Enlace Judío México e Israel – Esta es una milagrosa historia, acerca de un niño cristiano llamado Mussan, quien había desaparecido un día antes de la fiesta de Pesaj en la ciudad de Alepo.

En la víspera de Pesaj del año 1853, se había difundido el rumor de que los judíos habían secuestrado al niño “Mussan” y lo habían sacrificado para amasar las Matzot con su sangre. Entonces, un terrible miedo recayó sobre todos los miembros de la comunidad, y la alegría de la fiesta de Pesaj se transformo en preocupación y temor. Mientras tanto, el rumor se iba esparciendo por toda la ciudad de Alepo. En ese momento, el Jajam Jaim Mordejai Lobaton, era el “Ab Bet Din” de Jalab (rabino líder del tribunal rabínico de Alepo), quien a su vez era venerado y respetado tanto por judíos como musulmanes.‎

Pero cuando la noticia de lo acontecido llego a oídos del gobernador de Alepo, Mustafa Zarif Pasha, inmediatamente mando a llamar al Jajam Lobaton, para informarle de la situación y advertirle de que, si el niño no aparecía en poco tiempo, los judíos serían expulsados de la ciudad, y no descartaría que incluso antes se podría perpetrar una masacre en contra de la comunidad judía, incitada por la población cristiana y musulmana de la ciudad. De inmediato, el Jajam Lobaton mandó a llamar a los judíos de toda la ciudad, para que se reúnan en las sinagogas a rezarle e implorarle a Di-s, para que cancele el decreto.

La infructuosa búsqueda del niño Mussan continuo durante dos meses, pero el niño no apareció, parecería como si se lo hubiese tragado la tierra. Entonces, el 13 de Siván, el Jajam Lobaton ordenó a toda la comunidad volver a acudir a las sinagogas, sin que nadie pudiera ausentarse. Todas las sinagogas de Jalab estaban llenas, ancianos y enfermos, hombres y mujeres, niños y hasta bebés, nadie había quedado en su casa, todos rezando para que Hashem tuviera misericordia de ellos, y que el niño Mussan apareciera cuanto antes sano y salvo.

Cuando de pronto sucedió algo inédito. De repente, el rabino Mordejay Lobaton abandono solo la sinagoga, e incluso no le permitió a su Shamash acompañarlo, mientras que toda la gente que se encontraba en el Bet Hakneset se quedaron asombrados, y se preguntaban: ¿hacia dónde iría el Jajam Lobaton?, ¿acaso del cielo respondieron nuestras oraciones? No obstante, el Jajam había decidido acudir al lugar donde el niño había sido visto por última vez.

Pero sucedió un milagro, y cuando el Jajam Lobaton caminaba por ahí, de repente vio a dos niños que estaban jugando, y que, sin darse cuenta de la presencia del rabino, uno le dijo al otro: “yo vi con mis propios ojos cómo unos sacerdotes cristianos se llevaron al niño Mussan de este mismo lugar y lo escondieron en una iglesia cercana”. Inmediatamente el Jajam se dirigió al palacio del Pasha, para pedirle que lo acompañara a la iglesia y que llegaran allí inadvertidos.

El Pasha estuvo de acuerdo en acompañarlo. Entonces, cuando el rabino junto con el gobernador llegaron de improviso al lugar, fueron recibidos por los sacerdotes, y mientras hablaban, vieron a un niño caminando por el patio. Cuando se le acercaron, el Jajam le pregunto: “¿dime hijo mío, cómo te llamas?” entonces el niño le respondió “me llamo Mussan”. Inmediatamente el gobernador ordenó clausurar el claustro, y encarcelar a los sacerdotes.‎ De esa manera, la “Hashgaja Pratit” (Providencia Divina) evitó la masacre y expulsión de los judíos de Alepo, el cual tenía amenazada a toda la comunidad judía.

Por este impresionante milagro, en el cual Hashem salvó una vez más al pueblo judío de una terrible tragedia, y en este caso a toda la comunidad judía de Alepo, los rabinos de aquella ciudad, instituyeron que, en recuerdo de lo sucedido, este día 13 de Sivan sea llamado como “Purim Mussan”, o también conocido como “Nes Mussan”, y que fuera celebrado por todas las generaciones. El Jajam Jaim Mordejai‎‎ Lobaton Z”Zl falleció el día 20 de Sivan de 5629.‎

Pero ya que estamos, vale la pena mencionar otro hecho. El hijo menor del Jajam Mordejai Lobaton, fue el rabino Shelomo Lobaton, quien había llegado a México en 1909, pero al ver que no había allí una sinagoga de su comunidad, se dispuso a organizar los rezos diarios, así como de Shabat en la sala de su casa, la cual adaptó como sinagoga, en una de las vecindades del centro de la ciudad de México. La alegría fue muy grande cuando en 1913, el primer niño varón nacido en México, dentro de la comunidad Jalebi, fue llamado Yehosua Lobaton. Pero también en esos momentos ocurrieron milagros.

Alepo

En 1913, durante la revolución mexicana, un proyectil que habían disparado los revolucionarios se incrustó entre los soportes que sostenían el medidor de luz de la pared de la casa del Jajam Shelomó Lobatón, que fungía también como “La Sinagoga Ketana”, sin embargo, milagrosamente por la “Providencia Divina”, el proyectil no exploto, salvándose así toda la familia, su casa, el Bet Hakneset, y el único Sefer Tora que contaba la comunidad Jalebi.


 

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