Enlace Judío.- La reacción de altos funcionarios de la ONU y la Unión Europea a la ola actual de terrorismo palestino es poco menos que inquietante, publicó Informazione Corretta haciéndose eco de un editorial de The Jerusalem Post.

Tomemos el caso de los eventos del pasado fin de semana en Huwara, justo al sur de Naplusa, donde el viernes pasado se produjo un ataque terrorista en la autopista 60, la principal autopista que cruza Judea/Samaria (Cisjordania).

Un palestino armado con un cuchillo intentó irrumpir en un vehículo en el que viajaba una pareja israelí: primero trató de forzar la puerta, que estaba cerrada por dentro; luego intentó romper la ventana con una piedra. En ese momento, el conductor, un oficial de las Fuerzas de Defensa de Israel fuera de servicio, disparó e hirió levemente al atacante. A continuación, el terrorista se lanzó contra una patrulla de la policía fronteriza, golpeando con un cuchillo a uno de los agentes en la cara. Los vídeos que circulan en las redes sociales muestran el momento en el que otro agente intenta bloquear al terrorista sin recurrir a las armas, mientras otros dos palestinos intentan liberarlo de las garras del oficial que en cambio intenta apartarlo. Todo ocurre en cuestión de segundos: el terrorista logra liberarse por un momento e intenta apoderarse de la ametralladora del agente. En ese momento, el oficial saca su arma y golpea fatalmente al atacante. Estos son los hechos.

El mismo día, ignorando por completo la secuencia de eventos, el Coordinador Especial de las Naciones Unidas para el Proceso de Paz en Medio Oriente, Tor Wennesland, tuiteó: “Horrorizado por el asesinato de hoy de un palestino durante una pelea [sic] con un soldado israelí cerca de Huwara en Cisjordania ocupada. Mi más sentido pésame a su afligida familia. Estos incidentes deben ser investigados de manera oportuna y los responsables deben rendir cuentas”.

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, Emmanuel Nahshon, respondió calificando la declaración de Wennesland como una “distorsión total de la realidad”. Y escribió: “¡Esto no es una pelea, esto es un ataque terrorista!”. Ya es bastante malo que Wennesland haya descartado como una escaramuza menor un ataque terrorista que puso en peligro la seguridad y la vida de varias personas. Pero llegar a expresar “mi más sentido pésame” a la familia del terrorista, y exigir de inmediato que los agentes israelíes que detuvieron a un terrorista violento sean criminalizados es asombroso. En pocas palabras, Wennesland ha abrazado por completo la “historia” palestina.

El Coordinador Especial de la ONU no fue el único que se apresuró a defender al terrorista “desamparado”. El representante de Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, tuiteó: “La Unión Europea está muy preocupada por el creciente nivel de violencia” en Cisjordania, y agregó que “en los últimos días diez palestinos han sido asesinados por las fuerzas de seguridad israelíes y el trágico asesinato  ayer de un palestino por un miembro de las fuerzas de seguridad israelíes fue el último ejemplo”.

Así que el atacante pasó de ser un terrorista que atacaba a los israelíes a alguien que sufrió un destino “trágico” a manos de las fuerzas de seguridad israelíes. Parece entender que, desde el punto de vista de Borrell, un terrorista que apuñala en la cara a un oficial e intenta apoderarse de una ametralladora no constituye un riesgo suficiente para configurar la legítima defensa. No es suficiente.

En las respuestas automáticas de los funcionarios de la ONU y la UE, falta totalmente otro elemento de contexto: los terroristas han demostrado ampliamente (y no solo aquí, sino también en Europa y otros países) que una herramienta punzocortante y un automóvil robado son más que suficientes para cometer ataques mortales. El mes pasado, un terrorista condujo un vehículo contra soldados en Nebi Musa y, aunque le respondieron, no se detuvo. Poco después, el terrorista mató a tres civiles israelíes: uno apuñalado en una gasolinera, los otros atropellados deliberadamente con un coche robado antes de morir él mismo. La semana pasada, una joven soldado resultó gravemente herida cuando un automóvil la atropelló deliberadamente en la autopista 60. ¿Es necesario continuar con los ejemplos?

La reacción al ataque de funcionarios de las Naciones Unidas y la Unión Europea es alarmante. Pero también lo es la forma en que Israel lo ha manejado. Aunque el ataque fue filmado, los palestinos fueron los primeros en publicar el video, convenientemente recortado para mostrar solo el intento de arresto, pero no lo que lo precedió. Las Fuerzas de Defensa de Israel, la policía y el Ministerio de Relaciones Exteriores reaccionaron solo después de que la “versión” palestina ya se había establecido. Que el accidente haya ocurrido un viernes por la noche no es excusa. El nuevo Jefe de Estado Mayor y el nuevo gobierno deben tener claro que la batalla por la opinión pública a través de los medios masivos de comunicación no es menos importante que cualquier otro aspecto de la lucha contra el terrorismo. Israel debe dar a conocer los hechos, y hacerlos conocer con prontitud, antes de que el terrorista empeñado en matar se convierta en una “víctima”.

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