Enlace Judío México e Israel – Lazos ha asumido el reto de vincular a los jóvenes judíos de habla hispana con sus comunidades, a través de los valores universales del judaísmo pero con énfasis en los motivadores de una generación que, más allá del origen, poco tiene que ver con las de sus padres y abuelos. 

 

 

“Lazos es básicamente un intento de resolver una problemática que está preocupándonos en todo el mundo”, dice Diego Goldman, en entrevista para Enlace Judío. Se trata del “alejamiento de los jóvenes, cada vez mayor, a la vida institucional, tradicional, comunitaria.”

¿Qué pasa con los jóvenes judíos? ¿Por qué han dejado de interesarse en las instituciones comunitarias? Para quienes crearon Lazos, esas preguntas, formuladas hace 20 años, dieron pie a formar la organización, que busca crear “nuevos modelos de vida comunitaria que puedan complementar el rol de las instituciones y que puedan darle a los jóvenes, a los adultos jóvenes, estas nuevas formas de participar, de liderar, de construir identidad, más acorde a sus valores y a los tiempos actuales.” 

Pero, ¿en qué si diferencia Lazos de otras instituciones que buscan más o menos los mismos fines? Lo que esta organización hizo fue construir una red de adultos jóvenes, de entre 25 y 45 años, que se extiende a 70 ciudades de 20 países hispanohablantes. “Son jóvenes líderes, innovadores, que tienen potencial de generar impacto en sus comunidades.” 

De acuerdo con Goldman, se trata de “una red profesional porque, básicamente, intentamos generar un enriquecimiento de las redes personales, profesionales. Trabajamos mucho en lo que es net working profesional, a nivel local y a nivel internacional, y con esto trabajamos en el fortalecimiento de la vida personal, privada, profesional, espiritual de las personas.” 

Goldman nos cuenta que, cuando inició el proyecto, su equipo realizó una investigación para encontrar las principales motivaciones del segmento poblacional que les interesaba entender. El resultado de la investigación encontró “cinco cosas que son muy importantes y esto nos une a todos:

“El desarrollo profesional, el desarrollo económico, la ampliación de la red profesional internacional de cada uno de nosotros, el viajar —el turismo—, y por último, el vivir experiencias significativas de vida, sobre todo las que nos vinculan con nuestras causas sociales o medioambientales.” 

Sobre esos cinco pilares ha erigido Lazos su estrategia de trabajo y, aunque como apunta Salomón, el judaísmo no es ninguno de esos cinco pilares, los “atraviesa” a todos, pues ·”es una parte inherente de nuestra identidad, y el gran desafía nuestro (…) es cómo hacemos para que el judaísmo sea relevante, significativo para todos, en función de los motivadores de cada persona, en cada momento de la vida.” 

El origen

Lo que hoy en día es una organización compleja cuyas ramas se extienden por 70 ciudades nació en 2014 en la forma de un congreso celebrado de Iguazú, Argentina, con el patrocinio de la Fundación Schusterman. “A partir de ese momento fue creciendo muy de a poco y con un espíritu muy de start-up,”

Dicho espíritu podría reducirse al concepto de iteración. “Cada año Lazos va cambiando (…). No se parece tanto en 2021 al Lazos que fue en 2014, pero tuvo que ver eso con aprendizaje, cien por cien, y con la construcción de redes cada vez más importantes, no solo de miembros sino de organizaciones que apoyan”, como la Fundación Meta Saade, el propio gobierno de Israel, la ya mencionada Fundación Schusterman, entre muchos otros. 

Estos aliados estratégicos “van entendiendo que esta es la forma de encontrar alternativas que sean evocativamente más eficaces a la hora de contribuir con el enriquecimiento de la vida judía, con el fortalecimiento de la identidad judía de los jóvenes y con la construcción de comunidades judías más fuertes y vigorosas.”

 Otro de los valores fundamentales para Lazos es la diversidad, “inherente al pueblo judío”, que según Goldman, no puede considerarse “sino un asset, un activo para Lazos. Cuando nosotros nos miramos en cualquier espacio comunitario, en México, en Argentina, en Europa (…) lo que vemos es diversidad.” 

