Enlace Judío – El exilio de los judíos españoles, iniciado en 1492, provocó una dispersión que llevó a estos exiliados a Londres, Ámsterdam, Portugal, Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto, Israel, Siria, Turquía, Grecia, los Balcanes, Venecia, Polonia y Alemania.

En Turquía, Grecia y los Balcanes estas comunidades judías se obstinaron en seguir usando el español como su lengua coloquial. Allí fue donde a este modo tan particular de hablar, contrastante con el turco, el griego o los idiomas balcánicos, se le llamó ladino.

Muchos descendientes de estas comunidades lo siguen hablando hasta el día de hoy y tanto en Israel como en España hay muchos programas culturales y académicos para fomentarlo y evitar que desaparezca.

Irving Gatell nos explica cómo el ladino está más emparentado con el español del siglo XVI que con el de hoy, si bien puede ser entendido en un gran porcentaje por cualquier hispanoparlante de la actualidad.

La riqueza cultural del ladino es tan grande como su belleza. Lo demuestran las canciones en este idioma, o la poesía romancesca surgida en el mundo ibérico medieval, pero preservada por las comunidades judías turcas y greco-balcánicas. No dejes de escuchar este recorrido que, sin duda, hará vibrar a cualquiera que tenga sangre sefardita en las venas. O a cualquiera que disfrute de lo maravilloso que es el idioma español en todas sus posibilidades, incluyendo el ladino.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío