El Shemá Israel es la primera cosa que se le enseña a un niño y la última que un anciano repite. Es tan importante, que algunos aclaman que decirla antes de morir, nos garantiza un lugar en el cielo.

Hay muchas bendiciones en el judaísmo y aunque todas son importantes, hay una que resalta de las demás: el Shemá Israel.

Muchas personas no conocen nada de judaísmo, pero puede que alguna vez hayan escuchado el Shemá. Esta declaración es tan importante que es la primera bendición que se aprende un niño y la última que menciona al final de su vida.

No es de sorpresa que haya llegado al arte en varias formas, incluyendo una reciente, que pocos conocen: la nueva serie de Netflix Sandman. En una escena donde se muestra una conversación entre un hombre que está a punto de morir y la muerte.

De la genialidad de Neil Gaiman – un escritor judío y único ganador del Pulitzer en la historia, por una novela gráfica – Sandman llega a nuestra sala a través de la plataforma de streaming Netflix, trayéndonos una historia tanto increíble, como única, en la época donde hay disponibilidad de “contenido”, pero poca calidad y ya casi nada de originalidad.

La escena del Shemá Israel es parte del canon de Sandman y al final termina siendo algo tan importante para la trama que Netflix decidió dejar, pero, ¿por qué incluso para esta pieza de arte, es tan importante?

Se trata de una declaración única – nos dice el Rab. Dr. Elie Abadie – nos remonta a la lucha del monoteísmo en un mundo que no entendía el concepto de Dios. Para las culturas antiguas, su perspectiva del universo estaba fragmentada. No entendían la razón de los fenómenos de la naturaleza y por lo tanto, crearon un Dios de cada fenómeno.

Cuando el pueblo judío llega a darle forma unificada a la perspectiva del universo, el ser humano deja de ser víctima de los Dioses – continúa el Rab Abadie – sino que se vuelve parte importante de un mundo, así como una fuerza que influye sobre él. Pero todo esto proviene de la idea propuesta por el monoteísmo: existe un universo y nosotros somos parte de él.

La frase completa del Shemá Israel, proviene de Devarim 6:4 (Deuteronomio), el último libro de la Torá. Como mandamiento de escuchar a nuestro prójimo, de la misma forma como observamos y respetamos las leyes divinas. Todos somos uno y cada acción que tomamos (sea como sea), es importante en la forma que toma el mundo.

Darle ese conocimiento al niño cuando comienza a explorar el mundo, es abrirle los ojos a las posibilidades de un mundo que está vivo, pero que cualquier elemento puede incluir en el todo; incluyéndonos a nosotros mismos.

Y declarar al final la unicidad de Dios, también es una huella que refleja los esfuerzos que hicimos en este mundo y también el cambio que logramos cuando fuimos parte de él.

Hay mucho más que hablar del Shemá, pero por lo pronto, entendamos esto: este pedazo de la Torá no sólo se trata de palabras, sino que engloba la perspectiva judía, quitándonos el ego con poesía y haciéndonos parte de un linaje, que ha guardado estas palabras como oro desde hace miles de años, para que hoy podamos pronunciar: “Escucha Israel, el Eterno es nuestro Dios. Dios es UNO”.


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