un judío hacia Israel es tan difícil como ganarle una carrera a Usain Bolt.

Igualmente, hay múltiples niveles en las que la relación de un judío de la diáspora con Israel se puede dar: la más amplia, que engloba a toda la diáspora en el sentido estricto de la palabra, es la que une a un judío de México con uno de EE. UU. y uno de la India. Podemos no tener muchas cosas en común, pero entendemos que es ser judío fuera de Israel.

Sin embargo, ese hecho ilumina otro nivel de conexión con Israel. Las relaciones con el sionismo a nivel comunitario son radicalmente diferentes en México, EE. UU., India o cualquier otro país del mundo. Aún así, cada comunidad local es diversa y los lazos con Israel varían dentro de ella en diferentes escuelas, organizaciones o familias. 

Finalmente está el ángulo personal. Inevitablemente, este contiene ciertos elementos de cada otro nivel de conexión, pero también incluye el que hemos creado nosotros mismos a través de nuestras experiencias, lo que hemos leído, a quién hemos conocido y los valores con los que vivimos. Como dijo Amos Oz, “ninguna persona es una isla, pero cada uno de nosotros es una península”. Las reflexiones en ese ámbito se tienen que hacer al mismo nivel de la relación, el personal. Cada una es válida e importante.

Las fiestas nos proveen de una oportunidad para reflexionar sobre nuestras relaciones. Como judíos, Israel es una fundamental. Les invito a meditar sobre ella así como tratar de nutrirla y mejorarla, pues siempre hay espacio para hacerlo. Dicho lo anterior, les deseo a todos felices fiestas, un dulce año nuevo y Jatimá Tová en este próximo Yom Kipur.

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