Enlace Judío México e Israel – Gusti Yehoshua-Braverman es la jefa del Departamento para el Irgún y la Conexión con los Israelíes en el Extranjero, de la Organización Sionista Mundial, se encuentra de visita en México y conversamos con ella, en exclusiva.

La Organización Sionista Mundial, que está por cumplir 125 años, pretende ser “la representación de todo el pueblo judío”, así lo dice, en entrevista, Gusti Yehoshua-Braverman, quien se encuentra en México para participar en un congreso que reunirá a comunidades de América Latina, en Cancún, Quintana Roo.

“No solo trabajamos con judíos de la Diáspora sino que, por primera vez, estamos trabajando con israelíes en el extranjero”, explica cuando se le pide que aclare las funciones del departamento que dirige.

A Yehoshua-Braverman le preocupa un proceso de doble desconexión.

Primero, de los israelíes con el judaísmo y, luego, de los judíos de la Diáspora con Israel. Para los israelíes seculares, por ejemplo, la identidad judía es inherente a la nacionalidad israelí, incluso si no están vinculados con la religión.

“Algunos de ellos sienten tanta ira hacia el establishment ortodoxo que quieren desconectarse de eso. Y la ecuación es que no quieren estar afiliados a la comunidad judía pensando que ser israelí es suficiente para criar niños judíos. Y sabemos, por la encuesta que hicimos, que esto está lejos, lejos de reflejar una realidad.”

La encuesta a la que se refiere encontró que “la segunda generación se está distanciando de su identidad judía. No tienen raíces en la identidad judía y su conexión con Israel no es un factor porque, si una familia trae a sus hijos aquí o sus hijos nacen aquí, lo que hacen, en lo que se ocupan es en crear una identidad local.”

Se refiere a esos israelíes que viven en el extranjero. “Para crear una identidad local, ya sea para ser mexicanos o venezolanos o lo que sea (…), tienen que renunciar a la historia de sus padres y al idioma, a la tradición para tratar de hacerse camino y encajar en la comunidad local. Entonces, se están volviendo más mexicanos, más estadounidenses que judíos y, claro, que israelíes.”

Sobre Irgun, el departamento de la OSM al que pertenece, dice que “tenemos varias responsabilidades, una y la más importante es “llevar la voz de toda la comunidad judía. Algunas veces una comunidad judía no está muy conectada al Estado de Israel.”

Las 36 representaciones de la Federación Sionista tratan de “traer más de Israel a la comunidad con el sabor del siglo XXI; no solo contar la historia, el pasado, sino hacerla relevante hoy. Y eso es lo que estamos haciendo. También estamos haciendo otras cosas como el Congreso Sionista, que será en 2023, antes del 75 aniversario del Estado de Israel. Eso está bajo la supervisión de mi departamento. Pero lo más importante que busca la Federación Sionista es una nueva forma de llevar el sionismo a las comunidades.”

Y es que el propio concepto “sionismo” atraviesa por una crisis. “En el pasado, de forma muy general, ser sionista era hacer aliá. Esa era la mejor manera de decirse sionista. Ahora sabemos que eso no necesariamente ocurre.”

También puede decirse sionista quien apoye al Estado judío, independientemente de dónde viva. ”No es un secreto que ser judío hoy en el mundo no es fácil. Ya ni mencionar ser un abogado o hablar a favor de Israel. Entonces (nuestra función) es empoderar a los jóvenes, la generación joven, para crear una sensación de orgullo en Israel.”

Considerando el auge de las ideas antiisrraelíes y antisemitas, la misión parece difícil. Sin embargo, “es algo en lo que estamos trabajando muy duro, para crear nuevos programas, un nuevo lenguaje cultural para enganchar más a los jóvenes adultos a Israel, para que entiendan mejor por lo que lucha Israel y, a mismo tiempo, para permitir a la comunidad judía alrededor del mundo sentirse parte de algo que es más grande que ellos.”

Menos “anti” y más “pro”

Para Yehoshua-Braverman, los 14 departamentos que conforman la OSM trabajan con un sentido de integración para cumplir su propósito de representar y ayudar a los judíos del mundo. En ese sentido, “combatir el antisemitismo no basta porque si solo hablamos de “anti”, los perdemos.”

