Enlace Judío – Se acerca Rosh Hashaná es una de las festividades más importantes para el mundo judío y una de las más espirituales en el sentido de que las acciones físicas son mínimas. Se hace un seder (un ritual con alimentos) para recordar el año nuevo, pero en realidad éste en sí mismo no es un mandato de la Torá sino una tradición que se adquirió con el tiempo. Las mitzvot del día en realidad son recordar la fecha, santificarla y escuchar el shofar; el significado de la festividad en gran medida ocurre a través de los símbolos recordamos y las plegarias que hacemos en el templo. Es decir, el día es grande e importante no tanto en sí por las acciones físicas que realizamos en él, sino por los significados de los cuales lo dotamos y los procesos internos que vivimos.

juicio. FlorLo consideramos un Día de recuerdo y de juicio; en él celebramos la creación del hombre y del mundo y decimos que coronamos a D-os como Rey. Todos son significados que nos visten al llegar y prepararnos para la festividad. Son por demás complejos pues incluyen cuestionamientos sobre el tiempo, sobre el mundo, sobre cómo D-os juzga y cómo se manifiesta en la historia. Entre todos los conceptos que se manejan en este día, los dos que más resaltan son el del Juicio y el de la Creación. Ambos influyen en cómo vemos el mundo y en cómo establecemos una relación con D-os y los seres que nos rodean.

La Creación y el tiempo

Dentro la filosofía y el rito que rodea a la fecha, reconocemos que éste fue el día en que el hombre y el mundo fueron creados. Hablamos del tiempo, porque en ese momento empezó a existir el tiempo como tal, pero también porque el tiempo mismo es un recordatorio al hombre de la Creación y la eternidad. Todo lo que conocemos nos fue dado, así mismo todo lo que conocemos va a dejar de existir (nos va a ser quitado). Aun así, la vida y el mundo siguen aunque todo lo que es nuestro ya no esté: lo que amamos, lo que añoramos se transforma en nuevas formas de existencia, ni prevalece en su totalidad, pero tampoco desaparece plenamente. Reconocer la Creación es a la vez reconocer el carácter transitorio de lo que nos rodea y la estabilidad que tiene en el tiempo al no depender de nosotros.

Aceptar la Creación como verdad también implica reconocer que hay un poder o un movimiento más grande que nosotros, el mundo nos sobrepasa. Hablar de D-os en el mundo implica hablar de una estabilidad en el mundo más allá de lo aparente: de un orden, de una armonía, de algo que prevalece en el tiempo aunque el mundo se presente como transitorio. Particularmente en el judaísmo D-os al ser un D-os personal es un D-os consciente que se manifiesta en el mundo, no hablamos de una consciencia como la humana, pues claramente rebasa nuestro entendimiento, pero sí hablamos de que el funcionamiento del mundo no es aleatorio y que podemos encontrar sentido y significado en él. En el caso judío además existe la idea de un actuar ético en el hombre, de poder participar en el mundo a través del trato que damos a los otros y la forma en que decidimos pararnos frente al mundo. Rosh Hashaná finalmente es tomar la decisión de actuar moralmente y tratar de ser parte de aquello que es más grande que nosotros.

El Juicio de D-os

A este día también se le llama Yom Ha-Din, día de Juicio y decimos que en este día D-os juzga al hombre, en él se decide parte del destino del año: quién tendrá vida, quién muerte, quién riqueza y quién infortunios económicos. Se juzga al hombre como individuo, a las naciones y a la humanidad.

juicio. MarParte del creer que existe un Juicio Divino implica asumir que nuestras acciones importan, tienen injerencia entre quienes nos rodean. Todo pensamiento ético parte de esa premisa y toda idea de libertad también, pues si nuestras acciones no tuvieran relevancia seríamos completamente predeterminados.

El juicio divino es consecuencia lógica de creer tanto en la Creación del mundo como en la libertad de acción del hombre; es la muestra más clara de la intervención de D-os en el mundo. Si no hubiera un orden divino o este orden fuera completamente separado del mundo no habría forma de juzgarlo, igualmente si las acciones del hombre no tuvieran injerencia en el mismo qué es realmente lo que juzgamos, no hay acción moral como tal. El juicio en sí es la intervención divina, el reacomodo del destino de las cosas para empujar al hombre a actuar en sintonía con ese orden ajeno. El juicio en cierto sentido es la educación del hombre.

Se nos dice que hay tres formas en que D-os nos juzga ese día: como individuos, a las naciones (la situación política del hombre) y como humanidad. Cada una trae un aprendizaje distinto para nosotros.

Como individuos

Nos invita a conocernos y a pensar en la forma en que actuamos cotidianamente. Aquí es donde los sonidos del shofar toman todo el sentido, pues éstos deben impulsarnos a pensar en quienes somos realmente e impulsarnos a mejorarnos como personas.

Como nación

Nos recuerda que estamos insertos en una realidad política y que nuestras acciones influyen dentro de quienes nos rodean.

Como humanidad

Nos recuerda que el hombre tiene un objetivo sagrado y que hay algo más grande que nosotros.


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío