Enlace Judío México e Israel – Ante la inminencia de un nuevo proceso electoral en Israel, un posible regreso del polémico Benjamín Netanyahu podría ser desfavorable para los judíos que viven fuera de aquel país; al menos eso opina el catedrático, investigador y columnista de este medio, Joseph Hodara, en entrevista exclusiva. 

El catedrático, investigador, funcionario y autor Joseph Hodara, argentino de nacimiento e israelí, quien además es columnista de Enlace Judío, conversó con May Samra, la directora de este medio, para ofrecer a nuestros usuarios un panorama analítico de la situación política que vive Israel ante la inminencia de un quinto proceso electoral en apenas tres años.

 

Enlace Judío: vamos por las quintas elecciones (en Israel) en tres años; explícanos un poco qué pasa.

Joseph Hodara: No hay duda que en este momento, cuando se va a librar el 5.º torneo electoral, estamos viviendo momentos muy, muy importantes que van a determinar la fisonomía del futuro. En primer lugar, en términos estrictamente políticos, el litigio entre Yair Lapid y yo diría la familia Netanyahu, es algo completamente singular.
A Yair Lapid lo quieren alejar de la política diciendo que no tiene experiencia. Pero en rigor no es cierto. Su padre, que llegó de Yugoslavia a Israel, fue ministro de este país. Su madre es una escritora muy conocida. Igualmente, su esposa. Él, en lo personal, es cierto que se dedicó más bien (a ser) boxeador, también (al) periodismo, televisión, etcétera. Parece una persona ligera desde el punto de vista de su talento intelectual. Sin embargo, él está asumiendo, a sus 58 años, sus tareas con una seriedad y honestidad impecables.
El caso de Netanyahu, de la familia Netanyahu, es totalmente diferente. Se trata de tres componentes diferentes. Se trata del padre de familia. Se trata de la esposa. Y se trata de un hijo. Es decir, tres elementos sumamente activos y que no siempre coinciden. Como tú sabes, se trata del tercer matrimonio de Netanyahu y claro, sus dos hijos. Uno de ellos, entre paréntesis, pero prefiere la vida académica, intelectual, en tanto que su hijo mayor prefiere tener una actuación política muy amplia. Y no siempre hay un entendimiento entendimiento entre ellos.
De manera que habrá aquí un litigio muy interesante y realmente decisivo. En segundo lugar, tenemos también un problema en el plano económico. No es ningún secreto que en este momento el mundo, también México, están viviendo un momento sumamente difícil. La inflación es relativamente alta. Hay una crisis en términos de las fuentes de materias primas, el petróleo, etcétera. Pero Israel, sin embargo, está lidiando con algún éxito, diría, en términos comparativos con los dilemas económicos.
Probablemente, el talento de los economistas locales y alguna ayuda internacional colaboran para llegar a una situación relativamente estable (…) y no solamente económica sino también militar. De todas maneras, aquí el principal problema en este momento es el problema político. Y vamos hacia una puja, una puja política electoral sumamente difícil, en el cual la familia Netanyahu, con sus diferencias de opinión, son un elemento clave, con respecto a Yair Lapid que, en este momento, está acumulando una gran experiencia.
El segundo tema es el tema estrictamente económico. No hay duda, como acabo de decir, que tenemos que enfrentar una inflación difícil. El número de viviendas con que contamos en Israel respecto al número de personas o de parejas o de familias interesadas en ingresar, es un contraste muy, muy marcado. Crea una amargura crítica muy aguda, espinosa en la población y es un problema que se debe resolver.
De todas maneras la inflación, de momento, es relativamente moderada; podría aumentar en el futuro, pero en este momento es contenida racionalmente. Hay un problema más, completamente nuevo. Como sabes, hace tiempo se lleva a cabo un juicio en contra de Netanyahu por diferentes desviaciones en su conducta. Y mañana aparecerá Hadas Klein, que fue la secretaria del productor de cine Milchan. Mañana comienza a dar sus opiniones al respecto sobre las relaciones entre Netanyahu, la familia Netanyahu, mejor dicho, particularmente Sara Netanyahu y sus solicitudes de obsequios diferentes y muy variados.
Y ella probablemente hará una presentación que dejará a la familia Netanyahu en una situación sumamente difícil. Es decir, no vacilará en decir la verdad respecto a las peticiones frecuentes de la señora Netanyahu, con respecto a bebidas, joyas y otros elementos, sin tener una actitud equidistante o igualitaria con respecto a la familia Milchan. Es decir, que se trata de un juicio muy decisivo. Hay un elemento más que es la visita de Biden a Israel, la próxima semana….

