Enlace Judío – El primer ministro israelí Naftali Bennett dijo este martes a los ministros este martes que no había forma de evitar una quinta ola de COVID-19 en Israel, en medio de la propagación de la variante Ómicron, informó The Times of Israel.

En una reunión del gabinete de coronavirus, se votó la implementación de educación a distancia en algunas áreas de alta infección y algunas nuevas restricciones en centros comerciales, aunque ciertos ministros se opusieron a más limitaciones. La reunión se celebró previo a la recomendación de expertos en el Ministerio de Salud de Israel de aplicar una cuarta dosis de vacuna COVID-19.

“No podemos evitar la [próxima] ola. Simplemente no es una posibilidad”, dijo Bennett a los miembros del llamado gabinete del coronavirus.

“Pero ciertamente podemos dar a los ciudadanos de Israel las herramientas para protegerse, principalmente de enfermedades graves, si algunos de ellos se infectan”, dijo Bennett.

“La mala noticia es que Ómicron avanza exactamente de acuerdo con nuestras expectativas y predicciones”, dijo Bennett. “Se están duplicando casos nuevos [cada día]”, dijo Bennett. “La decisión es entre restricciones más ligeras ahora o pasos [mucho más] difíciles más adelante”.

La ministra de Educación, Yifat Shasha-Biton, argumentó en contra del plan de la educación a distancia, diciendo que dañaría a los niños que no pueden asistir a la escuela en persona y que ella nunca aceptó el límite del 70% de vacunación mínimo para permitir las clases presenciales en localidades con altos niveles de contagio.

Investigadores de la Universidad Hebrea presentaron datos durante la reunión que mostraron la rápida propagación de la nueva variante, particularmente entre los mayores de 60 años.

El estudio, basado en datos de otros países, encontró que la tasa de casos de Israel probablemente se duplicaría cada cuatro días, y hasta 1,600 pacientes podrían ser hospitalizados en estado grave para el 24 de enero, frente a las 81 personas que actualmente figuran como gravemente enfermas.

Los investigadores le dijeron al gabinete que parece imposible prevenir la ola que se acerca rápidamente, advirtiendo que la propagación estaba en camino de sobrecargar a los hospitales en las próximas semanas. Los científicos instaron al gobierno a tomar medidas para proteger a las poblaciones vulnerables.

Sin embargo, el primer ministro reconoció durante la reunión que los expertos en salud solo sabrían “la gravedad de esta variante” en una semana y media, exponiéndolo a las críticas de quienes piensan que aboga por una política demasiado drástica.

Entre quienes manifestaron oposición estuvo el ministro de Finanzas, Avigdor Liberman, quien se enfrentó considerablemente con los funcionarios de salud durante la reunión, según recogieron medios israelíes.

“No creo que este sea el momento de tomar medidas como limitar las reuniones”, dijo Liberman. “Nos pone en un mundo de compensaciones [económicas]” para los propietarios de salas de eventos, salas de conciertos y otras empresas que se verían perjudicadas por tales medidas.

“Al igual que vivimos con la influenza, tenemos que convivir con Ómicron”, agregó en un polémico comentario.

El Ministerio de Salud anunció este martes 170 nuevos casos de Ómicron en Israel, lo que eleva el total a 340. Si bien las tasas generales de casos están aumentando, hasta ahora los casos graves y las hospitalizaciones se han mantenido bajos.

Las tasas generales de casos han aumentado en Israel en los últimos días, pero los casos graves de COVID-19 y las tasas de hospitalización hasta ahora se han mantenido estables.

Las autoridades anunciaron este día lo que pareció ser la primera muerte del país debido a la variante Ómicron de COVID-19.

La víctima, un hombre de unos 60 años, falleció el lunes después de ser hospitalizado en estado grave en el Centro Médico Soroka aproximadamente dos semanas antes.

Sin embargo, el hospital dijo que la gravedad de su enfermedad había sido el resultado de comorbilidades y no una neumonía inducida por COVID, que es lo que dijo que llevó a los médicos a sospechar que podría ser el resultado de la variante Ómicron.

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