Por eso, “necesitamos hablar a favor. Entonces, por ejemplo, en Yom Haaztmaut hicimos algunas cosas con un artista israelí, Amit Shimoni. Trajimos figuras hípster de los líderes del estado judío. Estamos presentando películas, cortos…”

Yehoshua-Braverman dice que hay que hablar de Israel, discutir sobre Israel, pero no a partir de la agenda mediática, de los temas de la política internacional sino de la cultura, la música, el arte, la innovación y toda la complejidad que constituye a ese país.

“Queremos el concurso de Eurovisión y tenemos cantantes y DJ’s en todo el mundo. Entonces, otra vez, creamos un nuevo lenguaje y un nuevo involucramiento entre la generación joven y el Estado de Israel a través de vehículos distintos a la política. Israel no significa solo política. Tenemos alta tecnología, tenemos gastronomía. La cocina israelí es bien conocida alrededor del mundo. Entonces, esta es nuestra forma de discutir con las comunidades hoy en día.”

Yehoshua-Braverman entregó un premio al tenor Fernando de la Mora, a nombre de la Federación Sionista. “Según entiendo, él es una fuente de orgullo para el pueblo mexicano y no teme hablar a favor de la comunidad judía. Y es un honor para mí venir con la Federación Sionista a darle este premio y, al mismo tiempo, aprender más de las necesidades que hay aquí en México, cómo podemos fortalecer los vínculos entre la comunidad judía de México y la Organización Sionista Mundial y el Estado de Israel. Entonces, esa es la razón para venir aquí.”

Respecto al hecho aparente de que las instituciones sionistas estén volteando a América Latina cada vez más, Yehoshua-Braverman admite que “todo el enfoque se dirige a los Estados Unidos, porque la mayoría de los judíos fuera de Israel viven en los Estados Unidos.”

Sin embargo, “desde el momento en que me eligieron para este cargo, me quedó claro que necesitamos poner un proyector sobre América Latina, Europa y otros lugares. Supongo que parte del interés se debe a que muchos de nuestros jóvenes están viajando aquí en América Latina y están llevando de vuelta el mensaje a casa.”

Uno de los programas de su departamento se llama “Mochileros”. Se trata de hacer que los jóvenes israelíes “no solo vengan y viajen, sino que se queden dos meses aquí, en una pequeña comunidad judía y hagan algún trabajo con la comunidad judía.”

El programa busca fines bidireccionales. “Una pequeña comunidad judía no tiene la capacidad de traer un Sheliaj, para tener a alguien que venga de Israel con programas y espíritu y cultura durante todo el día. Y para los adultos jóvenes que vienen aquí a ser voluntarios en estas comunidades, es exponerse a las pequeñas comunidades judías en América Latina y traer este conocimiento a casa. Entonces, si me preguntan, creo que ambas cosas fomentan más interés en América Latina.”

Este programa, para Yehoshua-Braverman, es “una revolución en la forma de llevar a los jóvenes no solo a hacer viajes, sino a quedarse. Y crea una nueva noción sobre América Latina. Y puedo decirles que estamos muy involucrados aquí.”

El tema de la identidad es crucial para la OSM. Mientras los israelíes están comenzando a perder sus vínculos con el judaísmo, los judíos en el extranjero se están perdiendo a Israel.

“Creo que lo que se están perdiendo, algunos de ellos, es mirar a Israel no solo a través de los medios de comunicación, sino profundizar y comprender la complejidad de la vida en Israel, del conflicto, y no avergonzarse de ser judíos o de apoyar a Israel.”

Admite que “es duro. Sé que cuando van a la universidad o salen, es muy difícil para los jóvenes lidiar con el odio, la ignorancia, el antisemitismo que tienen que enfrentar como adultos jóvenes. Y creo que necesitan saber más” sobre Israel y no perderse de su identidad.

Para los judíos de algunas comunidades latinoamericanas, por ejemplo, el problema de la identidad judía comienza con la lengua. Según Yehoshua-Braverman, muchos padres de familia eligen que sus hijos aprendan inglés antes que hebreo, pues están más preocupados por su futuro laboral que por su identidad y sus raíces.

“Entonces nos falta —si hablamos especialmente de América Latina— la conexión que se crea a través de un idioma. Así que espero que podamos revertir esto con la apertura, una nueva apertura y alentar a más personas a venir y aprender el idioma porque esta es una forma de conectarse.”

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