EJ: ¿Por qué esta persona que se ocupa de cine tiene que ver con la esposa del ex primer ministro?

JH: Tiene que ver con la familia Netanyahu. Hadas Klein fue secretaria de Milchan durante muchos años y conoce muy bien cuál es el tipo de obsequio completamente no igualitario, no simétrico que se realizó entre Milchan, que es un hombre multimillonario, director de cine en Estados Unidos y la familia Netanyahu.
Entonces, ese juicio dejará en una posición negativa a la propia familia Netanyahu, porque se anticipa que el juicio de Hadas Klein será un juicio crítico, si no negativo. Un elemento más, por supuesto, (es) la visita del presidente norteamericano Biden. Probablemente él tendrá un gesto de simpatía con respecto al nuevo liderazgo presentado por Yair Lapid. Pero al mismo tiempo podría visitar no solamente a Jerusalén como capital de Israel, sino a Jerusalén oriental, lo cual podría ser interpretado como un gesto de apoyo, al menos indirecto, a algunas reclamaciones árabes.
Eso está todavía por verse. Pero en todo caso, ese par de días en que el presidente norteamericano visitara el país serán determinantes. Muy, muy importantes. Y por supuesto que Yair Lapid va a presentar, exhibir su talento y su simpatía como político. Hay un elemento más, que es un elemento militar. En este momento hay una polémica interna que ya ha ganado voz pública sobre el nombramiento del futuro comandante general de las Fuerzas israelíes.
La tendencia de Netanyahu es o de postergar, o tiene un candidato que no es aceptado por Yair Lapid. Entonces se presenta aquí un problema: designarlo o no. Aparentemente este gobierno, por lo menos, es un gobierno interino, pero tiene la facultad para hacerlo. Y el secretario, el ministro de Defensa, están interesados en un rápido nombramiento y tienen un candidato excelente para ser designado en las próximas semanas.
Pero es un tema que tiene que ser decidido. Por supuesto que en el terreno internacional o regional, los problemas con Irán prosiguen. Irán tiene sus diferentes bases en este momento en Siria y posteriormente, y en los últimas semanas, en el Líbano. Trata de activarlas de diferentes maneras e Israel responde, como se sabe, con ataques aéreos que en última instancia son permitidos, no solamente por los sirios, cuya impotencia para poder defenderse es bien conocida, sino por los rusos que dominan a Siria.
Pero los rusos, en este momento, están tan ocupados con otros problemas regionales e internacionales que simplemente nos permiten esas incursiones aéreas para destruir diferentes bases o elementos iraníes que se encuentren en Siria y últimamente también en el Líbano. Eso, por supuesto, crea una situación de emergencia constante, de vigilancia constante sobre qué hacen nuestros diferentes actores.
Para poder impedir o contrarrestar esa posibilidad, Israel ha tenido muchísimo éxito, ha acertado en establecer relaciones con Egipto y con los países de la Península Árabe, un entendimiento que es sumamente importante porque también ellos temen una agresión iraní y saben que, en última instancia, solo Israel podría defenderlos. Es decir, si Teherán resuelve atacar El Cairo, Jerusalén lo escondería.
Y es una nueva situación que yo creo que si yo pienso en términos de hace una década, me parecería totalmente inconcebible. Pero en este momento es algo sobre lo cual casi no se habla, pero es algo conocido, convencional, aceptado. Es decir, que Israel realmente se ha convertido en el líder de un ensamble regional muy importante. Líder militar y líder político. Yo diría que esos son los principales problemas que en este momento nosotros encaramos hacia las próximas elecciones, cuyos resultados no podemos anticipar.
Yo espero —esto es una opinión personal— que Lapid, por un lado, y Benny Gantz, por el otro, tengan las posibilidades de ganar. Un elemento que es muy importante aquí es Gadi Eizenkot. Te recuerdo que Gadi Eizenkot fue comandante general de las Fuerzas Armadas de Israel. En este momento está jubilado, pero tiene ya posibilidades de actuar políticamente y en este momento existe un combate entre los diferentes partidos para conquistarlo.
Lo que está claro es que Eizenkot no quiere apoyar a Netanyahu, a pesar de que Netanyahu lo designó como comandante general de las Fuerzas Armadas. La duda está si él va a escoger a Lapid y en ese caso le va a agregar por lo menos cinco puestos más a los 19 que tiene en este momento, o se unirá a otro partido también de la oposición. Pero en cualquier caso, se trata de una figura trascendental, importante, decisiva. Pero él, yo creo que prudentemente, guarda silencio hasta este momento. Creo que está negociando secretamente con los diferentes partidos para saber qué partido le ofrece las mejores posibilidades. Pero se trata indudablemente de una figura llave en esta escena política interna de nuestro país. 

