Enlace Judío – Dan Meridor, exministro de Justicia por el Likud, acusó al primer ministro entrante, Benjamín Netanyahu, de anteponer su ambición de poder a los intereses del país, y vender el carácter democrático de Israel para ganarse a sus socios de coalición accediendo a demandas controvertidas.

Meridor, exdiputado centrista del Likud formó parte de varios gobiernos liderados por Netanyahu antes de abandonar la política en 2014.

Netanyahu no es racista, pero está dispuesto a causar daños a la sociedad israelí con tal de volver a ocupar el cargo de primer ministro”, dijo a The Times of Israel.

Entre las propuestas acordadas en los borradores de los acuerdos de coalición entre el Likud y sus socios de coalición figura un proyecto de ley que permitirá a las empresas negarse a dar servicio a miembros de la comunidad LGBT si ello va en contra de su fe religiosa. Netanyahu dijo posteriormente que no apoyará ninguna discriminación de este tipo.

Netanyahu está haciendo aquí algo que no es su visión, pero está dispuesto a pagar cualquier precio para volver a ser primer ministro, y tal vez esté relacionado con su juicio”, dijo Meridor.

Agregó que el discurso público actual refleja un “cambio profundo en los valores de la sociedad israelí”. Acusó a Netanyahu de normalizar la retórica y las políticas racistas del líder del partido de extrema derecha Otzmá Yehudit, Itamar Ben Gvir.

Netanyahu le ayudó a conseguir el apoyo de la opinión pública”, afirmó. Netanyahu impulsó elecciones conjuntas entre Otzmá Yehudit y el partido mayoritario Hatzionut Hadatit, dirigido por el Bezalel Smotrich, lo que aumentó las posibilidades de ambos partidos de cruzar el umbral electoral y les proporcionó seis y siete escaños respectivamente.

Otras demandas que Netanyahu ha aceptado incluyen la derogación de una ley que prohíbe a personas que apoyan el terrorismo y el racismo presentarse a la Knéset.

Meridor recordó que en 1986, el Likud propuso el proyecto de ley para bloquear el racismo y la incitación en la Knéset.

“Aprobamos la famosa cláusula 7A de la Ley Básica: La Knéset, para impedir que Meir Kahana se presente a elecciones. Presentamos con orgullo la solicitud para prohibirlo, aportamos todo el material para inhabilitarlo en su momento. Durante muchos años, los políticos con este tipo de declaraciones estaban fuera del consenso. Netanyahu rompió este esquema porque quería sus votos y su apoyo, y ahora se sienta con Smotrich, que dijo que su mujer no compartiría una habitación en un hospital con una mujer árabe, y con Ben Gvir, que habla de la deportación de árabes.

“Cosas chocantes y valores terribles. Antes era un discurso ilegítimo, pero ahora es un discurso común”, dijo.

Meridor añadió que en el Likud “todos callan como peces en el acuario. Estoy seguro de que no todos están de acuerdo con esas medidas, pero no hablan. En cuanto a Netanyahu, no sé si tendrá la fuerza para enfrentarse a Smotrich y Ben Gvir“.

“Ante el público, Netanyahu disimula ser hombre fuerte, pero no lo es, ya que sus socios consiguieron de él lo que querían”.

Aunque las críticas desde dentro del partido Likud de Netanyahu han sido escasas, no han estado ausentes.

El diputado David Bitan, una vez estrecho aliado de Netanyahu y exjefe de la coalición, dijo recientemente que las generosas ofertas a los socios de la coalición “cruzaron la línea.”

“No veo cómo el Likud podrá influir como queríamos. Estoy descontento en nombre de los votantes y activistas del Likud. Esto es increíble y espero que cambie en las negociaciones”, dijo.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudío