Enlace Judío México e Israel – De nueva cuenta me reuní con Elba Szclar -periodista y amante de la Literatura y de la Historia del Arte, así como de la Biblia– quien reseñó Las Cuatro Paolinas Polinsky, novela inspirada en Ramón López Velarde (1888- 1921), uno de los poetas más queridos por mí…

Felizmente cumplí con uno de mis sueños: visitar la casa-museo en Jerez, Zacatecas, ciudad inspirada en Jerez de la Frontera, España. Resultó una visita inspiradora que dio vida a un texto cuajado de reminiscencias y notas de un almanaque singular que complementa cada capítulo.

“Me encontré con una copa de licor, hasta el borde, bien servida -afirma Elba- múltiples e invitantes “burbujas” que se transformaron en emoción, misterio, curiosidad, asombro. A cada paso encontré geografía, psicología, filosofía, ciencia, herbolaria, magia, repostería, arte, literatura, zoología, además de un impresionante juego de palabras: adivinanzas, refranes, trabalenguas y hasta una lectura de códices.

Las Cuatro Paolinas Polinsky, me cautivó, más bien me capturó cuando lo leí y releí sin descanso: me atrajo la historia, me transportó a la época porfiriana, a la revolución, a la vida en provincia. En ocasiones, hasta me hizo reír. Becky es ingeniosa, imaginativa y bastante juguetona, incluso irónica”.

“Me quedé con varias dudas -admite Elba- atraída por las alrededor de ciento cincuenta páginas, en realidad una gran obra”.

Ahora la impensable catarata de preguntas, por parte de Elba, concienzuda lectora y finísima correctora de estilo, que invitan a abrir y hasta a reabrir la recién publicada novela:

P. ¿Por qué decidiste escribir esta novela?

R. De siempre, me ha encantado la poesía “velardiana”. Velarde no escribió mucho, dada su historia personal, de muerte prematura como se dice “en la flor de la edad”. Su poesía “me cala y me cimbra”. Su personalidad resulta inspiradora, así como su aventurera y aventurada vida y su audacia al tomar la pluma, obviamente, con genial maestría. En un ambiente “místico”, incluía metáforas eróticas, audaces para la época, así como escenas domésticas de enorme peso.

P. ¿Qué te inspiró a novelar la vida del gran poeta jerezano?

R. La visita a Jerez, dada una “casualidad” que no es tal, cuando me invitaron a Zacatecas, por parte de CONACULTA, a presentar la traducción de “Mazl y Shlimazl o la leche de la leona” y de “El alrevesado emperador de China” de Bashevis Singer, otro de mis admirados. Una tempestad con todas sus letras, me orilló a resguardarme bajo techo… y lo demás es mi historia: la visita a la casa-museo, en compañía de una guía de excelencia, oriunda de Jerez, que conocí aquella tempestuosa noche.

P. ¿Por qué utilizaste nombres “extranjeros” en un ambiente mexicano?

R. Cuando me sugirieron otro título, más afín a nuestro país, no lo pensé mucho: intuición o rebeldía. Ahora que lo pienso, quizá de manera consciente, me refiero a una época cuajada de “extranjeros”, quienes hicieron historia, incluso antes del porfiriato. De manera inconsciente, en el ámbito del quizás, la presencia del OTRO en nuestro país, es común y corriente. De manera consciente, imagino una “trampa de mi parte”: también el OTRO debe ser tomado en cuenta, y que no nos sorprendan las Paolinas y las Polinskis que podamos encontrar en nuestro viaje, aventura, llámese vida. En cuanto a la pregunta si las “Paolinas” me recuerdan algún sueño, algún hecho, contesto: se lo debo a mi inconsciente consciente.

P. ¿Podrías citar un incidente de una de las Paolinas?

R. Rescato unas cuantas líneas de un enorme párrafo: “(…) tenía nombre extranjeril. Nadie creía que su Paolina Polinsky no era adoptada, o acaso, una desconocida extranjera, acaso venida en barco de la lejana y exótica Turquía (…), acaso de la congelante Polonia” (…) En una nueva escuela, se la tildó, incluso, de gitana. La maestra jugaba con su nombre: a veces era Polina Paulinsky, otra Paulana Piblisinsky o Pivlina Palovinsky…

P. Las yeguas, ¿tienen alguna relación las Paolinas y Ramón López Velarde? Y, ¿por qué, lo de las “botas bien puestas”?

R. Se trata de una estrategia literaria, una manera de “acomodar” a las cuatro “personajas” y “descargar” en la dinastía de Paolinas la vida de López Velarde, su nacimiento y muerte anclan la trama de mi historia, que forma parte de la historia. En cuanto a las Paolinas cada una se identifica con una de las yeguas. Es una estructura necesaria……En cuanto a las botas, las “personajas” las tienen “bien puestas”, además de ser heredadas: son fuertes, decididas, sensibles y para nada sumisas., aunque hijas de su generación. La última Paolina, tal vez resulte algo revolucionaria…

