Luis Huitron para Enlace Judío México e Israel- La Capilla Sixtina es una de las obras arquitectónicas más importantes de la cristiandad y es un símbolo emblemático del poder papal dentro de la Iglesia Católica. Desde sus orígenes, este espacio ha sido utilizado para la ceremonia del cónclave cuya finalidad es elegir al nuevo pontífice.

Originalmente, en ese lugar existió otra estructura conocida como la Capilla Mayor erigida hacia mediados del siglo XIV. Debido al estado ruinoso de este edificio, el Papa Sixto IV dispuso la reconstrucción del mismo entre 1477 y 1480. De esta manera surgió la Capilla Sixtina, nombrada así en honor al pontífice que la ordenó. A lo largo de los años, varios artistas renacentistas como Sandro Botticelli, Pietro Perugino, Cosimo Rosselli y Domenico Ghirlandaio entre otros, hicieron los murales que vemos al día de hoy. Miguel Ángel Buonaroti concluyó el programa iconográfico con sus pinturas realizadas en la cubierta del edificio y en el paramento presbiteral.

 

A partir del Génesis

Dentro de la Historia del Arte, las obras de Miguel Ángel han sido definitivas para la Capilla Sixtina, no podemos disociar las pinturas del edificio. Miguel Ángel diseñó el programa iconográfico de la bóveda a partir del Génesis. Construyó una narrativa que comienza en el origen del mundo y continúa por la creación de Adán y Eva, la expulsión del Paraíso y, finalmente, muestra las escenas del diluvio universal y del contacto de Noé con Dios.

Estas escenas bíblicas del libro del Génesis están flanqueadas por una serie de hombres desnudos llamados ignudi. Éstos se conforman a partir de cuerpos basados en el canon renacentista que resguardan una serie de medallones y escudos que, a su vez, contienen otras escenas del libro de Bereshit.

Además de dichas imágenes, el techo de la Sixtina contiene cuatro esquinas o pechinas. Estos triángulos arquitectónicos concluyen el programa iconográfico de Miguel Ángel con escenas extraídas del Éxodo, de la Meguilat Esther, del libro de Judith y de Samuel.

Miguel Ángel y su relación con los judíos de Venecia

Cuando nos referimos a la Capilla Sixtina pensamos en un edificio católico lleno de pinturas sagradas para la cristiandad. Sin embargo, poco se piensa en la influencia de la perspectiva judía que Miguel Ángel pudo incluir dentro de estas obras. Para explicar esto de mejor manera es necesario remontarnos a la expulsión de los judíos de España en 1492.

Tras la diáspora sefardí, muchos judíos del reino de Aragón encontraron un refugio temporal en lo que hoy conocemos como el centro de Italia. El papa Alejandro VI permitió el asentamiento de los judíos y la continuidad de su vida social y religiosa en los entonces Estados Pontificios. De esta manera, muchos judíos del reino de Aragón y algunos otros castellanos se establecieron desde Roma hasta Venecia, y en muchas otras ciudades de lo que hoy conocemos como la Lombardía.

Miguel Ángel probablemente tuvo relación con los judíos de Venecia ya que vivió en la Giudecca, dato que conocemos gracias a la biografía del artista hecha por Giorgio Vasari. A partir de esta fuente, podemos suponer que Miguel Ángel tuvo contacto con la población migrante de Sefarad, algunos de ellos con una fuerte tradición cabalística que compartieron con los cristianos.

De ésta manera podemos sugerir la influencia de parte de la cosmovisión judía dentro del desarrollo iconográfico de la Capilla Sixtina. Uno de los primeros elementos que sugiere que Miguel Ángel tuvo un conocimiento más cercano a una percepción judía y que lo aplicó en el desarrollo de sus formatos figurativos, es la escena de la creación del hombre.

Adán y los triunfos del pueblo judío

Ahí se aprecia la figura de Adán desnudo acostado en la tierra, es decir, con las piernas, los brazos y la espalda pegados al suelo y con la mano extendida hacia Dios. Este elemento tiene una importancia fundamental dentro del judaísmo, toda vez que el nombre de Adán viene de la palabra adamá, que significa tierra. Esta visión conocida y desarrollada dentro del mundo talmúdico está presente en un Adán que emerge de la tierra. La única parte del hombre que se separa de su cuerpo es la mano en dirección a Dios, aspecto que en lo personal me remite a pensar en el significado creador de la mano del artista.

Otro de los elementos característicos que invitan a la reflexión de la influencia del Antiguo Testamento en la obra de Miguel Ángel, es la selección de los temas para las pinturas murales de las pechinas, triángulos arquitectónicos que sostienen estructuralmente la cubierta de la capilla. Miguel Ángel eligió cuatro escenas bíblicas del Antiguo Testamento que muestran algunos de los triunfos del pueblo judío.

En las dos pechinas orientadas a Tierra Santa están pintadas las escenas de la victoria de Judith sobre Holofernes y la de David sobre Goliat. Del otro lado se encuentran dos triunfos del pueblo judío fuera de la tierra de Israel, éstas son la muerte de Amán, escena que culmina la historia de Purim, y la representación de la cura divina que Dios ofreció para su pueblo al observar la famosa serpiente de bronce enclavada por Moisés. Dichos elementos característicos dentro y fuera de la tierra de Israel cierran el programa iconográfico.

Reforzar la narrativa cristiana con elementos judíos

Además de la zona central con la narrativa del Génesis y las cuatro pechinas con las victorias del pueblo judío, Miguel Ángel también plasmó a los principales profetas y a los antepasados judíos de Jesús de acuerdo a la genealogía  descrita en el Evangelio de Mateo.

Como sabemos, el libro del Éxodo comienza con una genealogía de los hijos de Israel que entraron en Egipto. De la misma manera el libro de Mateo, siendo el primer evangelio del Nuevo Testamento,  hace una genealogía que lleva desde épocas de Abraham hasta Jesús de manera directa e ininterrumpida. Este fue uno de los sustentos desarrollados por los cristianos para argumentar que Jesús era el mesías.

Conocimiento puntual y profundo de la Torá

De ésta manera, los antepasados judíos de Jesús también forman una parte importante dentro del argumento intelectual del discurso iconográfico de la Sixtina, ya que Miguel Ángel unió ambas genealogías, la del Éxodo y la de Mateo de manera pictórica conceptual, conectando de esta manera el Génesis en la cubierta de la capilla, con la vida de Jesús en los muros de la misma.

Con todos éstos elementos mostrados, podemos entender que Miguel Ángel conocía los fundamentos de la religión católica, pero también se inspiró en ciertos elementos de la percepción judía y los utilizó para reforzar la narrativa cristiana.

Lo anterior, abre una ventana para entender que además de una influencia netamente cristiana, varios de los artistas del Renacimiento y del periodo medieval se basaron en estudios bíblicos no solamente cristianos, sino también judaicos. De ésta manera, el programa iconográfico de la cubierta de la Capilla Sixtina contiene un poco del trasfondo judaico basado en el conocimiento puntual y profundo de la Torá.

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