Enlace Judío México e Israel – Jerusalén es un caleidoscopio de diversas culturas, religio­nes y grupos étnicos que, a pesar de las tensiones, conviven en paz. Históricamente, la ciudad ha sido el centro espiri­tual y geográfico del pueblo judío durante más de tres mil años y actualmente es la capital de Israel. Columna de TAL ITZHAKOV* en Excelsior.

Bajo el liderazgo jordano, previo a 1967, los judíos tenían prohibido el ingreso a la Ciudad Vieja y la visita al Muro Occidental, su sitio más sagrado. Cuando Jerusalén fue unificada bajo soberanía israelí en 1967, las expresiones religiosas y culturales de todas las creencias fueron revita­lizadas nuevamente y se estableció, por primera vez en la historia moderna, la libertad de culto en los sitios sagrados para la diversidad de creyentes. Una parte de este statu quo de décadas ha sido el Desfile de Banderas en el Día de Jeru­salén, realizado desde hace varias décadas conmemorando la reunificación de la ciudad.

Días previos a celebrarse este año, el líder de Hamás en Gaza, Ismail Haniya, amenazó a Israel y llamó a su “pueblo a estar preparado y listo para defender la bendita Mezquita Al Aqsa”.

Esta escalofriante advertencia ocurre después de varias semanas de actos terroristas contra civiles israelíes: un ata­que con disparos en Tel Aviv mató a tres jóvenes e hirió a diez; en otro hecho perpetrado en Elad, los terroristas utilizaron hachas y cuchillos para asesinar brutalmente a tres padres y herir gravemente a otros tres; en Bnei Brak, un palestino armado ulti­mó a cinco personas. Un total de ocho sucesos desde marzo dejó el saldo de 20 civiles israelíes muertos y más de 90 heridos.

El brote de violencia tuvo origen en una sistemática pro­vocación que difunden los fun­damentalistas extremistas del islam contra los judíos israelíes en las redes sociales, que penetra rápidamente en los medios de comunicación y termina siendo replicada por los principales líderes de opinión.

Este fenómeno que normaliza y generaliza el odio contra los judíos está orquestado por Hamás, organización terro­rista islamista que convoca abiertamente al asesinato de judíos y es responsable de la muerte y lesiones de miles de civiles israelíes y palestinos. Este grupo genocida tomó el control de la Franja de Gaza a través de un golpe militar en 2007, y ahora explota los sentimientos nacionalistas y religiosos para caldear los ánimos en Jerusalén y fortalecer su propia posición.

Todo aquel que se oponga al Día de Jerusalén y al tra­dicional Desfile de Banderas en realidad está contra la coexistencia de las diferentes comunidades. Las fuerzas de seguridad israelíes han trabajado a fin de mantener la seguridad pública, haciendo efectiva la libertad de culto y garantizar que más de 1.2 millones de fieles musulmanes recen en la Mezquita de Al Aqsa, durante el mes del Rama­dán, y que miles de cristianos celebren la Ceremonia del Fuego Sagrado en la Iglesia del Santo Sepulcro.

Hamás ha respondido intensificando sus amenazas pú­blicas, siendo ellos, junto a la Autoridad Palestina, respon­sables por el daño que ha causado su discurso y la difusión de información falsa. El hecho de que señalen toda cele­bración judía como un acto de provocación que justifica la violencia, resulta inaceptable.

Israel es una nación partidaria de la paz y es particular­mente ahora cuando más anhela la coexistencia; por ello ha llamado a la dirigencia palestina a poner fin a provocaciones y trabajar para restaurar la calma, y a la comunidad inter­nacional para que condene el terrorismo contra los civiles.

*Agregada de Prensa y Cultura de la Embajada de Israel en México


 

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