Enlace Judío.- Alan Dershowitz, uno de los abogados más prestigosos de Estados Unidos, escribió este artículo el 22 de diciembre en Gatestone Institute.

Una visita reciente a Israel reveló asuntos diferentes de visitas anteriores y similares a lo que está sucediendo en Estados Unidos.

Al igual que Estados Unidos, Israel hoy, es una nación profundamente dividida. El sistema democrático de Israel se basa en un parlamento unicameral, la Knéset, cuyos miembros se eligen en una elección basada en una representación proporcional a nivel nacional. Dado que ningún partido político en la historia del país ha ganado una mayoría de 61 de los 120 escaños de la Knéset, varios partidos, incluidos los pequeños, deben agruparse en una coalición para formar el gobierno.

A menudo es necesario hacer compromisos significativos entre los partidos que componen la coalición de gobierno. Eso es lo que está pasando ahora con el líder del Partido Likud, Benjamin Netanyahu, quien es por naturaleza un moderado de centro-derecha, y que tuvo que unir fuerzas con algunos partidos bastante a su derecha. Estos incluyen individuos que lamentablemente tienen antecedentes de racismo y homofobia, fanatismos a los que Netanyahu siempre se ha opuesto y promete continuar oponiéndose en el nuevo gobierno que está trabajando para formar bajo su mando como Primer Ministro. Estos socios también incluyen ministros potenciales que quieren restringir los poderes de la Corte Suprema de Israel, que muchos creen que favorece a la izquierda.

Israel, sin embargo, presenta un rostro muy diferente a través de la personalidad de su presidente Isaac Herzog. En Israel, la presidencia es un papel ceremonial no partidista, sin poderes ejecutivos. Herzog es un político de carrera que en 2015 se postuló sin éxito para primer ministro como líder del Partido Laborista de izquierda. Hoy, como presidente, representa a todos los ciudadanos de Israel. Su rostro es el de un patriota centrista con una larga historia de apoyo a los derechos humanos para todos. Aunque el papel y el poder del presidente israelí son limitados, al igual que el papel del rey o la reina es limitado en Gran Bretaña y otras monarquías parlamentarias, puede hacer mucho para representar lo mejor de Israel, especialmente ahora que se acerca su 75 cumpleaños a fines de abril del 2023.

Herzog puede recordarle al mundo que ningún país en la historia ha contribuido más al mundo (médica, científica, tecnológica, agrícola y culturalmente, en derechos humanos y de otras maneras) durante sus primeros 75 años de existencia de Israel. Esto, a pesar de tener que dedicar gran parte de sus recursos a defenderse de las amenazas genocidas de Irán y otras naciones y grupos terroristas empeñados en su destrucción. Israel ha firmado tratados de paz con Egipto, Jordania y otras naciones árabes, y busca la paz y la normalización con otras más. Ha revivido un idioma antiguo, ha convertido pantanos infestados de malaria en tierras agrícolas productivas, ha llevado sus grandes descubrimientos médicos y agrícolas a otras naciones y ha brindado refugio a millones de judíos y otras personas que enfrentan persecución.

Netanyahu, quien fue el primer ministro de Israel con más años de servicio, ha desempeñado un papel extremadamente positivo en muchos de estos acontecimientos, así como en la creación de una paz que pocos creían posible con cuatro países árabes: los Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán y Marruecos — después de décadas de hostilidad – todo mientras contrarrestaba las amenazas mortales de Irán y alejaba la economía de Israel del socialismo hacia la maravilla de alta tecnología que es.

Israel tiene mucho de qué enorgullecerse, incluso cuando enfrenta desafíos tanto desde afuera como desde adentro. Ninguna nación está sujeta a una condena más infundada y desproporcionada, de las Naciones Unidas, de los tribunales internacionales, de las ONG, de los radicales universitarios, de muchos en los medios, que el estado-nación del pueblo judío.

Juntos, Netanyahu y Herzog presentan lo mejor de Israel, así como las complicaciones que pueden surgir en cualquier democracia. Estoy orgulloso de ser su amigo y defensor del gran país que representan: Israel.

Alan M. Dershowitz es profesor emérito de derecho de la cátedra Felix Frankfurter en la Facultad de derecho de Harvard y autor de numerosos libros. Es miembro de la Fundación benéfica Jack Roth en el Instituto Gatestone y también es el presentador del podcast “The Dershow”.

 


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío. Reproducción autorizada con la mención siguiente: @EnlaceJudio