Enlace Judío – El ministro de Asuntos Religiosos de Israel anunció este martes sus planes de privatizar el sistema de certificación de alimentos, mataderos y negocios kosher, rompiendo con el monopolio del Gran Rabinato sobre el sistema de Kashrut en el país, informó Haaretz.

La drástica medida crearía competencia entre empresas privadas para gestionar el sistema de certificación, mientras que el órgano de supervisión del rabinato seguiría inspeccionando los negocios para asegurarse de que cumplan las normas halájicas de Kashrut.

En la actualidad, los negocios Kosher deben estar certificados por los consejos religiosos, la rama ejecutiva del Gran Rabinato. La reforma anunciada por el ministro de Asuntos Religiosos, Matan Kahana, ofrecerá a los empresarios dos vías de Kashrut. La primera opción es pasar por el rabinato, lo que les permitiría tres niveles de Kashrut: estricto, medio e indulgente. La segunda es recurrir a tres rabinos autorizados por el rabinato para tratar asuntos de Kashrut, que certificarían según su propia norma halájica. El rabinato supervisará el cumplimiento de ambas vías.

“El sistema actual está enfermo”, dijo el ministro Kahana a los periodistas. “No hay normas halájicas homogéneas ni uniformidad en los costos de certificación del kashrut. Además, las condiciones salariales de los supervisores son difíciles y carecen de seguridad económica”.

Kahana dijo que el nuevo acuerdo reduciría los costos porque los propietarios de los negocios no tendrán que mostrar dos certificados de kashrut, uno del rabinato principal y otro de un supervisor privado, sino solo el de la empresa privada. El nuevo certificado indicará si el negocio está bajo la supervisión del rabinato o de los tres rabinos de su elección.

Además de crear competencia, la reforma permitirá a los negocios abrir en Shabat y a la vez obtener un certificado de Kashrut, similar a la situación de los hoteles, si se encuentran rabinos que proporcionen la certificación. Las empresas privadas de kashrut estarán dirigidas por un rabino asesorado por el rabinato. Además, el rabinato nombrará un supervisor administrativo de las empresas de kashrut, que vigilará sus operaciones.

El ministro Kahana no precisó sobre el costo de la reforma, quiénes formarían parte del órgano de supervisión del rabinato y cuáles serían sus autoridades. “Estamos trabajando en estos detalles”, dijo.

La reforma requiere una legislación específica, que se incluirá como parte del Proyecto de Ley de Disposiciones, un paquete legislativo que acompaña al presupuesto.

Por el momento, la certificación de Kashrut de la carne importada seguirá en manos del rabinato. “Hay muchos problemas en relación con la importación de carne, por lo que hemos decidido que en esta fase la reforma no se referirá a esta cuestión”, señaló Kahana.

Hasta completar el proceso legislativo, el Ministerio de Asuntos Religiosos planea dividir las regiones de supervisión de Kashrut para permitir que los rabinos municipales proporcionen la certificación a negocios fuera de sus ciudades.

El Gran Rabinato rechazó la reforma prevista, que, según dijo, “elimina la Kashrut en Israel”. El rabinato acusó al Ministerio de Asuntos Religiosos de intentar abrir un “bazar de organizaciones motivadas financieramente para proporcionar la certificación de kashrut”, como parte de una tendencia general a “hacer la guerra contra los servicios religiosos cuyo objetivo final es la abolición de la identidad judía de Israel”.

El presidente del partido Yahadut Hatorá, Moshé Gafni, acusó al gobierno de intentar abolir el sistema de Kashrut. “Lieberman y Kahana quieren convertir a Israel en un país como cualquier otro, borrar cualquier rastro de judaísmo e impedir que los ciudadanos judíos coman Kosher”, dijo.

El ministro de Finanzas, Avigdor Lieberman, elogió el plan y aseguró que este año los ciudadanos de Israel notarán los resultados “en sus carteras”.

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