EJ: ¿Crees que se puede salir de este atasco político esta vez? Dijiste que es muy difícil pronosticar, pero ¿cuál sería tu pronóstico?

JH: Yo creo que esta quinta lid o lucha electoral es la definitiva. Yo creo que las partes, ya sea por cansancio o ya sea por el hecho de que Lapid, el partido de Lapid tiene ya una posición sobresaliente muy clara, yo creo que en este quinto será el round definitivo. Y creo que las posibilidades del propio Lapid de conformar una coalición gubernamental son sumamente altas.
Por supuesto, en tal caso, y en este escenario, la reacción de Netanyahu y del público que lo apoya podría ser una reacción, me atrevo a decir, inclusive violenta, particularmente en las calles. Pero en última instancia, yo creo que deberán aceptar el voto definitivo hecho por la población israelí. En cualquier caso, creo que este quinto torneo electoral —también por razones económicas— es decisivo y yo espero personalmente que Lapid y su coalición de gobierno, incluyendo a un partido árabe, será una coalición sumamente importante que hará un viraje cualitativo a Israel.

EJ: Incluyendo los árabes, dices…

JH: Claro, indudablemente que en el momento en que una representación de los árabes tiene cabida dentro de la coalición, y tal posibilidad se vio ya en la coalición anterior, probablemente será mucho más elocuente en el próximo concierto de coalición. Eso permite, indudablemente, que la población árabe, que constituye en este momento el 20% de la población israelí, se sentirá mucho más segura, mejor representada en los poderes de Israel.

MS: Y ¿cuál es tu opinión acerca del gobierno de Bennet y Lapid? ¿Cuáles, según tú, fueron sus logros y cuáles sus fracasos?

JH: Creo que el gobierno de Bennett, a pesar de su cortedad, fue un gobierno muy exitoso (…), sumamente estable, a pesar de que Bennett representaba solamente a cinco o seis delegados de su partido que finalmente se apartaron de él y quedó casi completamente solo. Sin embargo, él cometió dos errores importantes.
Un primer error es perder tiempo en su viaje a Moscú para hacer unas tratativas que finalmente no han conducido a nada cualitativamente importante. Le hicieron perder tiempo a pesar de su figuración internacional, etcétera. Creo que fue un error de su lado. Y un segundo error fue no trabajar como primer ministro en Jerusalén.
El hecho de que él continuó trabajando en Ra’anana, lugar donde vive, donde se hizo una inversión de más de 12 millones de shekalim para poder asegurarlo como primer ministro, con instalaciones de todo tipo, con guardias numerosos, etc., creo que fue un error sumamente importante, al punto tal que Lapid consideró corregirlo de inmediato y antes de ser elegido primer ministro, simplemente se instaló ya en Jerusalén y se instaló en un lugar donde algún momento —debo recordar esto—, fue la embajada de Guatemala.
Y se trata, vuelvo a decirlo, de una persona admirable, Lapid, porque a más allá de su no experiencia política, aunque fue ministro de Economía en el gobierno de Netanyahu, sin embargo, muestra una capacidad de liderazgo particularmente singular y sabe cuáles son sus limitaciones. Por ejemplo, en el campo estrictamente militar o económico. ¿Cómo lo corrige? Simplemente pidiendo consejo, asesoramiento. Y él reúne a las personas indicadas en los asuntos que le inquietan, escucha sus opiniones y finalmente llega a una decisión por la cual él es responsable.

