Enlace Judío – El Ministerio de Salud de Israel informó hoy que 110 pacientes con COVID-19 fallecieron en la última semana, un aumento del 80% con respecto a la semana anterior, informó The Times of Israel.

Según los datos de la dependencia publicados esta tarde, se diagnosticaron 83,088 nuevos casos de COVID-19 el día anterior, con más de 415,000 pruebas PCR y antígenos realizadas y una tasa de positividad del 23.23%.

Hasta el lunes por la tarde, se registraron 531,430 casos activos de COVID-19, 2,126 hospitalizaciones, y 814 pacientes graves, entre ellos 166 con respiradores. Hace una semana, se reportaron 459 casos graves, y hace dos la cifra era de solo 215.

Más de 850,000 personas han dado positivo a COVID-19 en las últimas semanas, aunque se estima que la cifra real de infecciones podría ser superior.

El profesor Eran Segal, uno de los principales asesores gubernamentales de COVID-19, expresó la esperanza de que el contagio por la variante Ómicron disminuya esta semana, ya que en su opinión, Israel ha alcanzado el pico de la ola actual.

“Ómicron se ha propagado de forma similar al modelo que hemos aprendido de otros países”, dijo eñ profesor a Ynet. “Esta semana esperamos ver un descenso del contagio. Ya estamos viendo un descenso en mayores de 60 años”.

Segal dijo que espera que alrededor de 3 millones de israelíes ya se hayan contagiado, incluyendo muchos no confirmados como positivos y señaló que Israel es actualmente el número uno en el mundo con más contagios per cápita en la última semana.

“Una vez que dejemos de ver un aumento de nuevos casos, seguiremos viendo más casos graves. Espero que para la próxima semana alcancemos un pico y veamos una estabilidad y el comienzo de un descenso”, dijo a la Radio del Ejército.

El domingo se registraron 181 nuevos casos graves de COVID, un pico diario durante la ola actual y un máximo no visto desde el pasado mes de enero.

El director general del Ministerio de Salud, Najman Ash, dio instrucciones a los hospitales de prepararse para postergar tratamientos que no salvan vidas. En una carta dirigida a los directores de los hospitales dijo que debían preparase para una afluencia de pacientes con COVID y despejar camas, incluso en las salas no dedicadas al tratamiento del virus.

Segal dijo que, aunque cree que Israel “se está acercando al final de esta ola, ahora hay una mayor posibilidad de contagiarse”.

“El contagio ahora no es inevitable. En estos días debemos tener más cuidado, en particular la población en alto riesgo”, concluyó.

Según la emisora pública Kan, un grupo de trabajadores extranjeros que llegaron a Israel de Nepal son sospechosos de haber contraído la nueva subvariante de Ómicron BA2. Cerca de 100 trabajadores que arribaron hace dos días para trabajar con ancianos fueron sometidos a pruebas PCR en el aeropuerto y se encontró que más de 20 dieron positivo a COVID-19.

La nueva subvariante de Ómicron es dominante en Nepal y, por lo tanto, surge la preocupación de que los trabajadores son portadores de la cepa. Actualmente se encuentran aislados en hoteles, a la espera de los resultados de las pruebas para asegurarse de qué variante se trata.

Hace aproximadamente una semana y media se detectaron 20 casos casos de la subvariante de Ómicron en Israel. Actualmente se sabe que BA2 lleva mutaciones adicionales más allá de las que posee Ómicron. La subvariante fue descubierta en China hace unas semanas. La sospecha es que se originó en la India, donde se le llama la “cepa sigilosa”, porque en muchos casos no se detecta mediante una prueba PCR.

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