Enlace Judío.- El pacto de coalición entre el Sionismo Religioso y el Likud incluye un acuerdo de que Israel no firmará la Convención de Estambul, un tratado internacional destinado a combatir la violencia contra las mujeres

Anteriormente, políticos israelíes de izquierda y derecha habían presionado al gobierno para que se uniera al histórico tratado de 2011. El ministro de Justicia saliente, Gideon Sa’ar, presionó para que Israel se uniera, pero la ministra del Interior saliente, Ayelet Shaked, resistió los esfuerzos preocupada por las cláusulas que otorgan asilo político a las víctimas internacionales de violencia doméstica.

La demanda de Smotrich de no entrar en la convención parecía estar relacionada con dicha preocupación, por las implicaciones de inmigración.

La Asociación de Centros de Crisis por Violación en Israel censuró el acuerdo entre las partes diciendo que “es inconcebible que el primer ministro entrante esté dispuesto a abandonar a las mujeres a la tortura psicológica y la violencia incesante”.

El Convenio de Estambul, llamado así por la ciudad donde se abrió a las firmas en 2011, tiene como objetivo proteger a las mujeres del abuso doméstico y otros tipos de violencia. Firmado por 45 países y la Unión Europea, requiere que los gobiernos adopten leyes que persigan la violencia doméstica y abusos similares, así como la violación marital y la mutilación genital femenina.

Para algunos conservadores de todo el mundo, el acuerdo representa una amenaza para las “familias tradicionales”. Algunos críticos afirman que promueve los valores LGBT usando categorías como género, orientación sexual e identidad de género.

La propia Turquía ha abandonado el convenio. Los sectores conservadores turcos alegan que perjudica la unidad familiar, fomenta el divorcio y que la comunidad LGTB utiliza sus referencias a la igualdad para ser más aceptada en la sociedad. (TELAM SE 2022)

También Polonia se retiró de la Convención de Estambul. El ministro de Justicia justificó la decisión alegando la existencia de elementos perjudiciales ante una presunta naturaleza ideológica.

El gobierno entrante en Israel ha estado bajo un intenso escrutinio en los últimos días por los acuerdos, algunos de gran alcance, alcanzados entre el Likud y los partidos religiosos y de extrema derecha, sus futuros socios en la nueva coalición.

Algunas de las cláusulas y planes en los acuerdos emergentes entre el Likud y sus socios incluyen avanzar en la anexión de Judea y Samaria, limitar las conversiones y los derechos de inmigración, entre otros.

La legisladora de Sionismo Religioso Orit Strock dijo el domingo que los médicos deberían poder negarse a proporcionar tratamientos que contravengan su fe religiosa, bajo ciertas condiciones.

Sin embargo, el primer ministro entrante, Benjamin Netanyahu, se distanció de su posición y negó que su coalición permita la aprobación de una ley en este sentido.

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