EJ: ¿Crees que Netanyahu tiene aún posibilidades de volver al poder?

JH: Sí, indudablemente. Yo creo que particularmente la familia Netanyahu y las personas y las muchedumbres que apoyan a Netanyahu elevan la posibilidad y las perspectivas, a mi modo de ver, un poco decepcionantes de un retorno de Netanyahu, y el retorno a Netanyahu —pero ya estoy dando aquí mi opinión personal— dará un giro significativamente negativo para el país.
Yo creo que el sistema jurídico del país, los jueces que en este momento ejercen sus funciones, están en peligro de ser alejados con el objeto de nombrar a personas mucho más leales a Netanyahu. Y en esas circunstancias, la justicia israelí, que hasta este momento ha sido muy bien balanceada, podría tener lesiones muy importantes. Esa es una de las razones por las cuales, en lo personal, yo estoy lejos de apoyar Netanyahu, pero no niego las posibilidades de que él llegue finalmente. Y te agregaría que también, en cierta medida, las diásporas podrían sentirse afectadas por el hecho de que Netanyahu llegue al poder.

EJ: ¿Por qué?

JH: Yo creo que Netanyahu podría provocar en Israel situaciones conflictivas, tanto en términos familiares como políticos, que trascenderían en la vida de los judíos en el extranjero, es decir, daría argumentos a diferentes agrupaciones que critican a Israel, le darían argumentos adicionales, ya sea por la vida personal de Netanyahu, sus diferentes matrimonios, el hecho de su vida personal que lo llevó a un enfrentamiento con los abogados y con su esposa para establecer nuevos términos absolutamente secretos en caso de divorcio…
Es decir, creo yo que que las diásporas no estarían completamente contentas, y tampoco los elementos internacionales, como el presidente de Francia, como el presidente de Estados Unidos, Biden. Yo creo que no verían con buenos ojos un ascenso de Netanyahu al poder. Pero se trata de un hecho que no gravita sensiblemente en los resultados finales de las elecciones.

EJ: Sí, pero finalmente, en la diáspora, es mucho más fácil ser partidario de la derecha o de Netanyahu, porque no se vive en Israel…

JH: Eso es cierto. Pero piensa por un momento: si Netanyahu, con algún entendimiento con Trump, provocara algunas actitudes no tan favorables al mundo judío diaspórico, creo yo que eso crearía alguna inquietud en las diásporas. Pero de todas maneras, tal vez se trata de una hipótesis algo arriesgada, pero me permito pensar que también las diásporas deberían atender esa situación particular, la relación Trump-Netanyahu, que es una relación no tan favorable para el mundo judío.

EJ: Sin embargo, trajo los acuerdos de Abraham…

JH: Indudablemente. Pero yo creo que más allá de esos acuerdos y más allá del hecho de que en este momento Trump se encuentra en la oposición y con perspectivas algo alejadas de retornar al poder, etcétera, de todas maneras, son situaciones que pueden variar con gran velocidad.