P. ¿Te pareció fácil o difícil su hechura en comparación a otras obras de tu pluma?

R. Cuando escribo, no cuento el tiempo, diríamos es tiempo infinito y no muy regulado. Puedo escribir un poemario, y al mismo tiempo una novela. En este caso, en ocasiones llegué a perder el hilo, la estructura…. Por ejemplo, “maté” a la primera Paolina, y la resucité -ya con una relectura- y la mandé donde tenía que estar en aquel momento: en la Castañeda. Cada obra tiene su dificultad…

P. ¿Por qué los personajes bíblicos?

R. En provincia -imagino- la Biblia es, o acaso fue, habríamos que dilucidarlo, lectura obligada, incluso para Velarde. Hoy día, guardando las diferencias, la lectura del poemario La Suave Patria de su autoría resulta -a mi parecer- casi una Biblia, es lectura “deliciosa”, cuyos fragmentos alimentan el alma con su hablar metafórico, como cuando dice: “Patria, tu superficie es el maíz / tus minas, el palacio del Rey de Oros / y tu cielo, las garzas en desliz / y el relámpago verde de los loros”.

P. ¿Qué otros personajes de la cultura rescatas?

R. No solo aparecen personajes de la Biblia -como el sabio rey Salomón, José, virrey de Egipto, además del profeta Joaquín-, sino también menciono al Quijote y a Sor Juana Inés de la Cruz, otra de mis poetas favoritas, así como al poeta Amado Nervo, descubridor en el siglo XIX de la llamada “Décima Musa”. También, menciono al padre de Frida Kahlo, fotógrafo por mandato porfiriano, así como a figuras de la música, como Juventino Rosas, autor indudable del conocido vals “Sobre las Olas”.

P. ¿Y qué del almanaque en la novela”?

R. El almanaque es un pretexto para hablar del poeta jerezano y de su mundo… personalmente me encanta investigar. En esta novela hay de todo, como en botica: desde porfiristas a revolucionarios. “La fugacidad del almanaque –a mi entender– se equipara a la fugacidad de la vida”. Por tu reacción, Elba me parece que esta frase te encantó.

P. Me fascinó tu “fórmula matemática” que dice: “Cosas buenas para la vida: RESTAR tristezas, SUMAR alegrías, DIVIDIR trabajo y MULTIPLICAR amigos”, ¿Es tuya la frase o la copiaste de algún lado?

R. Es mía…Me persigue la poesía, también el hablar metafórico: las adivinanzas y proverbios y los dichos, como el que te llamó la atención… Precisamente, rescato un arrullo que dice: ”Uvas y granados / ángeles cansados / para una pequeña / que ángeles sueña”. Obviamente, se trata de un arrullo para “pacificar”, antes del sueño, a una de las pequeñas Paolinas.

ELBA COMENTA:

“Me atrajo, cómo Becky intercala la vida de López Velarde con el relato y, sobre todo, me impresionó las altas dosis de imaginación que brotan a raudales con tanto ingenio. Me recuerda la frase de Albert Einstein: “El conocimiento es limitado, la imaginación rodea al mundo”. Me encantó cómo describe la vida de cada una de las cuatro Paolinas en relación con sus seres queridos: padres, amigos, parejas… Quedé fascinada, esa es la palabra.

Yo, su amiga de muchas décadas, la felicito por su novela, donde la imaginación -repito- es una constante, la que juega un papel destacado. Y, entre otras cosas, confieso, que la casa de Becky, está repleta -diríamos- inundada, de artesanía del país, lo que demuestra su apego a lo mexicano.

Mil felicidades a Becky: siempre inquieta, siempre escribiendo, creando, leyendo, traduciendo, corrigiendo, investigando, rescatando textos y autores no muy presentes… Seguramente en un futuro cercano, nos tendrá disfrutando de su inagotable ingenio”.

Becky Rubinstein: periodista cultural, traductora, escritora de la LIJ (Literatura Infantil y Juvenil). Licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas, y maestra en Literatura de Siglos de Oro (UNAM); Doctorada en Letras Modernas (UIA).

Elba Szclar: licenciada en Periodismo por la Universidad Femenina de México, especialista en corrección de estilo; Historiadora del Arte por el Instituto de Cultura Superior, licenciada en Desarrollo Humano (“Instituto Maslow”), ensayista, principalmente de temas bíblicos.

*Las Cuatro Paolinas Polinsky se puede adquirir: en las librerías de El sótano, o de manera virtual, directamente a la editorial Delirio:
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