Enlace Judío- 19 de julio 1994: un día después del atentado a la AMIA, cuando aún humeaban los restos del edificio en Argentina, un terrorista islámico subió a un avión de Alas Chiricanas, cuyos pasajeros eran, en su mayoría, empresarios pertenecientes a la comunidad judía local y, en pleno vuelo, hizo explotar una bomba, asesinando a 20 personas.

En un acto de odio gratuito, el terrorismo islámico había, una vez más, golpeado el corazón del Pueblo Judío, enlutando a familias enteras.

Por largos años el expediente permaneció sin avances en los despachos de la justicia encargada de investigar el caso, e incluso, familiares y amigos de las víctimas guardaron silencio. Sin embargo,en 2018, durante una visita de estado a Israel del entonces presidente de Panamá Juan Carlos Varela, el Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu le entregó al visitante una carta que revelaba el papel de Hezbolá en la planificación y ejecución del atentado, dando paso a la reanudación de las investigaciones y la solicitud de justicia.

Periódico del atentado al avión Alas Chiricanas

En 2019, iniciaron las conmemoraciones, incluido un acto magno en el Parlatino. De ello habla Ramy Attie, hermano y tío de dos de las víctimas: fue un “acto solemne al cual asistieron junto al presidente de la nación, Sr. Laurentino Cortizo Cohen, autoridades de los Poderes Legislativo y Judicial, así como embajadores acreditados en el país, representantes de las diversas confesiones religiosas que hacen vida en Panamá, familiares, medios de comunicación y público en general, que colmó las instalaciones del citado parlamento regional”.

“Aquella memorable noche nació también una iniciativa que tiene como propósito perpetuar la memoria de los veinte inocentes asesinados mediante la construcción de un monumento recordatorio que, bajo el nombre de “CONCIENCIA VIVA”, será erigido en el Mirador Pacífico de la Cinta Costera de nuestra capital”.

Veintiocho años han pasado: la comunidad no se repone. En un acto realizado en la Ciudad de Panamá, al cual asistió Enlace Judío, se guardó un minuto de silencio. Entre lágrimas, se recitaron los nombres de los fallecidos y se habló de ellos.

Había una condición: que yo fuera a la morgue

Volviendo a revivir esta terrible noche, Terry Ann Attie y Esther Abadi recordaron los momentos de solor después del atentado. Cómo participaron las autoridades para que se pudieran respetar los rituales relativos a los fallecidos de las distintas religiones. Volvimos a sentir el dolor y el desconcierto de las familias.

“Fue la primera vez que vi a mi padre llorar”, relató Attie.

A su vez, Esther Abadi, fundadora del partido “Nuevo camino” y receptora de la medalla al mérito Victoriano Lorenzo, relató: “Fui de una casa de duelo a otra, queriendo apoyar y ayudar, pero no sabía cómo porque yo misma estaba inconsolable.”

Y recordó: “El Dr Moisés Zebede me pidió llamar a mi amiga Amalia Rodriguez  que, en este momento, era la directora del hospital Santo Tomás, para explicarle las razones humanitarias y religiosas “de la urgencia de identificar e inhumar los cuerpos.

“La doctora aceptó, pero con una condición: exigió que yo estuviera en la morgue y que fuera yo la interlocutora entre la familia y las autoridades. No sentía que tenía la capacidad ni la fuerza de afrontar esta difícil tarea. Pero Zebede me miró a los ojos y me dijo: ‘tú puedes y lo vas a hacer”.

No quisieramos imaginar a esta mujer frente a los restos de los cuerpos tras la explosión. Pero lo hizo para que los familiares  estuvieran con la tranquilidad de que sus seres queridos estarían en paz , cosa que, en la religión judía, se logra al realizar los rituales del entierro y del duelo. Lo hizo para que ” los cuerpos fueran tratados con el mayor respeto y con el cumplimiento de todas las leyes de cada una de las religiones”.

Abadi concluyó así: “El denominado ‘Caso Alas’ no está cerrado en Panamá. Esperamos que nuestras autoridades concluyan una vez por todas este capítulo de nuestra historia”.

“Desde este terrible julio de 1994, nuestra vida, nuestra tranquila vida en Panamá, dio un giro”.

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