EJ: Si no es Netanyahu, ¿quién? Porque yo sé que hay algunas personas que ya se están preparando para ser candidatos…

JH: Yo creo que una coalición jefaturada por Lapid es la posibilidad, por lo menos en términos personales, es la que me parece la más prometedora. Es una posibilidad que permitiría que un elemento árabe musulmán formara parte de la coalición. Y algo más: permitiría también que dos personajes que están hoy en el escenario israelí tuvieran una actuación moderada. No así en el caso del triunfo de Netanyahu.
 Me refiero a Itamar Ben-Gvir y Bezalel Smotrich. El primero nunca estuvo en el ejército, el segundo solamente ocho meses. Sin embargo, tienen actitudes como si fueran los grandes salvadores de Israel. Pretenden, aunque no lo dicen directamente, la expulsión de los árabes de Israel con el objeto de llegar a una nacionalidad relativamente “sana”, “pura” y detener la expansión árabe dentro de la población israelí.
Y yo creo que son dos personajes que Netanyahu no puede frenar. Sin embargo, Lapid sí  los puede frenar, a través del hecho de que no integrarían ninguna coalición, ningún entendimiento con Lapid. Pero el caso de Netanyahu serían figuras muy importantes en la coalición y determinarían también el rumbo de la coalición en temas internos.

MS: Precisamente la extrema derecha de Hatzionut HaDatit podría ser la tercera fuerza electoral tras las próximas elecciones. ¿Qué opinas?

JH: Probablemente sí. Pero hay dudas al respecto. Hasta el día de hoy, en términos históricos, las diferentes agrupaciones ortodoxas religiosas han sido cercanas a Netanyahu. Sin embargo, en el caso de un triunfo de Lapid, yo creo que podría verificarse un viraje. Particularmente si Lapid —y Lapid ya se ha pronunciado al respecto— les ofrece posibilidades. Por ejemplo, no los va a afectar en términos de servicio militar. Va a tratar de incrementar la política de vivienda en favor de las minorías religiosas. Tratará de eludir cualquier expresión contraria a los elementos religiosos, etcétera.
Es decir Lapid, por supuesto, es un hombre profundamente laico. El hecho de que él hizo su juramento de ingreso al poder, no en en Jerusalén, en las murallas de Jerusalén, sino en el Museo de la Diáspora, yo creo que dice mucho acerca de su actitud. Por supuesto, es un hombre laico. Confiesa que es laico, pero sin embargo, en términos políticos, es suficientemente inteligente como para hacer las combinaciones con los elementos religiosos, y los líderes religiosos ya han declarado que en el caso de una victoria, o por lo menos de un acercamiento a la victoria por parte de Lapid, ellos, por supuesto, en sus términos, conservarían una alianza con con Lapid.

EJ:Llevamos cinco elecciones en apenas tres años. ¿Eso es muestra de funcionalidad o de que algo falla en la democracia israelí?

JH: Indudablemente la democracia israelí es una democracia joven. Tiene sus debilidades. Yo creo que la democracia israelí pone excesiva atención a los elementos personales, carismáticos, si tú quieres. Creo que más importante sería poner acento en las ideologías, en las banderas de cada uno de los partidos, en lo que más conviene al país. Y en ese sentido, quiero decirte que los comandantes de las Fuerzas Armadas israelíes son los que dan el mejor ejemplo de neutralidad, de una acción plenamente apoyada por el pueblo.
No se entrometen en política gratuitamente, y si lo hacen, lo hacen con suma discreción. Pero en el caso de Israel, yo creo que todavía no hemos llegado a un sistema relativamente maduro y reflexivo que nos permita o que nos garantice la estabilidad, a pesar de que nuestros problemas de seguridad son tan importantes en este país de 20.000 kilómetros cuadrados, tan abierto a cualquier agresión por cualquier lado.
Con respecto a los grandes países de los que nos rodean, sin embargo, yo me animo a decirte que este país, a pesar de sus diferencias políticas, es hoy una potencia tecnológica y probablemente militar en términos regionales,  una mini potencia en términos internacionales.
Yo creo que —y más de una vez he dicho esto— países de América Latina deberían aprender con más rigor, con más disciplina el ejemplo israelí, si en verdad quisieran salir de los problemas que tienen, no solamente México, también Argentina, también Chile, ahora, con su nuevo gobierno socialista, todos los países de Centroamérica. Yo creo que hoy, América Latina y en particular México deberían visitarnos, aprender la historia de este país, nuestros dilemas, nuestra tecnología, tanto la pública como la reservada. Y creo que (haciendo) esto leerían muchísimas lecciones que les permitirían recuperar el crecimiento.

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