Enlace Judío – Durante una entrevista con el periodista Leo Zuckerman realizada en el CDI con motivo de Yom Yerushalaim, el Dr. Najman Shai comienza por explicar su función como ministro de Asuntos de la Diáspora, vinculada con las relaciones entre los 8 millones de judíos en el mundo e Israel.

Su labor, dice, es buscar proyectos, iniciativas, asociaciones que refuercen las relaciones en ambos extremos, tanto en la diáspora como en Israel; convencer a los israelíes de la importancia y la relevancia de la diáspora, cuando el tema no es parte de la vida cotidiana y por lo tanto los asuntos de la diáspora son percibidos tan lejanos.

“Yo debo transmitir el mensaje de que el pueblo judío es uno: estamos unidos, tenemos intereses comunes y un destino común”, afirma.

Habla de una generación de cambio en ambos extremos. “Estoy seguro que las primeras generaciones de judíos mexicanos tenían una percepción distinta de Israel en comparación con la generación joven”.

En este contexto, reitera la necesidad de trabajar con la generación joven.

Por otro lado, señala que el 78% de los israelíes nacieron en Israel y ellos no saben lo que es la diáspora, a diferencia las generaciones que emigraron de otros lugares del mundo y crecieron en la diáspora. “Hay una diferencia entre la generación de los abuelos, las madres, los niños y los jóvenes”.

“El 30 por ciento de la población piensa que Israel es un Estado apartheid y más del 30 por ciento apoya a los palestinos y no a los israelíes y ese es un reto porque ven el mundo diferente y un Israel diferente. Para ellos tener un Estado judío no es un milagro e Israel es visto como cualquier país del mundo”.

Coincide en que actualmente la diáspora ayuda más a Israel que en el pasado, a pesar de que ahora el país cuenta con mayores recursos y por lo tanto considera que el Estado debe dar y no solo recibir. “Digo a los israelíes que la relación debe ser recíproca y debemos dar no menos de lo que recibimos”.

Israel ahora ayuda a los judíos de la diáspora en programas educativos, medidas de seguridad,  la lucha contra el antisemitismo. “Utilizo literalmente los impuestos de los israelíes para dar a la diáspora de acuerdo a nuestras capacidades”, enfatiza.

Expresa su preocupación por los enfrentamientos entre judíos nacionalistas y árabes en la Ciudad Vieja en el marco del controvertido Desfile de las Banderas en Yom Yerushalaim.

Al mismo tiempo, subraya que Jerusalén es una ciudad unificada bajo la soberanía israelí, con cristianos, musulmanes y judíos viviendo juntos.

Destaca la ayuda humanitaria que proporciona Israel a Ucrania tras la invasión rusa, la continua colaboración con las comunidades judías locales, así como la absorción de 10 mil judíos y 30 mil refugiados no judíos en Israel, que son medias familias, sin hombres de 18-60 años debido a la ley marcial decretada en Ucrania.

Insiste en que como país de refugiados, el Estado de Israel debe recibir a los ucranianos no judíos que huyen de la guerra y otorgarles el estatus de refugiados en lugar de que sean acogidos por sus familias, representando una carga para ellos.

Así, elogia la absorción de refugiados ucranianos en países como Alemania, Suecia, Reino Unido, y Estados Unidos que les permiten trabajar por al menos dos años, aunque muchos de ellos optan por quedarse en Ucrania con sus familias.

También abordó temas como el antisemitismo global, principalmente en las redes sociales, la comunicación con la diáspora judía en América Latina en la era digital, los cambios demográficos en Israel, específicamente entre judíos y árabes, la creciente integración de los ciudadanos árabes en la sociedad israelí, la preparación de la población ultraortodoxa judía y los desafíos de Israel ante la amenaza de Irán y sus representantes, Hamás en el sur y Hezbolá en el norte del país.

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