Enlace Judío – La pequeña comunidad judía de Teherán pide a sus miembros evitar las sinagogas en medio de las protestas que sacuden Irán tras la muerte de Mahsa Amini, detenida por violar supuestamente el estricto código de vestimenta de la República Islámica, informó The Times of Israel.

El Comité Judío de Teherán advirtió en una carta no asistir a las sinagogas por cuestiones de seguridad en medio de las “circunstancias actuales” y pidió cerrarlas a las 5 de la tarde diariamente.

La misiva está firmada por Homayoun Sameyah Najaf Abadi, presidente del comité y representante de la comunidad judía en el parlamento iraní.

Una fuente familiarizada con el asunto señaló que algunas manifestaciones han tenido lugar cerca de las sinagogas. Agregó que dos fieles se vieron envueltos en las protestas y dos jóvenes judíos fueron detenidos y liberados posteriormente.

Por temor a los enfrentamientos, el comité decidió reducir los servicios de la sinagoga por ahora, según la fuente.

La carta llega días antes de las Fiestas Mayores, que comienzan con Rosh Hashaná el domingo por la noche.

Antes de la Revolución Islámica en 1979, había aproximadamente 100,000 judíos en Irán; según un censo iraní, en 2016 la cifra cayó por debajo de los 10,000.

La comunidad judía de Irán ha tomado medidas adicionales para proteger a sus miembros. El Gran Rabino de la congregación condenó el asesinato por parte de Estados Unidos del alto general iraní Qassem Soleimani en 2020 por temor a que los judíos sean atacados por sus vecinos musulmanes.

El rabino Yehuda Gerami insistió entonces en que las conversaciones sobre “venganza” procedían de ciudadanos iraníes y no del gobierno, afirmando que Irán es el único país donde las sinagogas no requieren seguridad.

La República Islámica jura abiertamente provocar la destrucción de Israel y apoya a grupos terroristas, como Hezbolá, Hamás y la Yihad Islámica, comprometidos con este objetivo.

Los disturbios actuales en Irán, los peores en varios años, comenzaron tras la muerte de Mahsa Amini, una joven detenida por la Policía de la moral por no llevar bien el velo. Su muerte, y la represión de los manifestantes ha suscitado fuertes condenas de Estados Unidos, la Unión Europea y las Naciones Unidas.

Las protestas estallaron por primera vez el fin de semana en la provincia del Kurdistán pero ahora se han extendido por todo el país.

El alcance de los disturbios aún no está claro, mientras manifestantes de al menos una docena de ciudades, que desahogan su ira por la represión social y la creciente crisis del país, continúan enfrentándose a las fuerzas de seguridad y paramilitares.

Un conductor de la televisión estatal iraní sugirió hoy que 26 personas murieron durante las protestas masivas y añadió que las estadísticas oficiales se publicarán más tarde.

La ONG Iran Human Rights, con sede en Oslo, indicó este jueves que al menos 31 personas perdieron la vida en choques con las fuerzas de seguridad iraníes.

Las autoridades iraníes bloquearon el acceso a WhatsApp e Instagram, que los manifestantes utilizan para compartir información sobre la represión de la disidencia por parte del gobierno. Al parecer, también interrumpieron la cobertura de Internet al exterior, una táctica que el gobierno suele emplear en tiempos de disturbios, según los activistas de derechos humanos.

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