Enlace Judío – Para comenzar mis vacaciones decembrinas, decidí dirigirme hacia mi librero. Después de diez minutos sin estar convencido por ningún título, me topé con un libro de David Grossman que no me parecía familiar: La sonrisa del cordero. Inmediatamente me dispuse a leerlo.

El paisaje pintado en sus páginas, casi bíblico con un toque de modernidad, introduce las contracciones centrales a la trama del libro. A través de cuatro personajes, vastamente diferentes uno del otro, sobrepone las historias de una infidelidad y la crueldad de la ocupación israelí de Cisjordania. Tal vez como un simbolismo en un libro repleto de ellos.

Katzman, un sobreviviente del Holocausto, es contratado como encargado de un área de refugiados en Cisjordania. Al principio, esperaba crear un ambiente humano de sinceridad, confianza y respeto bajo su regimiento, pero se topa con la realidad de gobernar a una población de veinte mil personas que no quieren que un extranjero controle sus vidas cotidianas.

En contraste, conocemos a Uri, un soldado liberal bajo el mando de Katzman. Al igual que él, desea tratar a los palestinos locales con generosidad y simpatía. Sin embargo, él convierte sus deseos en acciones. El libro explora hasta qué punto un soldado se puede comportar con ánimos de paz.

Jilmi, el tercer personaje, es un palestino amigo de Uri, que en las primeras páginas se entera de la muerte de su hijo a manos del ejército. Visto como si fuera un loco en su aldea, transmite sus ideas a través de la narración de historias o cuentos. El estilo de monólogo no dirigido que emplea Grossman para las secciones de Jilmi son recordativas de las crónicas bíblicas.

Finalmente, Shosh, psicóloga de profesión y esposa de Uri, tiene un amorío con Katzman y sospecha que causó el suicidio de un paciente. Su personaje está representada como una persona carcomida por la culpa.

La sonrisa del cordero, como escribe Grossman, es “una máscara de maldad haciendo muecas”. ¿Qué sucede cuando una persona se enfrenta con sus principios? ¿Cómo una vida personal se enreda con la de conocidos y desconocidos? ¿Cómo reacciona un pueblo históricamente oprimido cuando comienza a obtener poder?

Al igual que el resto de la obra de Grossman, La sonrisa del cordero es un libro lento, complejo, lleno de pensamientos y sentimientos. No obstante, vale la pena. Hay una razón por la que este libro, su primero, lo lanzó a la fama y expuso las crueldades de la ocupación a una parte de la sociedad judía israelí.

 


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