Enlace Judío – La propuesta del ministro de Servicios Religiosos, Matan Kahana, para reformar significativamente la industria de la certificación kosher en Israel fue aprobada este miércoles en una audiencia del comité de Servicios Religiosos de la Knéset, tras semanas de intenso debate, informó The Times of Israel.

Los legisladores ultraortodoxos reiteraron su firme oposición al proyecto de ley, que ahora pasará a una segunda y tercera lectura en el pleno de la Knéset. Paralelamente, se celebró una pequeña protesta en Tel Aviv contra la legislación, que pretende debilitar el monopolio del Gran Rabinato en cuestiones de kashrut.

“El Comité de Servicios Religiosos de la Knéset finalizó su trabajo sobre la reforma de kashrut”, tuiteó Kahana. “El plan se someterá a votación en el pleno de la Knéset en los próximos días”.

Kahana destacó que aprecia los esfuerzos de legisladores de la oposición, “muchos de los cuales, a pesar de su decidida oposición a la ley, trabajaron para hacer cambios útiles e importantes correcciones”.

El ministro prometió “hacer todo lo posible para que la reforma de kashrut mejore los servicios kosher y fortalezca el estatus del Gran Rabinato”.

La propuesta establecería una serie de agencias privadas de certificación kosher que estarán obligadas a respetar las normas religiosas establecidas por el Gran Rabinato, en lugar de que el propio rabinato expida las certificaciones kosher. El objetivo de la medida es aumentar la competencia para reducir los costos de las empresas que buscan la certificación.

Las agencias privadas estarán autorizadas a emitir certificaciones que indiquen que están “bajo la supervisión del rabinato”. Se espera que cada agencia esté dirigida por un rabino certificado por el rabinato local de la ciudad. Las agencias, que también tendrán que demostrar su viabilidad financiera, harán públicas las normas religiosas que mantienen en su certificación.

Además, la propuesta contempla la creación de un órgano de supervisión general del Gran Rabinato para supervisar las agencias privadas y garantizar que mantengan las normas que han prometido cumplir.

Tras un intenso debate en el comité, se aprobaron varias enmiendas, entre ellas la de permitir que los rabinos municipales y consejos religiosos locales proporcionen certificaciones kosher.

Los diputados de la oposición presentaron más de 1,000 enmiendas a la legislación, la gran mayoría de las cuales fueron rechazadas.

“Este es un día oscuro”, dijo Uri Maklev, del partido Yahadut Hatorá tras la aprobación de la legislación en primera lectura. “Los consumidores kosher no tendrán confianza en la certificación kosher. Quizás terminamos aquí [en el comité], pero ahora empezamos la guerra… llegaremos a todos los niños de este país para informarles que su kashrut es totalmente falso”.

La legisladora de Israel Beitenu, Yulia Malinovsky, presidenta del comité de la Knéset que aprobó el proyecto de ley, celebró su aprobación.

“Hemos liderado una revolución. Hemos aprobado la reforma en la Knéset, que racionalizará el sistema de kashrut en Israel, reducirá los costos, disminuirá el costo de la vida y beneficiará a los propietarios de negocios que hasta ahora han pagado un alto precio por el certificado de kashrut”.

Decenas de activistas y supervisores kosher protestaron este miércoles en la calle Ibn Gabirol de Tel Aviv contra la reforma, alegando que dejará a cientos de ellos sin empleo. Los manifestantes pidieron la dimisión de Kahana al tiempo que bloquearon el tráfico en una calle muy transitada junto a la plaza de Rabin, en el centro de Tel Aviv.

A principios de esta semana, algunos activistas cocinaron gambas y otros mariscos no kosher en una protesta frente a la casa de Kahana en el Moshav Beit Gamliel. Según los manifestantes, aunque la legislación quita cierto poder al Gran Rabinato, llevará a la creación de agencias certificadoras de productos kosher sin una supervisión o regulación suficientemente estricta.

Tras la aprobación del proyecto de ley en la comisión, los dos partidos ultraortodoxos de la Knéset lanzaron duras críticas contra la medida.

“Es un día triste para el pueblo de Israel, en el que ha caído una piedra angular del establecimiento de un Estado judío”, dijo el partido Shas en un comunicado. “Los espacios públicos de Israel se convertirán ahora en no kosher”.

De acuerdo al partido, el objetivo de la legislación es “sembrar la destrucción y la confusión en la industria, y abrir un mercado salvaje de agencias de kashrut ficticias que harán que las masas de judíos coman alimentos prohibidos”.

Yahadut Hatorá dijo que la legislación es “un completo colapso de valores llevado a cabo por la maliciosa coalición de Bennett-Lapid-Lieberman-Kahana contra la tradición y contra observadores de kashrut en Israel”.

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