Enlace Judío – A 27 años del asesinato de Yitzhak Rabin, el primer ministro saliente de Israel, Yair Lapid, advirtió que la polarización política y el odio se encuentran en una coyuntura crítica, informó Ynet.

“El destino lo quiso y esta ceremonia se realiza unos días después de que el Estado de Israel acudió a las urnas y regresó nuevamente dividido, enojado y amenazando con dividirse en ‘nosotros y ellos’, pero no hay ‘nosotros y ellos’, solo hay nosotros”, manifestó Lapid durante la ceremonia estatal para conmemorar el asesinato del exprimer ministro, Yitzhak Rabin, en el cementerio del Monte Herzl en Jerusalén.

“El asesinato de Rabin fue un intento de asesinar la idea misma de una vida compartida. Sobrevivimos, pero las heridas aún no han sanado. Nuestra labor es curarlas todos los días de nuevo”, añadió Lapid junto a la tumba del difunto líder.

“Las FDI, la policía y el sistema judicial nos pertenecen a todos. El Tanaj es de todos, la absoluta mayoría de los ciudadanos del país cree en el estado de derecho, la democracia y el respeto mutuo, y desea un judaísmo que nos una, no un judaísmo que sea una herramienta política o un aval para la violencia. Debemos decidir ahora hacia dónde va el país, estamos cerca del punto de no retorno, pero aún podemos cambiar de rumbo”, puntualizó.

“El gobierno que encabezo perdió las elecciones. No pretendo desperdiciar mi vida odiando a quien ganó. No pretendo darle la espalda a quienes no nos eligieron. Aquel que cree en la democracia israelí cuando gana también debe creer en ella cuando pierde”, dijo.

“De ninguna manera entraremos al nuevo gobierno. Lucharemos desde la oposición por nuestra visión y los valores de un público enorme que nos eligió. Si mientras tanto, el gobierno electo hace cosas buenas por los ciudadanos de Israel, lo apoyaremos, seremos una oposición al gobierno, pero nunca seremos una oposición al Estado”, recalcó Lapid.

“En vísperas de las elecciones, mucha gente triste pensó y dijo que este es el fin del país. Se equivocan. Igual de equivocados estaban los que lo dijeron después del asesinato de Rabin. La respuesta es no desesperarse, sino luchar por estos valores. Nuestra democracia puede no aparecer en las Sagradas Escrituras, pero esta ceremonia es un recordatorio de que nuestra democracia está santificada en la sangre”.

Yitzhak Rabin fue asesinado por aquel cuya incitación violenta le hizo creer que no debe aceptar la decisión del votante. Debemos recordar eso también y no olvidar. No tiene sentido esta ceremonia, no tiene sentido este día, si no aprendemos algo de esto, si no aprendemos la lección. Lo que debemos aprender de la vida y muerte de Yitzhak Rabin es que el amor a la patria es ante todo el amor de las personas que viven junto a ti en esa patria”, concluyó Lapid.

Durante su intervención, el presidente Yitzhak Herzog se hizo eco de los sentimientos de Lapid, enviando un mensaje a la diáspora judía, así como a los ciudadanos de Israel.

“Todos estamos comprometidos con el destino del Estado de Israel, todos estamos comprometidos con su definición como Estado judío y democrático que mantiene el estado de derecho, los derechos humanos y civiles, y el respeto a todos los grupos minoritarios. Continuaremos protegiendo nuestros fundamentos como pueblo, como sociedad y como país”, enfatizó el presidente.

“La compleja situación política en Israel nos presenta un desafío de escala histórica; los resultados de las elecciones nos mostraron que estamos divididos, y la responsabilidad, de aquí en adelante, es de todos los actores políticos”, agregó.

“Les digo a la ganadores: No tienen que renunciar a las visiones por las que fueron elegidos, pero al mismo tiempo, respeten unos a otros. A los perdedores les digo: no es el fin ni la destrucción del país. Debemos respetar la decisión democrática”.

Los eventos del Día de Conmemoración del asesinato de Rabin comenzaron esta mañana en la Residencia del Presidente, con la ceremonia “Vela por Yitzhak”. Durante su discurso, Herzog se refirió al ambiente de incitación de cara a las elecciones, e hizo un llamado a “apagar las llamas”.

“Después de 27 años, las acusaciones de traición se lanzaron una vez más al aire, y nuevamente se escucharon comparaciones con los nazis. El espacio público y las redes sociales se llenaron de violencia peligrosa”, dijo.

“Tenemos la oportunidad de comportarnos de manera diferente. Llamo a los líderes de la opinión pública israelí de todo el espectro: hemos atacado lo suficiente, hemos luchado lo suficiente, hemos maldecido lo suficiente. Frente a aquellos que encienden los fuegos del odio, debemos mantener un Estado judío y democrático comprometido con el estado de derecho y la dignidad humana”.

La familia Rabin asistió a las ceremonias del domingo, pero por primera vez desde el asesinato del exprimer ministro, se negó a hablar, afirmando que su deseo es mantenerse al margen de la contienda política.

Días antes de las elecciones del 1 de noviembre, el partido Avodá celebró un acto para conmemorar el asesinato de Rabin, en el que su familia se negó a participar.

“Por respeto a la decisión democrática… y para preservar la memoria del padre de nuestra familia que fue asesinado, hemos decidido evitar ser arrastrados a la discusión política estos días y no hablar”, dijo este domingo un representante de la familia a la Radio del Ejército.

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