Goldman celebra el valor de esa diversidad, cuyo mejor crisol es el Estado de Israel, y que incluye a personas practicantes y no, creyentes y no, pero que se identifican como judías. El en centro de dicha identidad, “y que fue parte del éxito y de la relevancia del pueblo judío a lo largo de los siglos, y que fue generando tantos científicos, filósofos, profesionales (…), lo que se instala en el núcleo de todos es la pregunta, el cuestionarnos, el discutir y el respetar estas otras formas de pensar.” 

Crear Lazos en México 

Más allá de la visión global de Lazos, con presencia operativa en países como Argentina, Chile, Perú, Costa Rica, Panamá, Estados Unidos, España y México, y que incluye la adopción de conceptos universalistas como el Tikún Olam, es su vocación de impulsar proyectos con perspectiva local. 

“En México estamos trabajando con proyectos súper interesantes. Hay una comunidad de mujeres que se llama W Net; hay un espacio que se llama Gente que inspira, que empezó con algunas actividades presenciales y después mutó, en pandemia, a un podcast en el cual se hicieron entrevistas interesantes e importantes a personas con historias que salen del molde (…); tenemos otro proyecto también de Tikún Olam que se llama Con causa; tenemos actividades que van hacia el networking profesional…”, entre otros. 

“Estamos encontrando en México cada vez un espacio más interesante”, asegura y agrega que cada vez hay más gente que entiende que “si es de Lazos no tiene que dejar de participar de sus otros espacios comunitarios, porque Lazos es un espacio complementario que lo que busca es enriquecer a las personas y que la diversidad es un valor muy importante.” 

Un rasgo peculiar de Lazos es que, pese a que busca la creación de nuevas redes y espacios fundados en la identidad judía de los jóvenes, aprecia y fomenta (quizá se sirve de) el sentimiento de individualidad. La organización pretende que “ese deber ser” que implica la pertenencia a comunidades tradicionales, “no se los coma, no se coma su identidad y su particularidad.”

El futuro

“La verdad es que no lo sé”, dice Goldman cuando se le pregunta por el futuro de la institución. Responde sonriendo, como si la incertidumbre fuera más otro valor de Lazos que un motivo de pesadumbre. 

“Esta aventura de ir creciendo nos va a ir llevando por distintos lugares, en los cuales, nuestro desafío es replantearnos el hacia dónde y el cómo”, sin renunciar a la misión de “construir una vida judía relevante, significativa, vidas judías también fortalecidas, más espirituales y con cada vez más jóvenes que elijan realmente vivir un judaísmo de una forma significativa.” 

Goldman reitera la palabra “significativa” y explica por qué hace énfasis en ella: “uno se encuentra, en muchas comunidades, con jóvenes judíos que son judíos por herencia y por deber ser, por lealtad, por respeto… Y creo que tenemos que encontrar mucho más judíos que elijan serlo, que descubran en el judaísmo, a medida que van creciendo, muchas preguntas y muchas respuestas y muchos nexos con sus propios valores y con cada época.”

Pues aunque la judía sea una civilización milenaria, “también tiene esta cosa mágica de adaptarse a los tiempos. Por eso decimos que en cada generación decimos que debemos de  decir como que salimos de Egipto, como una de las frases que todo el tiempo traen la historia a la realidad y a la actualidad.” 

Con ese espíritu, Lazos intenta adaptar su modelo de creación de identidad y vínculos comunitarios a los tiempos que corren, a las necesidades que percibe entre los jóvenes judíos y a la realidad contemporánea. 

No se trata de transformarlo todo, mucho menos de destruirlo. Este modelo debe servir, dice Goldman, “para ampliar, para crear nuevas formas. Hay muchísima gente que elige vivir su judaísmo de algunas formas y así como los vemos en distintos planos de la sociedad, hay cada vez más diversidad, más elecciones, más respeto a estas elecciones diversas y, por lo tanto, tiene que haber esta construcción de espacios diversos para que cada quien se sienta cómodo practicando y viviendo en comunidad su judaísmo de la mejor forma que quiera.” 

 

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