Enlace Judío – ‎Científicos de la Universidad de Tel Aviv destruyeron tumores cancerígenos en ratones mediante “explosiones controladas” dentro del cuerpo, que desgarran las células cancerosas, informó The Times of Israel.

Esperan desarrollar el procedimiento para seres humanos y afirman que podría ser una alternativa a la cirugía de extirpación de tumores para algunos pacientes.

El método consiste en inyectar “nanoburbujas” de gas en las venas de ratones de laboratorio que son 2,500 veces más pequeñas que un solo grano de sal.

Con la circulación de la sangre, las burbujas se extendieron por todo el cuerpo, pero fueron “detonadas” únicamente alrededor del tumor mediante ultrasonido de baja frecuencia.

“Cuando aplicamos el ultrasonido, las burbujas crecen hasta 100 veces su tamaño inicial”, explicó la Dra. Tali Ilovitsh, de la Universidad de Tel Aviv. “Luego explotan, así que básicamente las detonamos. La explosión daña el tejido cercano, por lo que puede destruir el tumor”.

“El experimento se realizó en un modelo de ratón de tumor de cáncer de mama, pero probablemente el tratamiento sea eficaz con otros tipos de tumores, y en el futuro, también en humanos”, agregó.

El estudio publicado en la revista Nanoscale fue realizado por Ilovitsh y su estudiante de doctorado Mike Bismuth, en colaboración con el Dr. Dov Hershkovitz de la Universidad de Tel Aviv, y la profesora Agata Exner de la Universidad Case Western Reserve de Cleveland, Ohio, en Estados Unidos.

El ultrasonido ya se utiliza con éxito en algunos casos de cáncer. Se aplica a través de la piel para atacar los tumores. Sin embargo, el ultrasonido necesario es de alta intensidad y genera calor, lo que podría dañar los tejidos cercanos al tumor.

La técnica de la burbuja requiere solo ultrasonido de baja intensidad. Esto significa que puede evitar daños colaterales al cuerpo, señaló Ilovitsh.

Añadió que, aunque se han realizado algunas investigaciones sobre el uso de burbujas para combatir el cáncer, ninguna se ha traducido aún en tratamientos reales.

La mayoría de los estudios se han centrado en inyectar burbujas en el tumor, que es un procedimiento invasivo, mientras que el suyo es inusual, ya que ataca al tumor desde el torrente sanguíneo.

“No tocamos el tumor directamente, sino que inyectamos las nanoburbujas en la sangre. Los vasos sanguíneos de los tumores son “permeables”, lo que significa que las nanoburbujas no se quedan allí, sino que muchas de ellas abandonan los vasos y se adentran en el tejido tumoral”, indicó.

“Este enfoque puede ayudar en el tratamiento de tumores que se encuentran en la profundidad del cuerpo, y además facilitar el tratamiento de volúmenes tumorales más grandes. En algunos casos podría sustituir a la cirugía para extirpar los tumores. El procedimiento es seguido de quimioterapia o inmunoterapia, al igual que en el caso de la cirugía”, concluyó Ilovitsh.

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